Rabat. Una bailarina de la danza del vientre marroquí y su amante fueron condenados por el Tribunal de Apelación de Marraquech, en el sur de Marruecos, a cadena perpetua por haber matado al marido de ella, descuartizarlo y esparcir sus restos por diferentes lugares de la ciudad.
Según informa hoy el diario Al Ahdaz al Magrebiya, el Tribunal de Apelación confirmó la sentencia pronunciada en primera instancia en este juicio contra la bailarina y su amante, que trabajaba de cocinero en Rabat.
El caso se remonta a 2008, cuando los viandantes descubrieron un cadáver descuartizado en catorce trozos, más un corazón y pulmones junto a una carretera cercana al aeropuerto de Marraquech, y que fueron identificados como los restos del marido de la bailarina, que trabajaba como portero en el mismo cabaret que ella.
La sentencia considera probado que la condenada mató a su marido drogándolo con pastillas en un zumo de fruta y llamó a su amante, quien se presentó con un hacha de carnicero y mató al marido, para volver a Rabat inmediatamente.
Acto seguido, la condenada pidió ayuda a su madre (que más tarde se suicidó por razones no aclaradas) para descuartizar juntas el cuerpo, distribuir los trozos por varios puntos de la ciudad y quemar otras partes. La esposa se presentó posteriormente ante la policía para denunciar la desaparición de su marido, pero la aparición de los restos llevó a los agentes hasta la mujer, que terminó confesando los hechos.
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