Tras casi 14 años en el poder y convertirse en el primer indígena en dirigir a Bolivia en la historia, el mandatario Evo Morales anunció su renuncia al cargo, el domingo después de semanas de violentas protestas y pedidos para que dimitiera, generados por acusaciones de fraude en la elección presidencial del 20 de octubre.
La decisión se produjo después de un día en que se desarrollaron rápidos acontecimientos, entre ellos el ofrecimiento de Morales de celebrar nuevas elecciones. No obstante, la crisis se profundizó dramáticamente cuando el jefe militar del país acudió a la televisión nacional para pedirle al gobernante que dimitiera para recobrar la paz.
“Estoy enviando mi carta de renuncia a la Asamblea Legislativa de Bolivia... no queremos que haya enfrentamientos”, manifestó el mandatario desde su reducto del Chapare, en el centro del país, en un mensaje televisado.
No estaba claro de inmediato quién lo sucedería. El vicepresidente de Morales también renunció, al igual que la presidenta del Senado, que era la siguiente en la fila de sucesión ante una salida del mandatario.
Morales denunció que con su renuncia se consuma el “golpe de Estado que hemos venido denunciando desde el 21 de octubre”, un día después de los polémicos comicios.
El gobernante no había terminado de hacer su anuncio, cuando en La Paz y en otras ciudades se dieron bocinazos en las calles y miles de personas, con banderas bolivianas, salieron a festejar en diversas plazas con mucha algarabía y hasta llorando de emoción.
Grupo de manifestantes se apostó frente a la casa presidencial y quemó un féretro para simbolizar el fin del gobierno de Morales.
Al finalizar su discurso, dijo que volverá a sus bases, en Chapare, donde lideró al combativo sindicato cocalero desde donde se catapultó a la política, primero como diputado en los años 90.
“Vuelvo a mis bases que nunca me abandonaron. La lucha sigue”, dijo en su alocución. Sentado a su lado también renunció el vicepresidente Álvaro García, considerado el cerebro del gobierno.
Su renuncia se produjo después de masivas movilizaciones en todo el país que lo acusaban de haber montado fraude para reelegirse a un cuarto mandato y tras perder el apoyo de policías y militares.
El informe de la OEA
Pero el informe de una Comisión de Auditoría de la OEA, conocido el domingo temprano, y que destacó que había observado “montón” de irregularidades en los resultados de la elección presidencial y sugería la celebración de una nueva contienda, fue un factor que precipitó los acontecimientos que derivaron en la renuncia del mandatario.
Morales anunció, después de conocerse ese informe, la convocatoria de nuevas elecciones, pero ello no logró calmar los pedidos de renuncia en su contra, a los que se sumaron las Fuerzas Armadas del país.
A ello se sumaron nuevos actos de violencia y la renuncia de algunos ministros del gabinete del Presidente.
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