Y, ahora, un equipo de investigadores en Reino Unido, ha creado un tamiz en base a este material que podría resolver uno de los grandes problemas de este siglo: la escasez de agua potable.
El tamiz, aseguran investigadores de la Universidad de Manchester, tiene la capacidad de filtrar la sal del agua de mar.
Esta invención podría ser de gran ayuda para millones de personas que no tienen acceso a agua potable y que, según la ONU, representarán un 14% de la población mundial para 2025.
Producción a escala
Uno de los problemas que lograron resolver para desarrollar este filtro fue cómo hacerlo a escala industrial.
Según el estudio publicado en la revista Nature Nanotechnology, éste y otros obstáculos fueron superados utilizando un derivado químico llamado óxido de grafeno.
Identificado por primera vez en 2004, el grafeno consiste en una única capa de átomos de carbono que lo convierten en el material más fino jamás creado.
Sus inusuales propiedades, como la extraordinaria fuerza tensil y conductividad eléctrica, lo convierten en uno de los materiales más promisorios para futuras aplicaciones.
Sin embargo, producir grandes cantidades con los métodos existentes -como la deposición química de vapor- es difícil y también costoso.
En cambio, "el óxido de grafeno puede producirse por oxidación simple en el laboratorio", le explicó a la BBC Rahul Nair, a cargo del equipo de investigación.
"Podemos crearlo como una tinta o una solución sobre un sustrato o material poroso y luego usarlo como una membrana".
"En cuanto a producirlo en cantidad y en cuanto al costo del material, el óxido de grafeno tiene una ventaja potencial respecto al grafeno de una capa".
Control
Las membranas de óxido de grafeno ya demostraron su capacidad para filtrar nanopartículas pequeñas, moléculas orgánicas en incluso sales grandes.
Pero hasta ahora no podían usarse para filtrar sales comunes, que requieren filtros con orificios aún más diminutos.
En el pasado, las membranas de óxido de grafeno se hinchaban ligeramente cuando se las sumergía en agua y dejaban pasar sales pequeñas a través de sus poros junto con las moléculas del líquido.
Nair y sus colegas lograron ahora demostrar que si se pone una capa delgada de resina epoxi (una sustancia que se usa en revestimientos y pegamentos) a cada lado de la membrana de óxido de grafeno, se evita que ésta se expanda.
Restringir la expansión del material de esta manera también les permitió a los investigadores afinar las propiedades de la membrana, para dejar -por ejemplo- que pase más o menos sal común.
"Esta es nuestra primera demostración de que podemos controlar el espacio de los poros en la membrana y llevar a cabo la desalinización, lo cual antes no era posible", aseguró Nair.
"El próximo paso será comparar este material con los mejores que existen en el mercado".
El equipo deberá demostrar también cómo producir estas membranas a escala industrial y a bajo costo, y cuánto podrán resistir en contacto constante con agua de mar.
No se trata solamente de un problema de falta de información y educación sexual para adolescentes, o de poco acceso a métodos anticonceptivos.
Estadísticas señalan que las menores cada vez están más expuestas a ser víctimas de trata de personas con fines de explotación sexual, violencia de género, violaciones, secuestros y otros delitos que agudizan el problema del embarazo adolescente en Bolivia y el resto de la región.
El más reciente informe sobre el "Estado de la población mundial", del Fondo de las Naciones Unidas para la Población (UNFPA, por sus siglas en inglés), señala que la tasa de natalidad en mujeres entre 15 y 19 años en Bolivia es de 116 por cada 1.000 en ese país.
Mientras que el promedio regional de partos en adolescentes es de 77 por cada 1.000.
El reporte, presentado a fines del año pasado, indica que detrás de Bolivia se encuentran Honduras, donde 101 adolescentes dan a luz por cada 1.000, y Venezuela, con 95 casos en cada millar de mujeres.
Bolivia se ubica, además, sólo detrás de Haití como el país con mayor mortalidad materna y en este parámetro duplica el promedio latinoamericano.
La tasa de mortalidad materna en ese país es de 206 por cada 100.000 nacidos vivos, mientras que en América Latina el promedio es de 92 en cada 100.000.
Tasa de natalidad y mortalidad materna en Latinoamérica
País
Tasa de natalidad en la adolescencia, por cada 1.000 mujeres de 15 a 19 años (2006-2015)
Tasa de mortalidad materna por cada 100.000 nacidos vivos (2015)
Bolivia
116
206
Honduras
101
129
Venezuela
95
95
Nicaragua
92
150
Guatemala
91
88
Panamá
91
94
República Dominicana
90
92
Colombia
84
64
México
83
38
El Salvador
72
54
Argentina
68
52
Haití
66
359
Brasil
65
44
Perú
65
68
Uruguay
64
15
Paraguay
63
132
Costa Rica
61
25
Cuba
53
39
Chile
52
22
Ecuador
Sin datos
64
Promedio de Latinoamérica
77
92
Fuente: "Estado de la población mundial 2016", UNFPA.
