La ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, quien se encuentra en el Reino Unido para la firma de acuerdos de cooperación bilateral en materia de seguridad, mantendrá este jueves una reunión en Londres con la madre de Laura Hill, una joven británica de 25 años que fue hallada muerta en Buenos Aires en 2007 en situaciones aún no esclarecidas.
Alison Hill fue quien, desde un primer momento, instaló la premisa de que su hija fue asesinada brutalmente, al verse envuelta en cuestiones relacionadas con el narcotráfico internacional. A pesar de que la causa judicial se cerró en el país sudamericano y fue calificada como muerte 'dudosa' —provocando que la investigación se detuviera—, esta madre continúo instigando a la Justicia de ambas naciones para reanudar el caso.
Incluso, en 2017, al cumplirse diez años del fatal episodio, la madre de Laura le escribió una carta al actual mandatario de Argentina, Mauricio Macri, donde solicitaba su intervención para esclarecer los hechos, aunque no obtuvo respuesta alguna.
Pero en el marco de los acuerdos de seguridad para la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, que ambos países se encuentran desarrollando desde el martes –día en que la ministra Bullrich arribó a Gran Bretaña para mantener reuniones con funcionarios del Gobierno conducido por Theresa May–, el caso de Laura Hill podría reabrirse.
Aunque por el momento no hubo una confirmación oficial, todo indicaría que Argentina se pondría a disposición para investigar las causas del hecho en conjunto con las autoridades europeas y, de esta manera, convertirse en el primer acto de cooperación bilateral.
¿Qué sucedió con Laura Hill?
Laura apareció muerta el primero de octubre del 2007 en el primer piso de un edificio ubicado en el barrio de San Telmo, Buenos Aires, uno de los sitios más turísticos de la ciudad. Cuando encontraron el cuerpo, su cabeza estaba apoyada en el ascensor. Las investigaciones posteriores indicarían que su cadáver fue "instalado" en ese lugar limpio, a la vista, y que ella habría muerto en otro sitio.
La joven, que había llegado a Argentina en agosto, vivía en el mismo edificio que un grupo de hombres con vínculos con el narcotráfico. Según las autoridades del caso, ella también formaba parte de este clan como transportista de droga.
En los partes oficiales figura que Laura habría muerto por causas naturales de un "edema pulmonar y sobredosis de cocaína". Eso mismo fue lo que el ministerio de Asuntos Exteriores británico comunicó a su familia. Pero ellos nunca se convencieron del hecho y, al investigar por su cuenta durante años, llegaron a conclusiones diferentes a las de la Justicia. Según los Hill, a su hija la asesinaron tras negarse a transportar un cargamento de drogas en su cuerpo y cuyo destino era Europa.
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