Esto le dice a BBC Mundo Enrique Reade, gerente de Garden of Innocence (Jardín de la Inocencia), la organización sin fines de lucro que se encargó de develar el martes el misterio sobre la verdadera identidad de Miranda Eve.
Se trata de la niña de casi tres años que murió en el siglo XIX pero cuyo cuerpo fue encontrado en 2016 debajo de una casa en San Francisco California (Estados Unidos).
En ese momento la bautizaron como Miranda Eve.
Pero "después de más de 1.000 horas de investigación de 34 voluntarios, estudiando 29.982 registros de enterramientos, comparando mapas de 1870 con 2017, analizando parcelas y registros de un cementerio que no existe, rastreando árboles genealógicos y pruebas de ADN, encontramos quién fue Miranda Eve", señala la organización en su página.
¿Y quién fue?
Miranda Eve en realidad se llamó Edith Howard Cook, nació el 28 de noviembre de 1873 y murió el 13 de octubre de 1876.
Falleció de marasmo, un tipo de desnutrición por deficiencia energética que ataca en los primeros años de vida.
Fue enterrada en una sección del cementerio Odd Fellows, que ya no existe, en el distrito Richmond de San Francisco, California.
¿Cómo descubrieron su cuerpo?
El féretro que contenía los restos perfectamente conservados de Edith fue encontrado en mayo de 2016 mientras constructores hacían remodelaciones en la casa de John y Ericka Karners en el barrio Lone Mountain, San Francisco.
"Por un lado quedé en shock, obviamente, por tener el féretro de una niñita debajo de casa", le dijo en ese entonces Ericka Karner al diario estadounidense Los Angeles Times.
Pero tampoco le causó una sorpresa porque sabía de la historia de esa área.
Y es que en esa zona se encontraba el cementerio Odd Fellows, que fue trasladado para hacer espacio para la expansión de la ciudad a fines del siglo XIX.
Si bien los cuerpos enterrados allí fueron trasladados a fosas comunes en la localidad cercana de Colma, algunos quedaron, como el caso del de Edith.
Intacto
El pequeño ataúd que encontraron los constructores era de metal, hecho de plomo y bronce, y estaba perfectamente sellado por lo que conservó el cuerpo intacto.
A través de los vidrios en su superficie se podía ver a una niña rubia con un vestido blanco de algodón hecho a mano y adornado con cintas.
La pequeña tenía lavanda en el cabello y en forma de cruz sobre el pecho, sujetaba una rosa y tenía hojas de eucalipto a los lados.
Todo esto indicaba que Edith había sido enterrada con mucho detalle y cuidado.
Sepultura
Cuando el médico examinador de las autoridades locales constató la disposición del féretro y la niña en su interior, descartó la existencia de un crimen y concluyó que la responsabilidad del cuerpo era de los Karners.
En ese momento, la familia se comunicó con la organización Garden of Innocence (Jardín de Inocentes) que se encarga de dar sepultura a niños de entre 1 y 8 años que fueron abandonados.
"Cuando vienen a nosotros es porque ya pasaron por la oficina del forense o el hospital", explica Reade.
Pero generalmente otros niños no corren la misma suerte que Miranda.
"Nosotros no solemos hacer esto con el resto de los niños. Lo que hicimos con esta muchacha fue por la ayuda y el interés que recibimos", añade Reade a BBC Mundo.
La organización le dio a Miranda una nueva sepultura el 4 de junio de 2016 en el cementerio de Greenland Memorial Park en Colma, California, en una ceremonia en la que participaron 140 personas pero conmovió a toda la ciudad de San Francisco.
De Miranda a Edith
El esfuerzo de investigación fue complejo y se necesitó de cuatro fases para llegar a una identificación de la niña 100% positiva.
Según la organización, primero debieron determinar en qué parte del ahora excementerio se ubicaba la residencia del Karner.
Luego, buscaron posibles candidatos, tal vez familiares de Miranda Eve, enterrados cerca de donde ella estaba sepultada.
A continuación, investigaron las historias familiares de esos probables candidatos para hallar posibles descendientes vivos y poder realizar un examen genético deADN.
Y por último, se obtuvieron muestras de ADN de los descendientes
Coincidencia determinante
En la Universidad de California, Santa Cruz, se realizó un análisis comparativo de ADN y se descubrió que había una clara coincidencia entre las muestras de la niña y un pariente vivo.
Se trata de Peter Cook, sobrino nieto de Edith, que vive en Bay Area, California.
"Cuando comenzamos no sabíamos nada de ella y el trabajo de buscar quién era no fue algo fácil pero fue un desafío personal para todos", explicó Reade.
"No sé lo que viene ahora, pero tengo un presentimiento de que alguien va a llamar otra vez para averiguar quién es tal persona", concluyó.
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