¿Las causas en Bolivia?
Expertos consultados por BBC Mundo señalaron que el fenómeno del embarazo adolescente es un problema cada vez más grande en varios países de América Latina.
Alberto Castro, oficial de Salud Sexual y Reproductiva de UNFPA en Bolivia, le explicó a BBC Mundo que la legislación de ese país es avanzada en cuanto a sexualidad, pero que hay aspectos que deben mejorarse.
"La Constitución boliviana incluye importantes avances, pero ahora luchamos porque el Estado amplíe el acceso de adolescentes a la educación sexual, la prevención y la salud", explicó el funcionario.
El representante de UNFPA añadió que, entre los motivos del crecimiento del embarazo adolescente en Bolivia, está la ausencia de educación integral sobre sexualidad.
"Lo que falta no son anticonceptivos, sino una demanda informada de ellos. Los adolescentes tienen una vida sexual sin información, educación, ni salud apropiadas", añadió.
Ante tal situación, el gobierno boliviano anunció que programas en todos los municipios del país para brindar información a los jóvenes sobre cómo prevenir embarazos no deseados.
Bajo el lema de "Vivir mi sexualidad responsablemente", el Ministerio de Salud boliviano realiza ferias educativas.
En una declaración a medios bolivianos, la ministra de Salud, Ariana Campero, destacó que gracias a los programas que se implementan, los casos de embarazos precoces se han reducido en los últimos años.
Según cifras del gobierno boliviano reportadas en 2016, la tasa de fecundidad en mujeres de 15 a 19 años es de 88 nacimientos por cada 1.000.
El partido de Evo Morales, además, intenta ampliar las causales de práctica de un aborto legal en razón a la forma en la que se produjo el embarazo, la condición socioeconómica, la edad y la situación familiar de la mujer afectada.
De acuerdo al oficialismo boliviano, el 10% de las muertes de mujeres en ese país se producen por abortos mal practicados.
UNFPA señala que existe un vínculo entre los altos índices de embarazo adolescente y elevada la mortalidad materna en Bolivia, pues los embarazos en menores son en sí embarazos de riesgo.
A pesar de la estadística, sectores como la Iglesia católica, el gremio de médicos y partidos de oposición están en contra de la propuesta de ley para ampliar las causales de embarazo legal en ese país.
¿Quiénes son las víctimas?
Además de las cifras del reporte de UNFPA, encuestas y estudios hechos en Bolivia señalan que el porcentaje de mujeres entre 10 y 19 años que ya son madres o se encuentran embarazadas oscila entre el 18% y el 23%.
Alberto Castro explicó que, de acuerdo con los datos disponibles, los casos se multiplican en familias de condiciones socioeconómicas precarias y niveles de estudio bajos.
Además, el embarazo adolescente en Bolivia es un fenómeno más fuerte en las áreas rurales que en las ciudades.
Por su parte, Miriam Suárez, directora de Casa de La Mujer, una organización independiente con sede en la ciudad boliviana de Santa Cruz, explicó que el embarazo adolescente es un reflejo de la desigualdad y la discriminación.
"¿Dónde se encuentra la mayor cantidad de embarazos de menores? ¿En los colegios privados con familias estables o en las áreas con menores recursos de donde las niñas huyen para escapar de la pobreza y la violencia?", comentó Suárez.
La representante de Casa de la Mujer acotó que, en muchos casos, las adolescentes ven "como una tabla de salvación" a personas que terminan abusando de ellas y dejándolas embarazadas.
"Los embarazos no deseados de menores están relacionados a la pobreza, a la falta de salud y educación. Muchas veces se trata de abusos del entorno más cercano como los parientes, profesores o los 'amigos' de los padres", afirmó Suárez.
El flagelo de la trata y la violencia
A todo lo anterior hay que añadirle otros delitos relacionados con la trata de personas, la prostitución infantil, la violencia sexual y la violencia sexual comercial.
Para Castro, de UNFPA, en el caso de la trata de personas en Bolivia "fue todo un cambio social, pues hasta hace pocos años lo que sucedía no era ni una muestra de lo que ocurre ahora".
Según la Fiscalía General de Bolivia, los casos de trata anuales se han duplicado en los últimos cinco años.
Entre 2012 y fines de 2015 se registraron 2.119.
Además, 7 de cada 10 mujeres reconocen haber sufrido alguna forma de abuso o acoso sexual.
"Las menores son el objetivo más codiciado por los tratantes. Es un fenómeno nuevo que ha crecido de manera sorprendente en toda la región", afirma Suárez.
La directora de Casa de la Mujer añade que las menores logran salir de las redes de la trata con múltiples abortos, muchas veces mal practicados, y en varias oportunidades con más de un hijo.
"Lamentablemente, para una niña o adolescente acceder a la justicia en estos casos es muy difícil. No sólo porque el sistema judicial es poco efectivo, sino porque los tratantes amedrentan a las menores", explicó.
Suárez señaló que las jóvenes que logran escapar o son rescatadas "hablan una vez y después se encierran. Ya no dicen nada".
