Tras las secuelas de un devastador huracán, en pleno corazón del desierto africano del Sahara o en los más intrincados parajes del continente americano; en la cima de una montaña, en comunidades indígenas, en el epicentro de graves epidemias… A los más de 407 000 profesionales y técnicos de la salud cubana que han participado en las casi seis décadas de cooperación médica internacional, ninguna adversidad les impide salir al mundo a curar, a hacer el bien, a llegar a los más necesitados.
Así lo valoraron representantes de las naciones de Guatemala, Angola, Argelia y Haití durante el panel Colaboración médica: Cuba y la cooperación Sur-Sur, en la cuarta jornada de la III Convención Cuba-Salud 2018, en la que participó Roberto Morales Ojeda, vicepresidente del Consejo de Estado y ministro de Salud Pública.
Cuba, a pesar de ser un país pobre, bloqueado económicamente desde hace más de 50 años por el gobierno de Estados Unidos, no ha dejado de brindar su ayuda, aseguró Marcia Cobas, viceministra de Salud de la Isla.
«En estos 55 años de cooperación Sur-Sur, Cuba ha tenido como premisas el beneficio del interés mutuo, equitativo entre los Estados para compartir lo que tiene sin ningún tipo de condicionamiento, con consenso nacional y voluntad política», dijo la funcionaria.
De los 407 000 profesionales y técnicos de la salud cubana que han brindado servicios internacionalistas en 164 países en estos más de 50 años, 183 338 son médicos. Han atendido a 1 688 millones de personas, y han realizado 12 millones de intervenciones quirúrgicas.
Actualmente «cumplen misión médica 50 000 colaboradores en 64 naciones, prestando sus servicios a toda la población, sin mezclarse en asuntos políticos internos, sin afectar a los profesionales de la salud del país receptor y respetando sus leyes y costumbres», informó.
En el impulso y desarrollo de la Cooperación Sur-Sur ha jugado un papel imprescindible la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud, reconoció Marcia Cobas.
En ese sentido, el economista Cristian Morales Furihmann, representante de la OPS/OMS en Cuba, resaltó en el panel dos de los proyectos más trascendentales que impulsa la organización desde su sede en la Isla.
El primero de ellos, es la transferencia de tecnología entre Rusia y Nicaragua, con apoyo de la OPS y de Cuba, a través del Centro de Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos de Cuba.
Tiene como fin el desarrollo de una planta de vacunas antinfluenza, que potenciará el incremento de la producción local y el acceso global a estos productos y a los diagnosticadores en los países en desarrollo.
«El otro proyecto, sin lugar a dudas uno de los más importantes de la historia de la OPS, es el programa Más Médicos para Brasil, que nació en el 2013 y hoy se encuentra en su segundo ciclo de tres años (2016-2019)», explicó Morales.
Se propone el mejoramiento y la expansión de la estructura de salud, la ampliación de las matrículas de las universidades y la reorientación y formación de los currículos en Medicina, en el cual tienen un rol protagónico las brigadas médicas cubanas.
El proyecto ha logrado alcanzar a 65 millones de brasileños, al estar presente en cuantiosos municipios –en su mayoría zonas económicamente vulnerables.L
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