Por Carlos Vallejo
(el poeta del sentimiento).
Señor Ingeniero y doctor en derecho, Luciano Alcántara Gómez,
no es como usted dice y piensa, estoy comprometido solamente con la verdad y
nada más, no soy un ébola ni mercenario
digital; de esos que andan por ahí detrás de los políticos pidiéndole lisonjas
y migajitas de pan, hasta ínfimos recursitos para complacer sus vicios, llámese
agua ardiente, y cocaín, lo que yo escribí acerca de usted no fue ni un piropo
a su persona ni un comentario complaciente, es la opinión de la gente en
Barahona y sus pueblos aledaños, que parece que no conocen que usted es como un
caballo de sabana que aunque corran más que el que va adelante no le rebasan para
no ofender a su amo, usted es un águila, así es que no pique moscas, no detenga
su vuelo por miedo a quien hoy es su am ¿miedo o respeto? Pero a quien le
conviene que usted sea gobernador es al dueño de granjas de cerdos bien
alimentados porque estando usted en ese lugar no van a salir a la luz pública
muchas cosas que el pueblo no sabe. Así es que usted me advierte que me vas a
llevar a los tribunales, despreocúpese que ni a usted ni a su partido
neoliberal yo le tengo miedo, mi pulcritud, mi honradez son soldados que han
batallado en los siete mares y en ninguno que he naufragado me he ahogado.
Así es que soy un viejo marinero que en tierra firme siento la ondulación
del mar y sigo creyendo y diciendo que ese gobernador es lo peor que ha pasado
por aquí, así es que salga huyendo si usted quiere pero ojalá que lo pongan a
usted ahí. Quizás, si eso llega a
suceder, usted no me pegue candela vivo.
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