lunes, 30 de septiembre de 2019

asesinato que el pueblo no puede olvidar

Hermanas Mirabalsu cuerpo apareció destrozado en el fondo de un barranco, en el interior de un jeep junto con dos de sus hermanas, Patria y María Teresa, y el conductor del vehículo, Rufino de la Cruz.

Más de medio siglo después, la promesa de Minerva parece haberse cumplido: su muerte y la de sus hermanas en manos de la policía secreta dominicana es considerada por muchos uno de los principales factores que llevó al fin del régimen trujillista.

Y el nombre de las Mirabal se ha convertido en el símbolo mundial de la lucha de la mujer.

La "gota que colmó la copa"

Conocidas como "Las Mariposas", estas mujeres nacidas en una familia acomodada en la provincia dominicana de Salcedo (hoy Hermanas Mirabal), con carreras universitarias, casadas y con hijos, contaban en el momento de su muerte con cerca de una década de activismo político.


El poder de las mariposas



Cifras dolorosas



la danza de la muerte

Por Carlos Vallejo (el poeta del sentimiento).

Para el miércoles 4 de octubre de 1937, se había cerrado “la ventana” de tiempo para abandonar el país.

Ese día la frontera a lo largo de los cruces del río Masacre amaneció herméticamente custodiada.

Los haitianos eran recogidos y llevados a zonas específicas donde eran ultimados. En la labor de redada el ejército incorporó a campesinos y presos comunes “liberados” para “ayudar” en el apresamiento y eliminación de los haitianos.

Anticipando a la magnitud de esta labor la dotación militar local fue reforzada por tropas de la cuarta brigada del ejército que fueron dispersadas en Dajabón y otros pueblos aledaños, otra prueba que se trataba de un operativo militar bien planificado.

Muchos haitianos fueron sacados de santuarios donde se escondían. Mayormente en casas de amigos o relacionados. Muchos dominicanos considerados haitianos murieron en estas redadas.

Algunos lo mataban en el acto, a otros los transportaban a zonas designadas para disponer de los cadáveres, Antonio Sepín recuerda a la cocinera de su casa “Resiná” apuñalada en el cementerio con el cachimbo aun apretado en la boca.

Sergio medina, Dominicano, había venido a Dajabón a reunirse con su madre haitiana y a ayudarla a salir del país. Los soldados se presentaron a la casa el 4 de octubre matando a ambos madre e hijo.

En Dajabón. La matanza en gran escala comenzó en la sabana de Juan calvo a unos 7Km del pueblo en la carretera loma de cabrera.

Zoilo Rodríguez presenció la redada de haitianos por el ejército y campesinos.

A su larga edad recuerda con claridad el sitio exacto por donde la guardia los llevaba. Eran miles de ellos, les quitaban caballos y todo lo que llevaban y los metían por ahí (señalando la dirección de zanjas en la sabana de Juan calvo) los llevaban amarrados unos a otros por grupos, aproximadamente un guardia por cada 8 haitianos.


Los haitianos jamás olvidan esto y por eso a diario matan oficiales del ejército, soldados de las fuerzas armadas, atracan a ciudadanos dominicanos; como el caso de la ex defensora del pueblo  doña Altagracia Marcelino, y otros casos más en venganza por la danza de la muerte de 1937 con Rafael Leónidas Trujillo Medina.