Pero sobre todo sabía que si lo golpeaban directamente en los ojos podía quedar ciego: no se enfrentaba a un rival cualquiera.
Contra todos los pronósticos, Leonard, que tenía 30 años, logró derrotar al que era considerado el mejor boxeador del momento después de 12 agotadores asaltos, en una decisión dividida que 30 años después sigue causando polémica.
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Tanta polémica que, tras la derrota, Hagler, quien era el rey indiscutible de los medianos en aquel entonces, decidió retirarse. Apenas tenía 32 años.
Pero, ¿por qué aún no quedan las cuentas claras de aquella noche histórica del boxeo en Las Vegas?
En sus tarjetas, dos de los tres jueces (JoJo Guerra y Dave Moretti) dieron como ganador a Leonard, mientras que el tercero, Lou Filippo, se inclinó por Hagler. Por un estrecho margen, Sugar Ray se coronó.
Y ahí comenzó la controversia: muchos habían visto sobre el ring todo lo contrario a lo que sentenciaba el resultado.
"Esa decisión fue un shock en ese momento. Y siendo un fan de Leonard, como lo soy, revisando la pelea una y otra vez me doy cuenta que evidentemente el que tendría que haber sido declarado ganador era Hagler, no Leonard", dijo el periodista de la BBC especialista en temas de boxeo, Mike Costello.
"Como describió mi colega del diario The Observer Hugh McIlvanney, fue como 'la ilusión de la victoria'. Leonard hizo mucho más de lo que se pensó. Y tal vez eso fue lo que hizo creer a los jueces que habían visto algo que en realidad no ocurrió", agregó.
La gesta de Leonard
Lo que McIlvanney, uno de los mejores escritores deportivos de Reino Unido, definió como una "ilusión de la victoria", tenía que ver con las decisiones que había tomado Leonard para llegar a esa pelea.
En abril de 1987, el excampeón olímpico de Montreal 76 llevaba más de tres años de retiro y apenas había peleado una vez en ese período.
Además, Leonard había sido grande en una categoría menor: los pesos welter (63,5 kilos). Y quería pelear en los pesos medianos (entre 69,8 kilos y 72,5 kilos).
Pero eso no era lo más grave: la decisión de ausentarse del ring se había debido a una delicada lesión en los ojos que le había causado un desprendimiento de retina.
Se había sometido a una cirugía y un golpe podría causar un daño irreversible.
"Era muy raro que un boxeador de un peso menor retara a uno de los mejores medianos de la historia como era Hagler, que había defendido 14 veces el título con éxito, sin ni siquiera una pelea de calentamiento. Era como un acto de locura total", explicó Costello.
Se esperaba una paliza. Había un botín de US$11 millones para Leonard y US$13 millones para Hagler, además de la disputa del título de los medianos.
El lunes 6 de abril de 1987 se vieron las caras en el Caesars Palace de Las Vegas. Fue una pelea larga, evasiva, en la Hagler buscó conectar un golpe certero con su izquierda imparable durante 12 rounds para liquidar el asunto.
Leonard hizo lo imposible por evitarlo. Y se quedó con la pelea.
La polémica
La revista Sport Illustrated tituló su crónica sobre aquella épica contienda con la sentencia "Desagradable sorpresa".
"En todo el tiempo que llevo cubriendo boxeo, ninguna pelea de semejante magnitud ha causado tanta división de opiniones durante tanto tiempo", señaló Costello.
Están los que defienden la victoria de Hagler, como Costello, que señalan que "El maravilloso" buscó más la pelea y dio golpes más certeros, mientras que Leonard "estuvo huyendo todo el tiempo de los puños de su contrincante".
Sin embargo, también hay otros especialistas que justifican con hechos la victoria que los jueces le otorgaron a Leonard.
"No fue ni siquiera así de dividida. Leonard superó ampliamente a su rival. Lo expuso. Lo hizo lucir como un tipo que persigue a un autobús", escribió el periodista deportivo del Los Angeles Times, Jim Murray.
"Cuando pegó, pegó duro. Además hizo evidente la principal debilidad de Hagler, que liquidaba a los rivales con su fuerte pegada, pero por lo general ellos estaban estáticos en el ring. Leonard fue el primero que se movió. Y por eso ganó", agregó.
En el boxeo profesional de ese entonces el conteo de golpes no era tenido en cuenta, pero la tarjeta marcó que Leonard lanzó 629 golpes y conectó 306, mientras que Hagler lanzó 792 y conectó 291.
Pero lo cierto, más allá del resultado, es que esa batalla entre la técnica y la fuerza se entronizó en la enciclopedia del boxeo.
"La mayoría auguraba un papelón para este deporte", escribió el periodista argentino especializado en boxeo Osvaldo Príncipi. Pero en cambio resultó ser una noche memorable.
"Y costó entenderla en primera instancia pero, con el paso del tiempo, se ha convertido en una clase magistral de boxeo", agregó.
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