Por Carlos Vallejo (el poeta del sentimiento).
Este señor de nombre Mateo Lara, se desempeña en la tienda
de reparaciones y ventas de celulares y otros accesorios de los mismos trabaja aquí,
en la tienda de reparaciones y celulares
La Posada, aquí en la posada este señor trabaja en servicio al cliente
pero también cuando la situación se pone difícil que no hay clientes él hace el
servicio de vendedor y promotor a domicilio llueva truene ovente, este señor,
sale con una mochila cargada de accesorios como cargadores, chips, memorias de
celulares, protectores y otra cosa más de la misma especie y va casa por casa
como un testigo de Jehová tocando las puertas de los hogares y ofreciéndoles el
producto, un buen día que llovía a torrenciales se tiro su mochila al hombro y
el patrón Johnny Cell dijo dónde vas, ¿tú no vez que está lloviendo? Y él le
contestó: mi familia tiene que comer, y no hay nada en la casa y usted lo
que me da es un 10% si se vende. Pues ese
día vendió todo lo que se llevó, aunque, tenía unos zapatos mocasines y al
cruzar un rio de esos que se hacen en Barahona cuando llueve se le llevo los mocasines
y retornó descalzo al negocio la posada de celulares, entrego el dinero de las
ventas, se abasteció de mas mercancías, y volvió a vender empapado en agua como
un pollito las vendió todas otra vez, el dueño del negocio, Johnny Cell, conmovido
lloró de corazón al ver aquel episodio de honradez y humildad y le aumento su porciento de un diez a un 30,
eso fue la recompensa de su humildad.
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