La palabra evangelio significa
en Griego “buenas nuevas” los que se conocen fueron detectados por Mateo,
Marcos, Lucas y Juan (personajes de quienes poco se sabe).
Carlos Cásale –teólogo chileno
de la universidad católica –dice al respecto: “creo que la fecha en que se
escribieron los evangelios no es muy relevante, pero sabemos que las cartas de
pablo Datan del año 45 después de Cristo y que los últimos documentos, como el
evangelio de Juan, fueron escritos alrededor del año 100, es decir, en un lapso
de 40 y 5 años”. Los tectos originales de los evangelios nunca han sido
encontrados. Aunque sí copias bastantes antiguas. Los evangelios pretendieron
decir que “Jesús de Nazaret no era un profeta más u otro Juan Bautista, sino
que en él se dio de una vez y para siempre la revelación definitiva de Dios en
la Historia. Quien escucha lo que dice Cristo y sigue sus enseñanzas, sigue las
enseñanzas de Dios mismo. Los evangelios se hicieron para quien los leyera
tuviera fe, y buscan no tanto transmitir las enseñanzas de un maestro a la usanza
antigua, como tener una misión salvadora”, explica Cásale.
Esa sería la razón primordial
por al cual dichos tectos presentan entre sí pequeñas diferencias; por ejemplo,
unos hablan de que Jesús solo hizo una visita a Jerusalén: otros aciertan que
fueron dos. Sin embargo, para Carlos Cásale, tales incoherencias no tienen
importancia porque el mensaje fundamental es que “quieren ver a Jesús, tiene
contacto directo con Dios, y ese contacto es la salvación del hombre”.
La mayoría de las
religiones posee tectos sagrados, más los que diferencia a los evangelios
cristianos de otras escrituras es que sufre cualquier persona y es consecuente
con el mensaje del padre.
No hay ningún otro dios que
haya muerto por amor a los hombres y, en este sentido, los evangelios son
únicos.
Se dice que si se pusiera
por escrito todo lo que Cristo dijo faltarían hojas.
Hay personas que son como
los caballos de manada, estos caballos aun corran más que el que va delante de
ellos no se le pasan por respeto a los mismos, es el caso de la mano derecha
del gobernador de Barahona, Ingeniero Agrónomo y doctor en leyes, Luciano
Alcántara Gómez (coradín), este profesional es quien lo hace casi todo, por no
decir todo, como mano derecha del
gobernador, es la persona que enfrenta a los disturbios en la población; es el
mismo que da la cara en los desencantados compañeritos de las bases, este mismo
hombre en cantalarrana, barrio que le falta todo en Barahona, se preparaban
para quemar las maquinarias de obras públicas porque no le cumplieron con
promesas de arreglarles las calles. Este mismo hombre fue al lugar de los
hechos y resolvió el problema y cumplió con las promesas que el gobernador le
prometió. Entonces con los conocimientos que este hombre tiene de esa cartera y
con la aceptación que el pueblo le ha demostrado, debe ser el gobernador
perfecto y que no estén promoviendo compañeritos de la base que han ocupado
puestos y que no han hecho nada porque este gobernador que está ahí, si el PLD
quiere tener una cuota de aceptación y respeto que complazca al pueblo
designando a este hombre, Luciano Alcántara Gómez, en la gobernación a Barahona;
y Barahona cabalgaría en un caballo con luz propia y por caminos diferentes.
SANTIAGO, Chile.- El ministro de Industria y Comercio, Temístocles Montás, afirmó aquí este martes que la economía dominicana ha crecido bien en los últimos 25 años (5.5%, promedio anual) y está entre las siete primeras de las 14 economías más relevantes de la región, con una tasa de crecimiento de la productividad total desde 1991 hasta hoy.
Al pronunciar las palabras de introducción de la segunda jornada del panel de expertos acerca de “Productividad y dinámica empresarial: información con datos a nivel de empresas y sus elecciones de política”, Montás sostuvo que la dominicana “es la economía que exhibe el mayor crecimiento de su productividad total de los factores en los últimos tres años, lo que, asociado en buena medida a este desempeño, figura (como ha sido revelado en el Informe-OCDE) entre los seis países de la región que han logrado escalar en “clase” hasta situarse en el grupo de países “Cluster 3”.
