Y como si fuera poco agregó que el salario mínimo en el sector industrial es de 167 dólares (alrededor de 7,181 pesos), lo que lo hace más atractivo que el de China, El Salvador, Guatemala y Honduras.
Es claro, pues, que Del Castillo Saviñón defiende los salarios irrisorios como una buena condición para la competitividad. Tal vez al margen de la seguridad jurídica y de la garantía de servicios. Pero después que el presidente Danilo Medina se lamentó sobre los bajos salarios, las declaraciones del funcionario al menos se prestan a confusión. Aunque dijera la verdad.
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