Por Carlos Vallejo (el poeta del sentimiento).
El vino blanco o sin color puede servirse frio, sin alterar
su sabor, porque su composición química no contiene elementos que resulten
molestos al paladar. En cambio, en la elaboración del vino tinto, se incluye la
cascara o piel de la uva. Lo cual contiene ácidos que afectan el sabor después del
proceso de fermentación, cuando se trata de un vino tinto, los catadores
profesionales procuran degustarlo a la
temperatura ambiente, ya que en ella los acidos, en consecuencia, resultaría desagradable
para el paladar. Por la acidez consecuente.
La historia. Los egipcios aprendieron de ellos hacia el año
3000 antes de Cristo. A partir de entonces, la vitivinicultura pasó a Grecia y,
luego, la producción y consumo de vino fue una costumbre que llego inclusive a
los ritos religiosos.
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