Depilarse el vello público se ha vuelto muy popular en decenas de países y en los establecimientos que ofrecen ese servicio se puede ver un cartel casi omnipresente: "Depilación brasileña".
Pero ¿cómo comenzó todo?
En el baño de una oficina en Londres, una jóvenes hablan sobre sus regímenes de depilación.
Jennifer, de 19 años, dice que se quita todo el vello púbico cada mes. "Es el peor dolor que he sufrido en mi vida, pero diría que a estas alturas ya estoy acostumbrada", dice.
"Prefiero no tener nada en la parte inferior", cuenta Lisa, de 27 años. "Algunas personas se depilan para ir a la playa y otras lo hacen por los chicos (sus parejas) y quienes lo hacen por los chicos, se depilan la parte de abajo".
Desde que la serie de televisión estadounidense "Sex and the City" tocó el tema sobre lo que las mujeres hacen con su vello púbico (lo cortan, lo afeitan, lo arrancan o lo dejan crecer), este asunto muy femenino se ha vuelto un tema de discusión.
Y de investigación científica también.
Estudios demuestran que la depilación del vello púbico es cada vez más común.
A inicios de 2016, investigadores de JAMA, la publicación de la Asociación Médica Estadounidense, indicaron que 84% de las mujeres que participaron en su encuesta se había sometido a algún tipo de depilación en su vidas. 62% afirmó que en su momento se habían quitado todo el vello púbico. Las mujeres jóvenes entrevistadas se inclinaron más a depilarse que las mujeres mayores de 40 años.
Un estudio de la publicación especializada Journal of Sexual Medicine vinculó el fenómeno con la disponibilidad a la pornografía.
Ese mismo estudio indicaba que la tendencia se originó en Sudamérica, "de ahí que se use el término 'brasileña' para hacer referencia a la eliminación total del vello púbico".
Pero esa no es toda la historia.
Como el sueño americano
"La depilación de bikini a la brasileña nació aquí, en Nueva York, no en Brasil", cuenta Jonice Padilha, del salón de belleza J Sisters en Manhattan, que se considera un establecimiento pionero en el tratamiento, el cual se remonta a inicios de la década de los 90.
Una depilación brasileña incluye eliminar todo el vello púbico de la parte de abajo y dejar un poquito de vello al frente con propósitos decorativos, quizás un triangulo o una línea o hasta un corazón, todo depende del gusto de la clienta.
"Es la libertad para que tengas lo que quieras".
Jonice es la más joven de siete hermanas brasileñas cuyos nombres comienzan con la letra J, las otras son: Jocely, Janea, Joyce, Juracy, Jussara y Judseia.
Dado que muy pocas personas podían decir todos los nombres de forma correcta, empezaron a conocerse como las J Sister (las Hermanas J).
Hoy en día el salón se ha vuelto famoso entre los ricos y famosos y sus dueñas hacen unos US$6 millones al año en depilación y tratamientos para el cabello y las uñas.
Pero sus orígenes son humildes.
"Es una historia inspiradora de mujeres que se hicieron ellas mismas, que surgieron de la nada, inmigrantes ilegales que consiguieron su sueño en Estados Unidos", señala Laura Malin, autora de "Wax and the City" ("Depilación y la Ciudad"), un libro sobre las J Sisters que saldrá a la venta próximamente. "Es el sueño americano".
En una pequeña ciudad
Las hermanas provienen de la pequeña ciudad costera de Vitoria, la cual se ubica entre Río de Janeiro y Bahía.
Crecieron en una familia grande de siete hermanas y siete hermanos y en una tradicional cultura machista.
El padre les prohibía salir sin una chaperona y temía que no fuera seguro que trabajaran para otras personas, cuenta Jocely.
Pero cuando el padre se vio en la bancarrota, sus hijas empezaron a llevar el dinero a la mesa, gracias a los tratamientos de belleza que prestaban en el patio trasero de la casa.
Fue así como se convirtieron en las principales fuentes de ingresos del hogar y como consiguieron abrir tres salones de belleza en la ciudad.