No obstante, el Ministro expresó que “en la cadena del análisis, el desarrollo y la gestión de la productividad hay, y siempre habrá, un mar de cuestiones que siempre ameritarán de mucha investigación y análisis, mucha academia y mucho consenso inter e intra sectorial”.
Montás dirigió un panel de expertos en el marco del seminario internacional “Productividad y crecimiento Inclusivo” que es organizado por el Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, y de Relaciones Exteriores, de Chile, en colaboración con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El evento fue abierto el lunes por la presidenta de Chile, Michelle Barchelet y participan ministros responsables de desempeño económico, comercial e industrial de toda América Latina.
Al dirigirse al auditorio, Montás dijo que esperaba que el balance final de la jornada que estamos iniciando será similar al que resultó del día de ayer: “transmisión de hallazgos e intercambio de ideas y lecciones aprendidas en torno la cuestión de cómo hacer que el crecimiento de la productividad ocurra, y potencie el crecimiento económico inclusivo en nuestros países”.
Subrayó el carácter multidimensional de la productividad, tanto en su análisis, desarrollo y gestión.
“Como hacedores de política, es el tema de la mayor relevancia, por muchas razones. Entre estas, por la relación que guarda con la variable crecimiento de la economía y, en particular, con la calidad de ese crecimiento. Una calidad que está vinculada a objetivos y metas de desarrollo social inclusivo”, agregó Montás, según nota de la Dirección de Comunicaciones del Ministerio de Industria y Comercio.
Apuntó que cada quien en su país debe abordar la productividad desde su propia especificidad para extraer lecciones y superar sus preocupaciones.
Estimó que en el análisis, desarrollo y gestión, “el de la productividad es un tema tan micro como macro. En esta perspectiva, es muy atinado y pertinente cuestionarse acerca de qué pueden lograr las políticas públicas en este campo.
Igualmente, determinar qué incidencia tendrá la forma en que se gestionan los márgenes de precios sobre la productividad de las empresas y si la competencia es un ingrediente que promueve realmente el desarrollo de la productividad.
En el seminario, que se clausura este martes, participaron ministros vinculados a temas productivos de toda Latinoamérica y expertos económicos internacionales, quienes discutieron acerca de los desafíos de productividad en Chile y en el resto de la región.
El seminario se enmarca dentro del Programa Regional de la OCDE para América Latina y el Caribe, que tiene como objetivo apoyar a los gobiernos de la región en sus esfuerzos por diseñar e implementar las políticas adecuadas para aumentar la productividad, mejorar la inclusión social y fortalecer las instituciones y la gobernanza.
Entre los panelistas participaron, además de Montás, Giuseppe Nicoletti (Jefe de la División de Análisis de Política Estructural, OCDE); Guido Sandleris (Universidad Torcuato di Tella, Buenos Aires), Aldo González (Académico Universidad de Chile), Álvaro García (Académico Universidad de Chile).
También, Santiago León, Ministro de Industrias y Productividad, Ecuador; Ángel Melguizo (Jefe de la unidad de América Latina, OCDE); Arturo Anton (CIDE, México), Patrick Lenain (Director asistente, OCDE) y Sergio Urzúa (Académico de la Universidad de Maryland).
El Ministerio de Cultura recibió de la Embajada de Estados Unidos de América unos 23 objetos precolombinos que habían sido importados de manera ilegal, incautados por agencias de seguridad estadounidense en Puerto Rico.
La ceremonia de entrega de las piezas estuvo encabezada por el ministro de Cultura, Pedro Vergés y embajador estadounidense, James W. Brewster, así como el agente especial Ricardo Mayoral.
“Este es un día importante para el Ministerio de Cultura, el Gobierno dominicano y el país” expresó Vegés, asimismo dijo sentirse, no solo por la devolución de las piezas, sino por lo simbólico de este acto en las relaciones bilaterales del país y Estados Unidos.
“Espero que este acto sea un incentivo para que las relaciones entre nuestras dos naciones lleguen a planos más profundos de cordialidades mutuas”, manifestó Vergés, quien estuvo acompañado de viceministros y directores de museos.
