Por Carlos Vallejo (el poeta del sentimiento).
Antes de cautivar a los romanos con su llamativa
sensualidad, las diosas tipo Venus ya eran populares.
Dos esculturas de la civilización babilónica. Prospera entre
el 2000 y el 1200 antes de nuestra era, presentan rasgos seductores de este
tipo de debilidades. La diosa Isthar, considerada la afortunada era diosa de la
fecundidad, la fertilidad y la reproducción, y aparecía en contraste con Baal,
poder generador. Su carácter era erótico y su culto tan divertido que mantenía “prostitutas
sagradas” en los templos.
Su ciudad divina se llamaba Ishchali.
Una morada con diversas cámaras ordenadas entorno a 4 patios
y una sala de ofrendas con fácil acceso desde la calle. Frecuentemente, Isthar aparecía
desnuda. Con las manos sobre el vientre o los pechos, tal vez para acentuar su
erotismo. En la biblia es llamada Astarte y su culto es calificado de abominable,
la otra diosa que recibe a nuevos miembros de votos con sus pies de aves de
presa y que parece protegerlos con sus alas como manto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.