Doce páginas de un informe de inteligencia de Estados Unidos bastaron para revivir viejos temores de persecución a la comunidad negra de este país.
El texto del Buró Federal de Investigación (FBI, por su sigla en inglés) advierte que el movimiento Extremistas de Identidad Negra (Black Identity Extremists) estaría detrás de ataques premeditados contra policías.
Y sostiene que ese movimiento puede contener actividades criminales violentas y con motivación ideológica, alimentadas por "incidentes de presuntos abusos policiales contra afroamericanos".
El documento está fechado el 3 de agosto y, desde que la publicación Foreign Policy revelara su contenido el mes pasado, ha provocado reacciones de congresistas y activistas que rechazan su contenido.
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"Es pura ficción", afirmó Jody Armour, un profesor derecho en la Universidad de Southern California especializado en temas de raza y uso de la fuerza policial.
"El informe es problemático porque nos retrotrae a un tiempo durante el movimiento de los derechos civiles, cuando el FBI atacó injusta e ilegalmente a activistas negros", le dijo Armour a BBC Mundo.
"Un capítulo muy triste"
La evaluación del FBI fue presentada por su división de contraterrorismo, pero sus críticos la comparan con la labor que realizó el Programa de Contra-Inteligencia entre 1956 y 1971.
Aquel programa "Cointelpro" buscó vigilar y desacreditar de forma secreta y hasta ilegal a organizaciones domésticas, desde el movimiento Black Power, incluido Martin Luther King, hasta grupos de derechos de la mujer.
La congresista demócrata Karen Bass recordó este antecedente al fiscal general de EE.UU., Jeff Sessions, la semana pasada durante una sesión del comité judicial de la Cámara de Representantes.
Sessions, acusado de racismo en el pasado y conocido por sus posturas antiinmigración, negó haber leído el informe pero sostuvo que hay grupos con "un compromiso extraordinario con su identidad racial" que "se han transformado incluso en activistas violentos".
Sin embargo, ante las preguntas de Bass, el fiscal general fue incapaz de mencionar una organización afroamericana que haya cometido violencia contra policías.
Sessions aludió vagamente a asesinatos de policías, como los cometidos por un francotirador que mató a cinco el año pasado en Dallas, Texas, diciendo que estaba molesto con recientes tiroteos por parte de funcionarios policiales.
Ese incidente fue citado por el informe del FBI, al igual que otro del año pasado en Baton Rouge, Luisiana, donde un hombre mató a tres policías tras manifestar que deseaba vengarse de la violencia contra negros.
El FBI vinculó a ambos atacantes con ideologías afroestadounidenses radicales.
Pero Bass remarcó a Sessions que esos incidentes "no estaban asociados con una organización negra" y que hay activistas alrededor del país "preocupados de que nos preparemos para repetir un capitulo muy triste de nuestra historia".
"El FBI no controla ideología"
La congresista dijo haber recibido quejas de acoso policial contra integrantes de Black Lives Matter (Las vidas de los ciudadanos negros importan), un movimiento de protesta pacífica contra la violencia hacia afroestadounidenses que el FBI evitó citar en su informe.
Miembros del Caucus Negro del Congreso advirtieron en una carta al director del FBI, Christopher Wray, que el informe "confunde a los activistas políticos negros con organizaciones terroristas domésticas peligrosas que representan amenazas reales a la ley".
El FBI declinó una solicitud de entrevista de BBC Mundo sobre el informe, pero envió una declaración negando que pueda abrir una investigación basada solo en factores como la raza, el origen étnico de una persona o el ejercicio de derechos constitucionales.
"Nuestro enfoque no está en la membresía en grupos particulares, sino en personas que cometen violencia y otros actos delictivos. Además, el FBI no controla ideología ni lo hará", sostuvo.
El FBI ya había elaborado un reporte sobre "extremistas separatistas negros" el año pasado durante el gobierno de Barack Obama, el primer presidente negro de EE.UU.
Pero el nuevo informe toca un nervio más sensible ahora bajo la presidencia de Donald Trump, quien ha recibido el apoyo de extremistas blancos. Una manifestación de supremacistas blancos en agosto en Charlottesville, Virginia, dejó un muerto y varios heridos.
Trump recibió entonces una oleada de críticas por culpar igualmente por la violencia a los supremacistas blancos y a activistas que protestaban contra el racismo.
Varios advierten ahora que la evaluación del FBI puede generar nuevos problemas.
"Al alentar al público a ver a grupos como Black Lives Matter (…) como una amenaza, la designación indirectamente incentiva la violencia privada contra activistas negros", escribieron Khaled Beydoun y Justin Hansford, dos profesores universitarios de derecho, en la página de opinión del diario The New York Times.
Armour, por su lado, dijo sentirse personalmente amenazado por el informe del FBI.
"Yo mismo soy un activista de justicia social", razonó, "y fácilmente puedo ser caracterizado por ellos como un extremista de identidad negra".
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