Por Carlos Vallejo (el poeta del sentimiento)
Perdió la vista, pero le queda la voz y el encanto por la vida... Víctor Armando Recio Mena, cuya nítida voz ha acariciado millares de oídos durante decenios, se siente realizado como hombre y como artista; y cuenta que en medio de las adversidades, que le ha proporcionado la vida, la vida misma lo ha dotado de un pensamiento sano y le ha conservado su voz.
La experiencia, en el quehacer artístico que recuerda con más cariño este capitaleño nacido en la calle José Gabriel García, del sector de Ciudad Nueva, en Santo Domingo, el 28 de octubre de 1926, es haber participado en la inauguración de la televisión en su país, canales 4,5 y 9 de Radio Televisión Dominicana, el 4 de agosto de 1952.
No hace muchos días que ese centro cultural celebró su nuevo aniversario, el cual pasó inadvertido, como no se advierten, tampoco, las otrora fastuosas celebraciones de las “Semanas Aniversario” de esa casa por la que pasaron, en su tiempo, los artistas más renombrados de la canción popular ibero y latinoamericana.
Recuerda Armando Recio que en aquella ocasión él interpretó la canción napolitana Torna a surriento (torna a sorrento) del famoso compositor y tenor italiano Ernesto De Curtis. “Es bueno recordar”, agrega, “que la República Dominicana es la tercera en América y la décimo tercera del mundo en instaurar la televisión.”
Así como rememora ese momento feliz e histórico en su vida artística, recuerda Recio que también le tocó vivir un momento de grande angustia, cuando debió cantar por televisión, al día siguiente de la muerte inesperada y misteriosa de su hermana María.
Su inicio como artista profesional
Armando cuenta sus comienzos: “Desde niño yo pertenecía al Coro de la Catedral Primada de América y al del Colegio De La Salle, donde me eduqué.
“Luego pertenecí al grupo de jóvenes de la Sociedad Musical Ensueños, cuyo fundador y director lo fue el famoso guitarrista y compositor dominicano Servio Tulio Peralta. Antes de ingresar a La Voz Dominicana, recibía clases de canto con la profesora austriaca Dora Merten, en el Conservatorio Nacional de Música”
Cuenta Recio que en los años 50-51 “participé como invitado especial para conmemorar un aniversario de la radiodifusora HIZ, con el acompañamiento musical de la orquesta del maestro dominicano Antonio Morel. Interpreté las canciones Carita de ángel y “Sin necesidad”, de mi querido amigo y gran compositor dominicano Bullumba Landestoy. Luego, en el mes de diciembre de 1951, al oír mi voz por la HIZ, me mandaron a buscar de la emisora La Voz Dominicana, donde fui contratado para formar parte del electo artístico de esa emisora, como cantante exclusivo”.
Ahora, Armando Recio se dedica a la asesoría artística del Senado de la República y también ayuda a su esposa Rosa Julia Martínez en su oficina.
“Aprovecho esta oportunidad para expresar mi amor y gratitud hacia mi adorada esposa; doy cada día gracias a Dios también por haberla puesto en mi camino hace 23 años y doy gracias a Dios también porque me ha dado un hijo ejemplar: tiene 21 años y ya está terminando la carrera de arquitectura.”
Dice sentirse “como el caballo de sabana que camina sediento y cansado y allá al final del camino encuentra hierba verde que te renueva las energías y te da ánimo para seguir con paso firme. Así me considero; pienso que tengo mucha suerte, pues al perder la visión, ella es la niña de mis ojos, es una mujer joven, muy inteligente y llena de bondad, comprensión, perseverancia y energía. Dotada de un gran corazón y de una gran capacidad de perdonar y comenzar de nuevo. Si yo volviera a nacer y tuviera que elegir una compañera para toda la vida, no vacilaría en escogerla a ella.”
En sus ratos de ocio, Armando Recio se dedica a coleccionar toda la música latinoamericana, especialmente la historia musical de su país, en el que, dice, al no existir industria fonográfica, está dispersa en posesión de cientos de personas y coleccionistas de los que muchos de ellos se resisten a aportar a la historia dominicana lo que es de todos y para todos.
Percibe que en el desenvolvimiento artístico de Dominicana, “hace falta una renovación de valores para abrir las puertas a las nuevas voces para que converjan armónica y profesionalmente lo poético y lo musical, a fin de preservar nuestras verdaderas raíces.”
Y en cuanto a la vida... Armando Recio discurre así:
“La vida es un concepto abstracto que considero un milagro de Dios. Es una fuerza interior que te impulsa a obrar. Es una combinación de péndulo y destino: El péndulo te marca el tiempo y el destino te traza el camino, camino que no se debería emprender solo, pues al final te espera el cansancio y la cosecha de lo que has plantado, y siempre hace falta un hombro para apoyarte y compartir la cosecha. En fin, la vida, para mi, es un cofre que contiene los errores y aciertos que condicionan lo sueños y realidades de cada individuo...”