Cada año en Bolivia miles de personas se convierten en víctimas de la explotación sexual, los trabajos forzados y la mendicidad organizada.
El Gobierno, las fuerzas especiales y varias organizaciones independientes se han unido en la lucha contra el tráfico humano. Con este objetivo, se han impulsado diversos proyectos de prevención, reacción e investigación.
RT ha conseguido hablar con dos jóvenes, de 9 y 15 años de edad, que fueron víctimas de abusos sexuales. Ellas provienen de diferentes regiones de Bolivia, pero les ha tocado el mismo destino. Las dos fueron secuestradas, maltratadas y violadas durante un año completo. Lograron salvarse, pero ahora tienen miedo de salir a la calle, de confiar en la gente y de revelar su identidad.
Las principales víctimas de tráfico y trata de personas en Bolivia son chicas menores de edad y de bajos recursos. El gancho muchas veces son anuncios en los periódicos locales que les ofrecen trabajos muy atractivos, pero después estas promesas casi nunca se cumplen.
"¿Cómo es posible que pueda haber caído yo?"
La doctora Patricia Bustamante, directora del Centro de Capacitación y Servicio para la Integración de la Mujer, lleva 16 años desarrollando acciones para prevenir este tipo de delitos. Tras muchas investigaciones, su equipo llegó a la triste conclusión de que Bolivia es un "paraíso" para captar personas.
En un reciente proyecto llevado a cabo con jóvenes universitarios, el centro montó una empresa ficticia que ofrecá trabajos bien remunerados en un cadena hotelera. Atraídos por los altos salarios, todos los participantes del experimento se mostraron dispuestos a aceptar la oferta falsa. "¿Cómo es posible que pueda haber caído yo?", fue la pregunta que se hicieron al conocer la verdad y darse cuenta que podían haber caído presas de una red criminal.
"La justicia es gratuita"
Los alarmantes índices de trata de personas de Bolivia no preocupan solo a las organizaciones independientes. A partir del 2012, las autoridades del país empezaron a desarrollar proyectos especiales para proteger a las víctimas de acoso.
La Policía boliviana creó unas "divisiones que se encargan exclusivamente de la trata de personas", explica el coronel Felipe Almaraz, exjefe de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen. Al recibir una denuncia, un grupo de élite "inmediatamente sale al lugar donde supuestamente ha sido secuestrada la víctima", explica.
Sin embargo, en muchas ocasiones las víctimas no denuncian por no conocer bien sus derechos. Según Jaldibek Escobar Vega, director del Departamento de la lucha contra el crimen, "hay un fenómeno interesante – la tradición de no denunciar y no precisamente por lo económico, sino por la falta de costumbre". Es por ello que las autoridades tienen como objetivo concienciar a la sociedad boliviana "de que la justicia y la investigación es gratuita".