California, el primer estado de Estados Unidos que impuso un confinamiento colectivo debido al coronavirus, ahora está dando vuelta a la página de la pandemia.
Desde la medianoche, California levantó la mayoría de las restricciones impuestas para frenar la propagación de la enfermedad y permitirá la reapertura de negocios.
A partir del martes no habrá más reglas sobre el distanciamiento físico, no más límites a la asistencia en restaurantes, bares, supermercados, gimnasios, estadios ni demás establecimientos. Y las mascarillas —ese polémico símbolo de la pandemia— ya no serán necesarias para las personas vacunadas en la mayoría de los lugares, aunque negocios y condados sí pueden exigirlas.
Justo a tiempo para el comienzo del verano, California quiere transmitir el mensaje de que la vida en el estado se acerca a la normalidad. La economía reabrirá completamente por primera vez en 15 meses y la gente básicamente podrá volver a su estilo de vida previo a la pandemia. Los aficionados podrán gritar a gusto en los estadios deportivos, Disneyland permitirá el ingreso de todos los turistas, y los bares y clubes nocturnos podrán volver a estar llenos de juerguistas, desde Los Ángeles hasta San Francisco.
“Con todo respeto, le decimos al resto de los estados: muéranse de envidia. Ningún estado es mejor que éste”, declaró el gobernador Gavin Newsom. “California no solo está de vuelta, sino que está de vuelta con furia”.
Para celebrar la reapertura, Newsom hará millonarios a unos pocos habitantes del estado. En un evento televisado, el gobernador sacará los nombres de 10 residentes que hayan recibido por lo menos una de las dosis de la vacuna, que se ganarán 1,5 millones de dólares. Es parte de una lotería nacional donde participan todos los que se hayan vacunado y para la que se ha destinado 116 millones de dólares.
Las autoridades están particularmente ansiosas de atraer de nuevo a los turistas.
“Tenemos ciudades increíbles y atracciones icónicas, y es por ello que el sector turismo está listo para recibir en alfombra roja a los visitantes en California, en todo el país y en todo el mundo”, manifestó Caroline Beteta, presidenta y CEO de Visit California.
La crisis del coronavirus pasó por picos y valles tan pronunciados que California pasó de ser un éxito a ser el epicentro del virus en Estados Unidos. Fue el primer estado de la nación en imponer un confinamiento colectivo en marzo del 2020 y los negocios empezaban tímidamente a reabrir en junio del año pasado cuando repuntó la pandemia y tuvieron que volver a cerrar.
Para fines del verano se agravaba la situación y aumentaron marcadamente los casos, con lo que se dictaron nuevos cierres y toques de queda. Más personas dieron positivo al COVID-19 en California (3,8 millones y sigue) y más gente murió (63.000) que en ningún otro lugar del país, aunque la tasa de decesos per cápita del estado —el más poblado de la nación— no fue tan alta como la de otros.
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