Por Carlos Vallejo (el poeta del sentimiento).
En 1968, el suizo Georges Frederick Rosskopf diseñó el
primer reloj portátil económico. Hasta Finales del siglo XIX, los hombres lo llevaban en el
bolsillo del chaleco, prendido de una cadena. Para saber la hora, lo sacaban y
abrían la tapa. En 1907, el joyero francés Louis Cartier diseñó el primer reloj
de pulsera, a petición del aviador brasileño Alberto Santos-Dumont, quien
deseaba tener las manos libres para controlar su tiempo de vuelo (los relojes
de cadena o de bolsillo no le permitían esto). En 1928 aparecieron los primeros
relojes automáticos, en los que el muelle de la cuerda se activaba con los
movimientos del brazo.
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