"Se van con sus familias o abandonan la ciudad por los amedrentamientos".
La activista reconoce que así es muy difícil, pero al igual que UNFPA o el gobierno boliviano, insiste en que los esfuerzos para contener este problema deben surgir de todos los sectores de la sociedad.
El estadounidense de 65 años cruzó hacia Canadá por la frontera norte con Estados Unidos, cazó el animal y se presentó ante las autoridades de la provincia de la Columbia Británica para decirles lo que había hecho.
Desautel argumentó que no había cometido un delito, sino que había ejercido su derecho a cazar en las tierras que habitaron sus ancestros, la tribu indígena Sinixt, hace miles años.
Para él, no había diferencia entre hacerlo en el territorio estadounidense de Washington o en el lado canadiense de la frontera, pues todo formaba parte de una misma tierra sagrada y milenaria.
Pero las autoridades lo arrestaron de todas maneras, bajo la acusación de no tener licencia para cazar ni residencia en el país.
Y es que la tribu Sinixt, que solía habitar entre ambos países, goza de reconocimiento como comunidad originaria en EE.UU., pero Canadá la declaró extinta en 1956.
El propósito de Desautel, según le dijo su abogado a BBC Mundo, era provocar un juicio en Canadá para lograr que el país reconociera nuevamente la existencia y los derechos de los Sinixt dentro de ese país.
Pasaron siete años hasta que la semana pasada una jueza falló a su favor.
En su veredicto, la jueza Lisa Mrozinski consideró que el acusado estaba "ejerciendo su derecho aborigen a cazar en la frontera entre EE.UU. y Canadá, su territorio por tradición histórica, como lo han hecho por varios miles de años", según fue citada por medios locales.
La decisión fue celebrada en las instalaciones del tribunal canadiense por alrededor de 60 miembros de la comunidad Sinixt en Estados Unidos que acompañaron a Desautel en el caso.
"Aunque el gobierno probablemente apele esta decisión, es un paso gigante para ellos, que por años han luchado por ser reconocidos en Canadá", le dijo a BBC Mundo Mark Underhill, representante legal de Desautel.
Por su parte, Desautel declaró a los medios que la determinación de la jueza se basaba en "el honor y la historia de nuestro origen".
El gobierno de la Columbia Británica le dijo a BBC Mundo que no tenía las competencias para pronunciarse sobre el caso, por tratarse de un asunto judicial.
Pero, ¿cómo fue que Canadá declaró la extinción de los Sinixt?
Reclamo ancestral
Hace al menos 5.000 años, la nación Sinixt habitaba las tierras que hoy en día comprenden una amplia franja del noreste de Washington (EE.UU.) y el sur de la Columbia Británica (Canadá), según señaló el portal web Sinixt Nation.
Aunque "la parte más grande de su territorio ancestral está en la Columbia Británica", le explicó a BBC Mundo Paula Pryce, antropóloga de la Universidad de la Columbia Británica que escribió un libro sobre la historia y tradiciones de los Sinixt.
El primer contacto entre la comunidad originaria, también llamada Arrow Lakes,y los exploradores extranjeros ocurrió en 1811.
A raíz del establecimiento de rutas comerciales en la zona, surgieron también epidemias y enfermedades, lo cual causó la muerte de un alto porcentaje de miembros de la comunidad Sinixt, detalló Pryce.
Tras la firma del Tratado de Oregón, en 1846, se estableció la frontera internacional entre EE.UU. y la Columbia Británica.
Y con esto quedó dividido el territorio que tradicionalmente habían habitado los Sinixt.
En el lado estadounidense, el presidente Millard Fillmore ordenó al entonces gobernador de Washington, Isaac Stevens, a que entablara diálogos con las tribus de la zona para crear reservas indígenas en las que estas se agruparan.
Mientras tanto, añadió Pryce, "no había una presencia organizada del gobierno colonial en los territorios donde vivían los Sinixt en la Columbia Británica".
Pero lo que terminó de ocasionar un desplazamiento de los Sinixt a EE.UU., describió la antropóloga, fue la llegada de los colonos y mineros de oro y de plata.
La explotación de las tierras y un "esfuerzo por desplazar a los habitantes originarios", afirmó Sinixt Nation, contribuyó a que gran parte de los Sinixt se trasladaran a Washington, para restablecerse en la reserva designada por el gobierno estadounidense.
Los pocos que quedaron en Canadá, agregó Pryce, fueron adoptados por familias de otras naciones indígenas y algunos fueron relocalizados en una pequeña villa, alejada de sus tierras originarias.
Fue allí que falleció Anne Joeseph, la última miembro de la tribu Sinixt inscrita en Canadá.
"Los Sinixt en Canadá vivieron una diáspora por circunstancias históricas. Pero siempre han querido volver por el valor ancestral de esas tierras".
Ese es el deseo que podrá cumplir Rick Desautel y los demás miembros de la comunidad Sinixt que viven en EE.UU., ahora que la justicia canadiense se puso de su lado.