Por Carlos Vallejo (el poeta del sentimiento).
Se le cuelga una botella de una rama de un peral. Luego se
le mete una pera pequeña.
Cuando la pera ha crecido y ya casi está madura, se corta la
ramita que la mantiene unida al árbol y la botella se llena con licor. Con las herramientas
adecuadas, se puede pelar la pera dentro de la botella.
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