Que el primer presidente negro de Estados Unidos vaya a pasar el mando a un sucesor acusado de actitudes racistas por críticos y apoyado por blancos nacionalistas, parece un ironía del destino.
Pero ese es el trago amargo que le espera a Barack Obama cuando finalice su histórica presidencia el 20 de enero y Donald Trump asuma en su lugar.
La presidencia de Obama fue un verdadero hito para EE.UU. desde el día en que, ocho años atrás, se instaló con su familia en una Casa Blanca construida por esclavos.
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Ese hecho en un país tan marcado por la esclavitud y las luchas raciales colmó de orgullo y esperanza a muchos alrededor del mundo, y no solo a los negros.
Sin embargo, una pregunta se impone ahora que caduca el mandato de Obama: ¿cumplió realmente con la comunidad negra de EE.UU.?
Él mismo abordó la cuestión en su último discurso como presidente el martes en Chicago, la ciudad donde hace más de tres décadas inició tareas comunitarias y trabajó como abogado de derechos civiles.
"He vivido lo suficiente para saber que las relaciones raciales están mejor de lo que estaban 10, 20, o 30 años atrás, no importa lo que digan algunos", sostuvo el presidente, de 55 años.
No obstante, como él mismo deslizó, está lejos de haber unanimidad sobre este tema.
"La propia elección de Barack Obama fue un gesto extraordinario de progreso racial", considera Michael Dyson, un profesor de sociología en la Universidad de Goergetown experto en temas raciales, que conoce personalmente a Obama desde los años '90.
"Pero bajo su presidencia resurgió el feroz racismo anti-negro", agrega en diálogo con BBC Mundo. "No es cierto que bajo Barack Obama las relaciones raciales mejoraron".
Lo hecho
Obama afirmó en su discurso que el avance puede verse "no solo en estadísticas" sino "en las actitudes de los jóvenes estadounidenses a lo largo del espectro político".
Los negros, junto con los hispanos en EE.UU., fueron el grupo donde la pobreza más se redujo en 2015 respecto al año anterior, de acuerdo a datos del censo divulgados en septiembre.
Esa caída de más de dos puntos porcentuales fue importante, ya que los negros suponen el 24,1% de los pobres en este país, y junto a los hispanos suman 45,5% del total.
Además, ambos grupos estuvieron entre los que vieron el mayor aumento en sus ingresos.
Esas cifras reflejaron el crecimiento económico y el aumento del empleo logrados tras la gran recesión que heredó Obama.
Pero también fueron el resultado de programas gubernamentales.
Por ejemplo, la reforma de salud denominada Obamacare permitió cortar un tercio la tasa de afroestadounidenses sin seguro médico.
Obama también nombró a los dos primeros fiscales generales negros del país, Eric Holder y Loretta Lynch, que buscaron dar más eficacia a la división de derechos civiles del Departamento de Justicia.
En una nación donde los negros van a la cárcel a tasas mucho mayores que los blancos, Obama fue el primer presidente en visitar una penitenciaría federal y conmutó las sentencias de cientos de presos, en su mayoría encerrados por crímenes no violentos de drogas.
Durante su mandato protagonizó otros actos simbólicos, como cuando fue a la conmemoración del 50º aniversario de la marcha por derechos civiles de Selma, donde en 1965 las fuerzas de seguridad atacaron a manifestantes negros que Obama calificó de "héroes".
Su carisma y la simpatía que despiertan él, su esposa Michelle y sus dos hijas -una familia presidencial sin escándalos- contribuyeron a que Obama finalice su presidencia con uno de sus mejores índices de popularidad.
Entre ocho y nueve de cada diez afroestadounidenses han aprobado su desempeño prácticamente a lo largo de sus ocho años de presidencia, según la encuestadora Gallup.
Las críticas
Pero en EE.UU. aun resta mucho por hacer en materia de relaciones raciales, algo que el propio Obama admitió en su despedida de Chicago.
"Después de mi elección se hablaba de un Estados Unidos post-racial. Y tal visión, aunque bien intencionada, nunca fue realista", indicó. "La raza sigue siendo una fuerza potente y a menudo divisiva en nuestra sociedad".
