Jean-Pierre Boyer (pronunciación en francés: /ʒɑ̃pjɛʁ bwa.jeʁ/) , (Puerto Príncipe, 15 de febrero de 1776 – París, 9 de julio de 1850) fue un militar y político haitiano. Fue segundo presidente de la República de Haití, entre 1818 y 1843.
Nació como un mulato libre en Puerto Príncipe, hijo del colono francés François Jean Pierre Boyer, oriundo de Marsella, y de la esclava africana Marie Françoise Victoire, nacida en el Congo en 1754. Su condición privilegiada le permitió educarse en Francia.
Luchó al lado de Toussaint L’Ouverture contra los franceses y luego acompañó a André Rigaud, también mulato, en la posterior insurrección contra L’Ouverture. Volvió a Haití en 1802, como parte de la expedición naval del general francés Charles-Victor-Emmanuel Leclerc, pero luego se unió a los patriotas haitianos comandados por Alexandre Pétion.
La antigua colonia francesa de Saint-Domingue, ya República de Haití, se separó en dos Estados en 1806, tras el asesinato del primer monarca del país Jean-Jacques Dessalines. En el norte, el Estado de Haití, luego constituido en Reino de Haití, fue gobernado por el rey Enrique I. En el sur, la República de Haití fue gobernada por Pétion hasta su fallecimiento en 1818. En los primeros años de la vida independiente de Haití, los presidentes eran vitalicios. Al morir el general Petion, Boyer fue elegido presidente vitalicio por el Senado, de conformidad con la constitución de 1816. Boyer tomó el control de la República, y en 1820tras el suicidio de Christophe, también ocupó la mitad norte de Haití.
En 1822, el ejército haitiano comandado por Boyer anexó el Haití Español, parte este de la isla recién independizado de España un par de meses antes. Con la llegada de Boyer a la parte este se abolió la esclavitud y se planteó una profunda reforma agraria. Con la idea de borrar las diferencias entre la parte este y la parte oeste de la isla, Boyer la dividió en departamentos horizontales. Con esto se dio inicio al período conocido como dominación haitiana, el 9 de febrero de 1822. En la parte oeste de la isla se iniciaron conspiraciones contra Boyer a partir de 1827, como la del ejército rebelde liderado por Charles Rivière-Hérard, que obligaron a Boyer al exilio en enero de 1843.
El comienzo del período de dominación haitiana de la isla Hispaniola fue un periodo de cambios sociales e institucionales a la vez que de notable crecimiento económico. Durante la ocupación haitiana se consolidaron nuevas relaciones de producción que se venían gestando desde el siglo XVIII.
A partir de Boyer, la tierra dejó de ser un monopolio de la clase dominante para aprovechar el plus producto generado por los productores directos, fueran libres o esclavos. Boyer creo las bases de un sistema agrario que todavía en nuestros días mantiene cierta importancia.
Boyer desplegó una ofensiva bastante consistente contra el predominio económico de los hateros y contra el sistema de la ganadería extensiva, predominante en la parte este o "española". Boyer creó un cambio radical en el sistema de la propiedad de la tierra al confiscar las propiedades de la Iglesia Católica, principal latifundista durante la colonia,1 sentando las bases de un desarrollo agrícola muy superior al que hasta entonces existía.
Se pueden designar las nuevas relaciones como de pequeña propiedad mercantil precapitalista, y fueron dominantes en general durante el transcurso del siglo XIX.
Fue con la ocupación haitiana que el nuevo modo de producción se hace plenamente dominante. Esto estuvo determinado por la abolición de la esclavitud, la repartición de tierras a los desposeídos fomentando el desarrollo de la agricultura, la liquidación de las rentas feudales, y la limitación del poder social y político de los hateros.
No obstante, el modelo entró en crisis crónica por el hecho de que los pequeños campesinos no tenían ni medios ni interés en desarrollar renglones mercantiles regulares, ya que no tenían recursos de mano de obra, técnicos y financieros. Estos pequeños campesinos explotados por los comerciantes, apenas producían para el mercado lo imprescindible para procurarse algunos artículos manufacturados provenientes del exterior. La ausencia de una clase dominante agraria moderna y la fragmentación de la propiedad junto al retraso tecnológico, provocaron la limitación del mercado interno y una pobreza crónica generalizada.
El Código Agrario de Boyer, copiado del código napoleónico, fue puesto en vigencia en Haití en 1821 y tuvo como propósito asegurar la mano de obra a los grandes y medianos propietarios, ya que impedía a los campesinos abandonar los predios donde laboraban. Esto fue rechazado tanto por los trabajadores haitianos, como por los dominicanos.Los primeros, alegaron que no lucharon tanto para nuevamente ser esclavos, mientras que los segundos argumentaron que siempre habían vivido sin tener que estar atados a la tierra.
El Código Agrario en la parte Este tuvo como propósito principal la distribución de tierras y la eliminación del sistema de los terrenos comuneros, como lo demuestra la ley del 8 de julio de 1824 que afectó considerablemente a los grandes propietarios, incluyendo a la Iglesia ya que parte de sus tierras fueron repartidas entre los campesinos.
Boyer, que en un momento practicó una política de alianza con los hateros, confrontó serios problemas en la aplicación del Código y los hateros organizaron en 1824 una conspiración en Santo Domingo, que fue denominada la conspiración de los Alcarrizos. Esta revuelta tuvo como propósitos, erradicar el gobierno haitiano y retornar el país a España. Esto no contó con el suficiente respaldo de las masas populares y el movimiento fue derrotado.
No obstante, los hateros continuaron presionando y lograron que Boyer descontinuara las distribuciones de tierras y que concertara con ellos una alianza. Estos también se opusieron firmemente a las pretensiones de pago de impuesto a Boyer en 1826. La intención impositiva era sufragar parte de una deuda contraída por Haití con Francia tras haber aceptado en 1825 una ordenanza del rey francés Carlos X que reconoció la independencia de Haití a cambio del pago de 150 millones de francos en cinco años. La oposición no fue solo de los hateros, sino también de la clase media urbana y rural, que hasta ese momento le había apoyado, pero que no estaba dispuesta a cargar con los problemas heredados por el mandatario haitiano.
Temiendo que la imposición de nuevas cargas tributarias y la puesta en ejecución en la parte este del Código Rural levantaran de nuevo la reacción de los hateros y otros sectores, Boyer acordó la no aplicación del Código en la parte antiguamente Española.
El código fracasó en gran medida debido a que resultó imposible volver al régimen de plantación y a la servidumbre, después de tantos años de práctica de pequeña propiedad y de libertad por parte del campesino.
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