La audiencia provincial de Granada, en España, multó
con el equivalente a quinientos dólares a una mujer que cambió la cerradura de
la vivienda familiar un día después que su marido la golpeó. Según el juez que
ventiló el asunto, la conducta de la mujer “no está justificada. Lo estaría si
ante la posibilidad de una agresión inminente adoptara una medida de ese tipo
para evitar un mal propio y acudiera al juzgado familiar para que este órgano limitara
el acceso del agresor a la vivienda”.
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