El perito del Instituto de Ciencias Forenses (ICF) que realizó el análisis balístico de la evidencia recuperada en el caso del crimen del procurador de Menores, Antonio Barceló Jiménez, y de sus hijas Laura G. Barceló Rosario y Yahaira Barceló Segarra fue sentado hoy a testificar en la continuación del juicio en su fondo que se lleva a cabo en la sala de la jueza Vivian Durieux Rodríguez, del Tribunal de Bayamón.
Durante la sesión de la mañana, el examinador de armas de fuego y marcas de herramientas con una experiencia de 24 años, Juan B. Maldonado, fue interrogado por el fiscal Martín Ramos Junquera, sobre su trayectoria laboral, experiencia y adiestramientos recibidos.
También se le pidió que le explicara al jurado sobre los componentes de una bala, que consta del fulminante, proyectil y casquillo, las marcas, metalurgia, los diferentes calibres de armas cortas y largas, su potencia, la diferencia en la velocidad a la que son disparadas las semiautomáticas de las automáticas o las modificadas, al igual que sus características al ser observadas por un microscopio.
“Cuando se dispara una bala el casquillo graba características microscópicas e individuales”, destacó Maldonado, al aclarar que toda son distintas y les permite establecer mediante su análisis de que arma de fuego fue disparada sin son comparadas en un laboratorio de balística.
El fiscal le pidió que explicara la diferencia entre el fogonazo que emite un arma semiautomática y una automática cuando se observan en un escenario nocturno desde una distancia de entre 20 a 25 pies y el perito detalló que en un arma corta se puede apreciar un fogonazo o lo que describió como un “flash” pero si el esplendor es mayor y se ve un esplendor mayor como si fuese una línea de luz extensiva pertenece a un arma más potente como un rifle.
A su vez, intentó hacer los sonidos que emite un arma automática versus una semiautomática.
La licenciada Alejandra Belmar Jiménez, por su parte, había solicitado las guías del ICF sobre en análisis de este tipo de evidencia, pero la agencia le respondió en comunicación escrita a la jueza que para el año 2004, año en que fue asesinada la familia, no existía ningún manual de procedimientos, reglamento o protocolo al respecto hasta que se redactó en el 2012.
El testigo, que se retiró del ICF en el 2009, también identificó otra evidencia evaluada por él, como recibos de patología forense, de los documentos que selló con las piezas recuperadas en las víctimas durante la autopsia y los proyectiles, blindajes, plomos y casquillos que analizó.
De acuerdo a estos documentos se ocuparon casquillos de calibre 9 milímetros, .40 y de rifle AK-47.
La jueza al inicio de la sesión instruyó al Ministerio Público y a los abogados de la defensa que sus expresiones deben estar limitadas a los aspectos procesales y no a los méritos de la prueba que se está ventilando y a los jurados les enfatizó en que no deben tomar en consideración otra información sobre el caso que no sea la que haya desfilado durante el juicio.
Sus expresiones fueron emitidas luego de que los fiscales Ramos Junquera y Fabiola Acarón, le manifestaran a la jueza su preocupación de que llegara a conocimiento del jurado las expresiones vertidas por la licenciada Belmar Jiménez al periódico Primera Hora que según ellos hizo argumentaciones del caso que supuestamente ponían en riesgo la celebración de un juicio justo e imparcial, lo cual fue rechazado por la abogada.
Sus planteamientos fueron declarados no ha lugar, pero advirtió que “el tribunal no puede, ni le interesa coartar la labor que hace la prensa reseñando un caso de alto interés público”.
El juicio en su fondo contra Addiel Moreau Dones, Billy de Jesús Reyes, Alex “Chichi” Rivera Huertas, Ángel “Robert Pinto” Díaz Vélez e Israel “Tito” Sánchez de la Rosa quienes enfrentan cargos de asesinato, violación a la Ley de Armas y conspiración continúa esta tarde.
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