"Después de la escuela, solía irme al salón a pasar el tiempo en cambio de irme a las casas de mis amigas", recuerda Jonice.
Nuestro único error fue no haberlo llamado (el procedimiento) la depilación J Sisters"
En un hogar tan tradicionalista parecía que la única manera de salir de allí era a través del matrimonio, pero Jocely, la cuarta hermana, soñaba con ver el mundo.
Ahorró y ahorró y en 1982 viajó a Nueva York a visitar a una vecina de Vitoria.
Su plan era quedarse por un mes, pero los pocos cientos de dólares que había llevado se agotaron en cuestión de días.
Así que se vino el dilema: devolverse a casa o empezar a hacer dinero.
Empezando con las uñas
Pudo haber enfrentado muchos problemas. "Nueva York era mucho más violento en esa época (que ahora) y muchas brasileñas eran prostitutas. Había un prejuicio", señala Malin.
Afortunadamente, Jocely tenía habilidades en el campo de los tratamientos de belleza.
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No hablaba inglés, pero encontró un trabajo en un salón de belleza especializado en uñas, el cual era dirigido por una portuguesa.
En esa época, la moda la dictaban las uñas de acrílico, que se quitaban incluso semanas después de puestas, pero deterioraban un poco las uñas.
Jocelyn se enfocó en restaurar la salud y lustre natural de la uña. Su reputación como manicurista se regó y atrajo un cliente "poderoso": Adnan Khashoggi, un magnate saudita dedicado al negocio de las armas.
Khashoggi reservaba los servicios de Jocelyn incluso por días enteros a un costo de US$100 la hora con el objetivo de que le hiciera las manicuras entre reuniones.
A través del empresario, Jocelyn conoció a mucha gente influyente, desde estrellas como Brooke Shields y Rod Stewart hasta las editoras de las revistas de moda como Elle o Marie Claire.
Fueron muy valientes al abandonar esta pequeña ciudad en Brasil e ir a Nueva York sin dinero ni inglés
Fue así como empezó a ganar bien y una a una, sus hermanas se le unieron en Estados Unidos.
Jonice fue la segunda en llegar a Nueva York. Quedó deslumbrada. "Cuando llegué aquí me di cuenta que Brasil era el Tercer Mundo", dice. "No sabíamos nada".
En 1987, las hermanas abrieron su primer salón de belleza dedicado a las uñas en la calle 57, entre la quinta y sexta avenida de Nueva York. En esa época se consideraba una ubicación muy poco deseable.
Jonice recuerda que la gente les decía que estaban locas.
En esa época no necesitabas una licencia para poner a funcionar un salón que ofreciera tratamientos para uñas. Así que fue un punto de partida obvio. Sin embargo, tenían otros secretos de belleza que querían impartir.
Un espejo que se rompió
Pocos años después, a inicios de los años 90, empezaron a ofrecer su (todavía sin nombre) depilación de bikini extrema. Se trataba de quitar, con cera, todo el vello púbico incluyendo el de abajo, no solo el de los lados.
Esa depilación en particular había sido inventada por su hermana Janea.
"De hecho es una historia divertida", dice Malin.
A finales de los 70, Janea estaba en Bahía con su esposo, tomándose una cerveza y comiendo pescado frito en la playa.
Estaba admirando a una hermosa joven pero cuando la chica pasó cerca, Janea cuenta haber quedado horrorizada por el vello púbico que sobresalía de la parte de atrás de su diminuto bikini.
"La imagen fue como cuando un espejo se rompe", cuenta Malin.
Lo siguiente que pensó Janea fue: "Wow ¿tenemos pelos ahí?"
¿Estás loca? No te voy a tocar ahí"
En casa, su sospecha fue confirmada. Pero cuando fue a un salón de belleza para que se lo quitaran, se encontró con una actitud de resistencia: "¿Estás loca? No te voy a tocar ahí", fue la respuesta.
Janea decidió hacerlo ella misma. Se encerró con un espejo en el cuarto donde hacían las depilaciones con cera y después de tres horas de dolorosa experimentación salió sintiéndose fabulosa, cuenta la autora.