El funcionario aseguró que las piezas serán celosamente cuidadas y dijo que el destino de las mismas será el Museo del Hombre Dominicano.
En su discurso previo, Brewster destacó que las piezas taínas entregadas son un testamento de la rica herencia de esta nación, y de sus raíces indígenas. Agregó que la repatriación de las mismas garantiza que los dominicanos podrán observar y aprender de las tradiciones de sus ancestros.
El embajador de los Estados Unidos dijo que, aunque las piezas entregadas pertenecen a República Dominicana, también son parte de la herencia cultural del mundo: “Estas piezas transmiten a nuestro conocimiento colectivo información sobre las civilizaciones pasadas”, sostuvo.
De su lado, Ricardo Mayoral, agente especial a cargo de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI, por sus siglas en inglés) del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos en Puerto Rico, detalló que entre las piezas repatriadas se encuentran una vasija que data de 1200 a.C. a 1450 a.C., hachas petaloides, un cincel, una cuña petaloide, un majador cónico, entre otros.
Mayoral comunicó que las piezas fueron descubiertas como parte de cuatro investigaciones separadas, realizadas en Puerto Rico por la (HSI-ICE), durante el periodo 2008-2014, organismo que trabaja de cerca, cuando es posible, con los gobiernos extranjeros para llevar a cabo investigaciones conjuntas.
Pocas novelas peruanas han sido tan esperadas en los últimos años como "Contarlo todo" (Mondadori, 2013), el libro con el que Jeremías Gamboa se consolidó como una de las principales voces del Perú contemporáneo.
Y es que, antes de que el mundo pudiera familiarizarse con las aventuras limeñas de su personaje principal, Gabriel Lisboa, su trabajo ya contaba con el apoyo entusiasta de Mario Vargas Llosa y Carmen Balcells, la agente literaria del boom de la literatura latinoamericana.
A Gamboa, sin embargo, algunos le criticaron no haber aprovechado la oportunidad para abordar más directamente la situación en el Perúde la década de 1990, en el que transcurre la mayor parte de su novela.
"Lo que se le exigía a Lisboa, y a mí como escritor, era opinar", le cuenta el escritor a BBC Mundo en vísperas del Hay Festival de Arequipa.
Según Gamboa, a su protagonista lo acusaban "de preocuparse por las cosas de cualquier chico, es decir temas de identidad, de vocación, del amor y el desamor, y no atender los reclamos de la sociedad ante la dictadura de Alberto Fujimori".
"Un poco el reclamo iba por ahí, como supongo que en otras novelas reclamarán que por qué no toco la guerra de Sendero Luminoso", dice del largo enfrentamiento entre esa guerrilla de inspiración maoísta y el Estado peruano, el que dejó casi 70.000 muertos entre 1980 y 2000.
"Pero creo que la novela, o al menos la que a mí me interesa, no tiene obligatoriamente que abocarse a eso que puede hacer mejor la historia, la sociología o el periodismo: develar la verdad social o política del país, sino más bien a encontrar una verdad interior, personal, difícil, ambigua, incierta sobre la condición humana", explica.
Eso, sin embargo, no significa que "Contarlo todo" no está impregnado del Perú de los 90, o que su autor no encuentre en la ficción claves para entender a su país y su historia reciente, como se desprende de sus recomendaciones para esta lista.
Una lista elaborada también con las recomendaciones de Renato Cisneros, otro destacado autor joven peruano cuya novela "La distancia que nos separa" es, de hecho, una de las sugerencias de Gamboa.
1. Muerte en el Pentagonito, Ricardo Uceda
"Este es un reportaje absolutamente brillante, que cuenta lo que pasó en los últimos 20 años en el Perú a través de la historia de un mismo tipo", dice Jeremías Gamboa de "Muerte en el Pentagonito".
El tipo en cuestión es Jesús Sosa, "un torturador del régimen militar que luego se convierte en un torturador en la guerra entre Sendero Luminoso y los militares, y termina siendo miembro de un comando de aniquilamiento en la época de Fujimori", explica.
