Leonardo (fafa) Taveras
14 de Junio y dirigente del PRD, ha padecido de asma durante toda su vida lo que no ha constituido para él obstáculo alguno, ni para el deporte ni para la política. Como le decía su médico, el asma tiene un contrato muy personal con cada paciente y, contrario a lo que suele ocurrir, cuando Fafa tiene mucha ocupación, lejos de hacer una crisis asmática, a él se le desaparecen los síntomas: "se me paraliza el asma".
Fafa tenía una relación médica muy estrecha con su hermano urólogo, Juan Taveras, menor que Fafa, fallecido hace unos años, a través de quien se documentó de la importancia que tiene el chequeo de la próstata en todo hombre a partir de los 45 años . Por esta razón, desde 1988 él solía hacerse estudios médicos rutinarios. Fue entonces cuando, chequeándose la próstata, se descubrió que había algo que verificar y se le tomó una muestra para hacerle una biopsia que arrojó resultados positivos. Era cáncer.
¿Qué sintió?
La gente suele asociar la palabra cáncer con un sentido trágico No reacciono basado en el temor. He sabido cómo manejar mis emociones y mis tensiones. Recabé toda la información relacionada con el cáncer de próstata, ayudado sobre todo por la acuciosidad de Magaly (su esposa) que es una investigadora profesional. Fuimos a Houston a hacer una indagatoria. Desde un principio manifesté que no quería operarme; quedaban dos alternativas: insertarme una semilla radioactiva que permitiría disolver el cáncer y darte una garantía de protección importante o, un tratamiento de radiación externa.
¿Cuál eligió?
Al no calificar para la primera alternativa, tuve que decidirme por la radiación externa.
¿Cuántas sesiones tuvieron que darle y dónde finalmente se las dio?
En Nueva York, 42 sesiones consecutivas. Previo a cada sesión de radioterapia, en un ambiente depresivo, me convertí, en cierta medida, en un auxiliar psicológico de los otros pacientes. Sé que el alma humana tiene una energía que la gente no conoce. Si tú te predispones negativamente frente a tus dificultades, tú agravas la condición.
Usted es un ejemplo.
Yo asumí este problema terapéutico, con el apoyo de mi esposa, lejos de la angustia con que la gente suele hacerlo, lo hice con lectura, con paseos, aproveché para conocer la ciudad de Nueva York, siempre había visitado esta ciudad por motivos de trabajo. Disfruté como si fuesen mis mejores vacaciones, desde luego favorecido por el desarrollo tecnológico.
No tuvo efectos secundarios a las radiaciones.
En lo absoluto.
¿Qué significó para usted esta experiencia?
Para mí fue un tiempo de crecimiento espiritual. Parto de que soy un hombre afortunado: haber sobrevivido durante tanto tiempo, siendo un político profesional que estuvo vinculado a las luchas revolucionarias de este país, me dice no sólo que soy dichoso sino que no tendría por qué quejarme de lo que venga. Mi dicha depende de esta actitud interior de saber que la muerte es algo natural. No agregas nada con tener amargura preventiva.
El apoyo familiar…
La relación familiar fue un factor muy importante. Al término de mis radiaciones a Magaly se le diagnosticó un cáncer y ,sin embargo, a pesar de ese hecho no hemos alterado nuestras vidas ni nuestra disposición subjetiva. Estamos preparados para vivir y para morir sin angustias.
No ha cambiado su visión frente a la vida.
Ha sido una confirmación de la actitud que hemos tenido siempre frente a la vida.
Su divisa…
No se puede sufrir dos veces: esperando la desgracia y padeciéndola. Es una confirmación de mi visión de la vida.
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