Lo muestran las cifras del censo: por cada dólar que entra a una familia media blanca, una familia media negra gana apenas 59 centavos.
La disparidad de ingresos entre trabajadores negros y blancos se mantuvo prácticamente igual de 2009 a 2015.
Más aún: para los menores de edad afroestadounidenses, la probabilidad de crecer en la pobreza casi se triplica respecto a los menores blancos.
Obama "estableció estabilidad, pero no suficiente justicia", dijo a la BBC Cornel West, un activista negro y profesor de filosofía en el Seminario Teológico Unión, en Nueva York.
A su juicio, el presidente se preocupó por los intereses de Wall Street pero "nunca dio un discurso sobre pobreza infantil".
Además, West destaca que una serie de incidentes en los que policías dispararon a negros desprovistos de armas generó un movimiento de protesta en varias ciudades de EE.UU. "porque la gente sintió que las vidas negras no importaban".
Varios activistas criticaron a Obama por evitar ponerse más claramente del lado de esos manifestantes en ciudades como Ferguson (Missouri, 2014) o Charlotte (Carolina del Norte, septiembre).
Pero otros recuerdan que Obama también fue criticado desde el otro lado, cuando dijo que si hubiera tenido un hijo se habría parecido a Trayvon Martin, un joven desarmado asesinado por un vigilante de barrio en Florida en 2012.
Randall Kennedy, profesor de derecho en la Universidad de Harvard, dijo en una reciente entrevista con BBC Mundo que Obama buscó ser "el presidente de todos los estadounidenses", con cautela y sin parecer que incurría en algún "nepotismo racial".
"Hubo una estrategia razonable de su parte. Y no me parece claro que una estrategia alternativa habría sido mejor", indicó.
A su entender, el aumento de la tensión entre policías y negros en ciudades EE.UU. y el ascenso político de Trump podrían verse como posibles reacciones a la presidencia de Obama.
"Es precisamente porque Obama es tan bien hablado, elegante y sobresaliente que estas características han alimentado más el racismo de personas que no lo toleran", sostuvo Kennedy.
"Ser serios"
De hecho, el descontento sobre la situación racial en EE.UU. parece haber crecido durante la presidencia de Obama.
Poco después de que asumiera en 2009, dos tercios de los estadounidenses veía las relaciones raciales como generalmente buenas; pero el año pasado los números se habían invertido: 69% las veía más bien malas, según encuestas del New York Times y CBS News.
Obama expresó algunas ideas sobre cómo mejorar las cosas en su discurso del martes.
"Si vamos a ser serios acerca de la raza hacia adelante, tenemos que defender las leyes contra la discriminación", señaló.
"Pero las leyes por sí solas no serán suficientes. Los corazones deben cambiar. No van a cambiar de la noche a la mañana. A menudo, las actitudes sociales llevan generaciones para cambiar", advirtió.
Luego aconsejó a los negros mirar las cosas desde la perspectiva de un blanco de clase media que ve "su mundo alterado por el cambio económico, cultural y tecnológico", y sugirió a los blancos reconocer las protestas de las minorías como una búsqueda de trato igualitario.
Ese mismo martes, un juzgado federal sentenció al supremacista blanco Dylann Roof a la pena de muerte por el asesinato de nueve feligreses afroamericanos en una iglesia de Carolina del Sur en 2015.
Obama asistió al funeral del pastor asesinado en aquella masacre y pronunció un recordado panegírico en el que habló de raza y justicia, aludiendo a EE.UU. como una "constante tarea en progreso".
Dyson, autor del libro "The Black Presidency" ("La presidencia negra"), sostuvo que durante su presidencia Obama debió haber ayudado de forma más directa a la comunidad afroestadounidense, con acciones y políticas específicas.
Relató que ha discutido sobre esto con el presidente, de forma vigorosa y respetuosa, en algunas visitas que le realizó a la Casa Blanca: "Él cree en un enfoque universal; yo dije que lo universal no funciona".
"Sí, es un hombre negro, entonces tenía que ser cuidadoso", sostuvo Dyson. "Pero no tenía que ignorar este tema. Y lo podía haber abordado de una forma mucho más enfática".
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