Preocupados por el
problema de la obesidad –que cada año mata a más personas que los accidentes –miles
de ciudadanos neozelandeses han comenzado una cruzada para resolverlo, incluso
con medidas extremas.
Según la radiodifusora
BBC, de Londres, los neozelandeses piden establecer cuanto antes un impuesto
especial para los alimentos que tengan un alto contenido de grasas.
Casi la mitad de la
población de Nueva Zelanda padece sobrepeso y los grupos nutricionistas están convencidos
de que los métodos tradicionales para combatirlo (dietas, pastillas, etcétera)
no funcionan.
Sin embargo, voceros de
algunas organizaciones señalan que, para
las familias con bajos ingresos, las comidas ricas en grasas son insustituibles
porque resultan muy baratas. Con todo, los cruzados no quitan el dedo del
renglón y exigen el impuesto especial para los gordos.
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