"Reconocemos el sufrimiento experimentado en las escuelas residenciales para indígenas de Canadá", dice una declaración de la Conferencia de Obispos Católicos de Canadá.
"Expresamos nuestro profundo remordimiento y pedimos disculpas inequívocamente".
Durante años, las naciones nativas y el gobierno de Canadá han solicitado a la Santa Sede que ofrezca una disculpa por los crímenes ocurridos al interior de los decenas de internados a los que fueron llevados por la fuerza unos 150.000 niños indígenas.
Las investigaciones han mostrado que cientos sufrieron violencia física y emocional, incluidos abusos sexuales, en esos internados. Más de 1.200 tumbas de niños han sido detectadas en los terrenos de esas escuelas residenciales, pero se sabe que murieron más de 6.000.
Los institutos, financiados por el gobierno y administrados por la Iglesia católica, funcionaron desde el siglo XIX y hasta la década de 1990. Tenían como objetivo educar a los niños indígenas bajo el modelo colonizador europeo, eliminando su lengua y tradiciones nativas.
La disculpa de los obispos de Canadá llega a menos de una semana de que se celebre por primera vez el Día Nacional de la Verdad y la Reconciliación el 30 de septiembre, declarado en honor a los niños indígenas desaparecidos y sobrevivientes de escuelas residenciales.
En su comunicado, los obispos reconocen que la participación católica en el sistema de internados "llevó a la supresión de las lenguas, la cultura y la espiritualidad indígenas, sin respetar la rica historia, tradiciones y sabiduría de los pueblos indígenas".
"Reconocemos los graves abusos cometidos por algunos miembros de nuestra comunidad católica: físicos, psicológicos, emocionales, espirituales, culturales y sexuales".
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