David
Hilbert
Destacó
por haber estudiado viejos problemas matemáticos no resueltos y por haber sido
maestro de docenas de científicos de todo el mundo.
En
1900 se realizó en Paris el congreso Internacional de matemáticos. La gran
figura fue, sin duda, el Alemán David Hilbert. Sobre todo con su obra
fundamentos de Geometría –publicada apenas en 1899 –, Hilbert había convertido
a la universidad de Gotinga en el punto hacia donde todos los matemáticos dirigían
sus miradas en el discurso que pronunció en Paris, Hilbert sostuvo lo que
presumía su pasión matemática: “mientras una rama de la ciencia presenta
abundancia de problemas permanece viva. La carencia de problemas significa la
decadencia o el CC del desarrollo independiente. Así como toda empresa humana
persigue sus objetivos, de esa misma forma la investigación matemática necesita
también sus problemas. He aquí el cimiento de las matemáticas”.
Nacido
en Königsberg, Prusia, en 1862, realizó todos sus estudios –desde la primera
hasta el doctorado en matemáticas –en su ciudad natal. En 1895, la universidad
de Gotinga lo contrató para ser titular de la cátedra de matemáticas. A partir
de entonces se dedicó a 2 tareas fundamentales: revisar problemas no resueltos
en los dos siglos anteriores y dar clases. La lista de sus discípulos es
inmensa. Además de los mencionados en este artículo, destacan Enrico Fermi (Nobel
de Física en 1936, Robert Opprnheimer (Físico nuclear, uno de los
creadores de la bomba atómica) y Herman Weyl (quien llegó a ser campeón mundial
de ajedrez.
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