Por Carlos Vallejo (el poeta del sentimiento).
CADA VEZ HAY MAS EVIDENCIAS CIENTIFICAS DE QUE UN SIN NÚMERO
DE PROCESOS BIOQUÍMICOS INTERVENEN EN EL COMPORTAMIENTO SEXUAL Y AMOROSO. DESDE
EL PRIMER ENCUENTRO FLECHAZO HASTA LA ETAPA AMOROSA DURADERA SE DA UN JUEGO Y
REJUEGO DE LAS SUSTANCIAS QUÍMICAS PRODUCIDAS POR EL CUERPO PARA ESTIMULAR LA
LIVIDO Y ATRAER EL COMPAÑERO O A LA COMPAÑERA.
La mayoría de las especies animales produce sustancias de atracción
sexual, llamadas feromonas. Al ser expulsadas por las glándulas sudoríparas,
las genitales, el aliento… se transforman en aromas que son percibidos por un
congénere del sexo opuesto, esos olores despiertan a las células del centro
neuronal de recompensa, situado en el cerebro, y desencadenan sentimientos de
placer, gusto, euforia… es el banderazo de salida para el encuentro y la relación
sexuales. Así se asegura la reproducción de la especie, olores femeninos y
masculinos, la humana no es la excepción. Las primeras relaciones sexuales de
las mujeres y los hombres primitivos, aseguran los expertos, se rigieron casi
exclusivamente por la emisión y recepción de estos aromas naturales, sobre todo durante el proceso de ovulación
de aquellos, aunque, en la actualidad, la conducta sexual humana se ha vuelto
compleja –porque intervienen otros factores, como las costumbres, los valores
culturales, los gustos, los sentimientos personales… sigue siendo olfativa, ya
no se centra en los olores naturales, sino en los artificiales. Eso explica el éxito
comercial de los perfumes, las lociones y otros productos aromatizantes que no
solo se emplean para eliminar los malos olores de la transpiración o el
aliento, sino también como una llamada de atención olfativa a las personas del
sexo opuesto.
Diversos estudios científicos prueban que, durante los días de
ovulación, las mujeres despiden olores diferentes y más penetrantes del olfato
masculino, aunque los hombres no sean consientes de ellos, esos olores los
atraen. Además, en esos días es cuando ellas tienen más relaciones. Por su
parte, el pene de los hombres se grega,
mediante las glándulas proporcionales, una sustancia llamada esmegna,
cuyo olor excita a las mujeres aunque no se percaten de ello.
Es conveniente aclarar que no todos los perfumes le van bien
a todas las personas, el aroma natural de ellas hace que un mismo aroma se perciba
de forma distinta al ser aplicado en otras. Por ello, los perfumistas insisten
en la importancia de encontrar el olor artificial que acentúe el natural. En diversas
pruebas, tras aislar sustancias femeninas y reproducirlas en forma sintética. Se
ha comprobado que no resulta tan estimulante ni tan grata al sentido olfativo
de los hombres, si no están mezclados con algún aroma artificial.
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