"Y Ricardo Uceda acompaña la experiencia de este tipo a lo largo de todos esos años, contando la historia completa del Perú en un reportaje magníficamente reporteado, magníficamente escrito".
Periodista de larga trayectoria, Uceda ha sido reconocido con numerosos premios internacionales, incluido el prestigioso María Moors Cabot en el año 2000.
Y "Muerte en el Pentagonito" es, para Gamboa, ejemplo de ese tipo de verdad mejor develada por el buen periodismo. "Es un monumento ese libro", dice.
2. Memorias del soldado desconocido, Lurgio Gavilán.
Gamboa resume esta obra de no ficción como "la historia testimonial de un hombre que fue soldado senderista, luego militar en el campo de operaciones contra Sendero Luminoso, luego sacerdote y que escribe como un antropólogo que habla de su experiencia vital".
"Es un libro espléndido", le dice a BBC Mundo.
Y Renato Cisneros claramente coincide: "Es un personaje", dice de Gavilán.
"Estuvo en tres aparatos sumamente jerárquicos -Sendero Luminoso, el ejército y la iglesia- que en esos años fueron las entidades que más colisionaron unas contra otras en esos años".
"Pero el suyo no es un libro en el que uno sienta que hay una especie de ajuste de cuentas, o que hay un deseo de amotinarse contra todo aquello, sino, más bien, de entenderlo", afirma.
3. Los rendidos, José Carlos Agüero
"Este es el libro del hijo de dos integrantes de Sendero Luminoso, que narra de una manera adolorida su condición de hijo de senderistas", es el resumen que Gamboa hace de "Los rendidos".
"El padre de Agüero es asesinado, acribillado en la matanza del penal de El Frontón, en el año 86, y su madre es ejecutada una mañana de 1992 en una playa por un comando militar, y él escribe un libro absolutamente brutal, adolorido", describe.
Pero lo hace, acota Cisneros, "desde una perspectiva de historiador" y con una visión crítica.
"Y en realidad no está hablando de sus padres -ese es el pretexto- sino que está hablando de la capacidad que tenemos en el Perú de estigmatizar a las personas, de cómo para el gran público un hijo de terroristas es necesariamente un terrorista, de cómo se estigmatiza en el Perú para un lado y para el otro", afirma.
4. La distancia que nos separa, Renato Cisneros
Escrito, en cierta forma, desde el otro lado de la acera, "La distancia que nos separa" es, para Gamboa, "un libro importante que habla de las heridas privadas de la historia peruana reciente".
Hijo de un general del ejército peruano, que se desempeñó como ministro del Interior (de 1976 a 1978) y de Guerra (1981 a 1983), la novela de Renato Cisneros es el resultado de una exploración personal sobre ese padre, ya muerto.
Pero su historia familiar también arroja importantes claves sobre la guerra interna.
"Hasta hace tres, cuatro años, la violencia se contaba literariamente desde la ficción -pienso en las novelas de Santiago Roncagliolo, de Alfonso Cueto, de Oscar Colchado Lucio-, pero desde un tiempo a esta parte se ha empezado a contar la violencia desde un punto de vista más personal, más íntimo", le dice a BBC Mundo el propio Cisneros.
"Es como si cada uno, harto de que no haya una única verdad, respetada por todos, más bien trata de constituir su propia verdad, su verdad íntima, privada, a partir de cómo vivió esos años", explica.
Se trata, en palabras de Cisneros, de obras que "son polémicas porque fastidian, porque incomodan, porque nos recuerdan quienes somos".
5. Abril Rojo, Santiago Roncagliolo
Premio Alfaguara de Novela 2006, "Abril Rojo" cuenta la historia de un detective que llega a Ayacucho durante las fiestas de Semana Santa con el objetivo de investigar una serie de asesinatos.
"Y en ese contexto empieza a involucrarse con personajes vinculados a la organización senderista, y poco a poco, al estar más sumido en las entrañas del conflicto, va sufriendo una especie de degradación moral", resume Cisneros.
"Es más un thriller, pero creo que ayuda a entender lo complejo que fue (y acaso sigue siento) el tema de Sendero en las provincias", explica.