Convenció a sus compañeras a hacer lo mismo. "Su reacción fue: 'Dios mío, no me avergüenzo cuando estoy en la cama con un hombre o cuando voy al doctor, me siento más limpia", explica Malin.
Un pequeño error
Cuando las hermanas introdujeron el procedimiento en Nueva York, la depilación de bikini con cera era ampliamente popular. Les ayudó que las editoras de las revistas de moda estaban entre sus clientas.
"Nuestro único error fue no haberlo llamado la depilación J Sisters", dice Jonice.
Pero había otro problema, empezaron a sentir la presión de la competencia.
Los inicios de los 90 vieron un boom de la pornografía en internet, en la cual se podían ver cada vez más actrices y modelos sin vello púbico.
"Es muy práctico para la pornografía y muy práctico para la sexualidad", le dice a la BBC Anna Span cineasta de películas para adultos.
Revistas como Playboy y Penthouse mostraban muy poco vello púbico o nada de vello púbico en sus páginas.
Jonice cuenta que Playboy llamó a su salón asegurando que a ellos se les había ocurrido la idea primero. "Dijeron: 'Es nuestra, lo hicimos para el sitio porno'", dice.
Y su defensa fue decir que eso era lo que todo el mundo hacía en Brasil. "Les dije que nosotras estábamos introduciendo nuestra cultura".
"Esa es la razón por la que en todo el mundo se conoce como (depilación con cera) brasileña. Jugué con esa ficha para que me dejaran en paz. Pero empezó acá, no allá".
La gente no ha olvidado que las J Sisters fueron las pioneras reales. Los equipos de producción de programas de televisión como "Gossip Girl" y "Sex and the City" las llamaron para hacerles consultas.
"Sarah Jessica Parker venía acá todo el tiempo", dice Jocely.
Las hermanas enumeran a muchas celebridades como amigas cercanas.
"Ellas tienen relaciones muy cercanas con sus clientas", indice Malin.
"Si le abres las piernas a una mujer, ya no hay mucho que le puedas esconder. He estado ahí muchas veces y terminas hablando de todo: depresión, hijos, sexo anal... Es una locura y un poco terapéutico".
Una "dramedia" en camino
Así como el libro de Malin está en el horno, una producción biográfica televisiva de las hermanas está en camino. Será una especie de "dramedia", como dicen los productores.
"Fueron muy valientes al abandonar esta pequeña ciudad en Brasil e ir a Nueva York sin dinero ni inglés", cuenta Karen Castanho, una de las productoras.
"Tienen tanta energía. Nunca había conocido a nadie como ellas".
¿Qué futuro le deparará a la depilación a la brasileña?
La tendencia podría no ser muy favorable.
Un estudio reciente ha vinculado la depilación de la zona púbica con un aumento de las infecciones transmitidas sexualmente.
El equipo de ciclismo de Gran Bretaña (que se alzó con varias medallas en las dos últimas Olimpiadas) les prohibió a sus competidoras que se depilaran el área del bikini durante los Juegos Olímpicos porque el vello protege contra las irritaciones.
E incluso la revista Tatler recientemente anunció el regreso del look natural.
Los chicos están diciendo: 'No lo hagas, si te afeitas todo te ves como un bebé
De regreso en el baño de la oficina de Londres, esa tendencia parece hacerse eco también.
"Los chicos están diciendo: 'No lo hagas, si te afeitas todo te ves como un bebé", dice Alex, de 23 años.
Su amiga Cameron, de 21 años, comparte la opinión: "Sí, mis amigos dicen que a ellos les gusta el vello púbico porque se sienten más maduros con esa persona".
Pero las J Sisters siempre se han movido al ritmo de los tiempo. En los últimos 10 años, han estado depilando a hombres. Y desde que Jocely descubrió su primera cana allá abajo, el salón también está pintando el vello público para evitar el tipo de percances de hacerlo en casa como lo demostró uno de los capítulos de "Sex and the City".
Algo que es un hecho es que gracias a su influencia, esta parte del cuerpo nunca volverá a ser desatendida.
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