El nuevo presidente de El Salvador abrió su residencia oficial, convertida en una galería de arte para que quienes su oficina describió como los "excluidos socialmente" puedan ver el arte salvadoreño y reflexionar sobre la realidad del país.
El presidente Salvador Sánchez Cerén -un exlíder rebelde izquierdista que asumió el cargo hace un mes- dijo que la residencia será abierta al público cada dos semanas.
Sánchez Cerén expresó que seguirá viviendo en su propia casa durante su gobierno.
Cuando juramentó al cargo, el mandatario prometió combatir la corrupción y la violencia, así como gobernar para todos.
El Salvador sigue siendo un país violento y produndamente dividido, a pesar de que en 1992 terminó la Guerra Civil, en la que unas 75.000 personas murieron.
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