Según Cisneros, en ciudades como Ayacucho la organización en un primer momento ocupó el lugar del Estado y se encargó de proveerle a la gente "aquellas cosas que el Estado, por desidia o por incapacidad, no conseguía proveer.
"Claro, era un mecanismo perverso, porque al mismo tiempo que les daba educación y le daba medicinas también los iba reclutando para sus filas", destaca.
"Pero en las provincias el tema ha sido mucho más difícil, mucho más complejo, y creo que la novela de Santiago también buscaba eso: contar la problemática de la violencia desde una mirada no citadina, más alejada de la capital", agrega.
6. Nueve Lunas, Gabriela Wiener
"Nueve lunas" no está situado en Perú, pero Jeremías Gamboa lo describe como "un libro sobre la condición de muchos peruanos en el mundo, uno de los primeros en abordar un tema tan poco 'literario' como el embarazo y la maternidad, y también un libro con una poderosa voz de mujer que reta a cualquier lector".
"Es un libro revelador", dice Gamboa, quien cuenta que el mismo fue "gatillado" por "dos eventos impresionantes".
"Gabriela Wiener y su marido Jaime Rodríguez Z. pierden el trabajo que los mantiene vivos en Barcelona cuando cierra una revista en la que ambos trabajan y al mismo tiempo se enteran de que van a ser padres", cuenta.
"En el desempleo, lidiando por traer una hija al mundo en un mundo áspero y enfrentada a los cambios de su cuerpo y condición, Wiener decide reportear su propio embarazo y las precariedades, inseguridades y afirmaciones que trae y escribe un estupendo recorrido por su condición de migrante, de mujer, de futura madre".
Para Gamboa, en la categoría de libros de no ficción "Nueve lunas" es tan importante como "De dónde venimos los cholos", de Marco Avilés, al que describe como "magistral".
"Es un conjunto de historias del interior de los Andes peruanos narradas con rigor, precisión y una gran calidad. De lo mejor que ha aparecido en los últimos años", promete.
Si por lo general los volcanes se forman en los límites de las placas tectónicas, ¿por qué en Madagascar, situada en el medio de una placa tectónica, hay volcanes?
No solo eso, la placa donde se encuentra esta isla del océano Índico es una muy antigua que no ha tenido actividad tectónica en los últimos 80 millones de años.
Y aún así, aquí ocurren 500 terremotos al año y tienen volcanes que han estado activos en el pasado geológico reciente -estamos hablando de hace miles de años, pero para lo que es la geología, es como si fuera ayer.
"Que en Madagascar hayan volcanes activos es como si en St Louis (Estados Unidos) tuvieramos volcanes en erupción", comentó Michael Wysession, profesor de ciencias planetarias de la universidad de Washington, EE.UU.
Entonces, ¿qué está pasando en Madagascar?
La isla -la cuarta más grande en el mundo- es un pedazo de tierra que se separó de África hace unos 150 millones de años junto con India, y luego India se despegó de Madagascar hace unos 65 millones de años.
Esto dejó a la isla muy aislada, tanto de África, como de Asia y -según los expertos- esta es la razón por la cual tiene una geología muy compleja.
Para determinar lo que sucede en este trozo de tierra, un equipo de expertos de la universidad de Washington estudió durante cinco años tanto la superficie de la isla como lo que hay bajo esa costra rígida de la corteza y el manto superior de la Tierra.
"Lo que estamos haciendo es tratando de descubrir las razones de esta actividad volcánica en la isla", le dijo a BBC Mundo Martin Pratt, jefe de la investigación.
Elevaciones inusuales
Los científicos detectaron tres áreas de piedra caliente en el manto que hay bajo tres volcanes distintos de la isla.
Pero también descubrieron algo curioso.
"Descubrimos rutas profundas de manto caliente que hacen que la litósfera -esa capa sólida superficial de la Tierra- se divida en dos", señaló Pratt.
Pratt explicó que la parte superior es bastante normal, pero la parte de abajo está deformada.
"Descubrimos que en algunas partes de Magadascar la litósfera es muy delgada", agregó el experto.
Y esto es lo que permite al manto que está más abajo subir hacia la superficie, "y en la medida que asciende se libera presión y (la roca) se empieza a derretir".