A las 8 y 15 de la noche de este miércoles, Las Tunas, el primer lugar de la etapa regular, se convirtió en el primer clasificado a la final de la temporada cubana de pelota y tres horas y 55 minutos después, Villa Clara hacía lo mismo en su patio para dejar instalada la disputa por el título más ansiado del deporte en el país.
Desde el inicio de la postemporada de la 58 Serie Nacional ambos planteles hicieron cristalizar con aplastante realidad su condición de favoritos al arrancar con tres triunfos consecutivos, dejando prácticamente sin posibilidades a sus oponentes.
Ahora el sábado los villaclareños serán visitantes en el tenebroso bosque de los Leñadores, donde los tuneros han construido una montaña de triunfos en las dos últimas temporadas.
LAS HACHAS DE DOBLE FILO CORTARON A LOS TIGRES
Los tuneros superaron en otro cerrado duelo a un equipo de Ciego de Ávila, que si bien fue superado en todos los órdenes por los Leñadores, dio una excelente semifinal. No se trata de un cumplido o consuelo para el derrotado, porque en ese reconocimiento también van sus rivales, sobre quienes vuelvo a repetir que no veo cómo se le puedan ganar cuatro partidos de siete. Y es que el cotejo entre tuneros y avileños se vivió con mucha intensidad, baste decir que tres de los cinco desafíos encontraron decisión por la mínima y uno de ellos en 14 entradas. Otro, el 6-3 del tercer choque, prácticamente encontró desenlace en la novena, cuando los ya finalistas marcaron dos en la novena, en el momento que ganaban por 4-3. Solo el segundo choque tuvo una pizarra abierta de 9-2.
En el juego que mandó a Las Tunas a esperar por el ganador de la otra serie entre espirituanos y villaclareños, los ganadores no esperaron nada para inaugurar el pizarrón. Yosvani Alarcón se tomó cuatro ponches ante el pitcheo avileño en el cuarto partido, pero en el quinto, frente al que es considerado uno de los mejores lanzadores de la pelota cubana, Lázaro Blanco, disparó tempranero cuadrangular en la escena de apertura con dos hombres en base, con el cual los tuneros ponían distancia en el marcador.
Los Tigres estaban obligados a responder con furia y lo hicieron para marcar dos veces en el sótano del segundo acto, con cuatro imparables, entre ellos el triple de Yorbis Borroto, que cuando uno ve la hoja de anotaciones parecía para más, pero tras el primero de los incogibles su autor, Yordanis Samón, fue puesto out en intento de robo. Sin embargo, en la tercera volvieron a registrar en la pizarra, con solo un jit, el doble de Orlando Lavandera, que se combinó con un error de la defensa tunera, y negociaron el empate.
A partir de ese momento, tanto Blanco como el zurdo Yoannis Yera desde la lomita de los Leñadores fueron dueños y señores de todo lo que ocurría en el terreno de juego. Sin embargo, aunque la alta de la séptima debió reflejar otro cero en la registradora, Las Tunas clavó la que a la postre sería la decisiva y la anotación que la lleva por segundo año consecutivo a disputar el título cubano de béisbol. Un error del talentosísimo Oscar L. Colas le abrió las puertas de home a Andrés Quiala y con él todo el Balcón del Oriente cubano se metió en la final.
Hay que decir que por segunda ocasión en este playoff, el refuerzo yumurino de los tuneros, el zurdo Yoanni Yera, fue clave en la victoria. El mejor lanzador de esa mano en Cuba tiró ocho capítulos completos, espaciando una ofensiva de 10 inatrapables, con tres carreras admitidas, una de ellas inmerecida; durante su labor retiró por la vía de los strikes a seis adversarios y a solo uno lo envió por bolas para la inicial. Blanco estuvo la misma cantidad de episodios encima del montículo, tolerando 11 jits, cuatro carreras (tres de ellas limpias) y también ponchó a seis con un solo boleto.
Y otra vez el mentor de los Leñadores trajo en el noveno a Yoalkis Cruz para garantizar el éxito y como en las salidas anteriores el espigado serpentinero no lo hizo quedar mal para apuntarse su segundo juego salvado de la postemporada. Cruz estuvo involucrado en tres de las cuatro victorias de su equipo, pues había conseguido el triunfo en el kilométrico primer partido de 14 capítulos, con un largo y efectivo trabajo de relevo en seis y dos tercios.
Son muchos los detalles que hacen a este deporte grande y que cuando se le pasan revista a los cinco partidos jugados, hay pasajes en los que los resultados pasan por las huellas de excelentes jugadas. ¿Cuál hubiera sido el curso de este playoff si Andrés Quiala no le roba el jonrón de tres carreras a Colás en el primer choque, ya en extrainning? Fildeos también de altura dejaron los otros dos jardineros de los Leñadores, Yuniekis Larduet, en el jardín central, también sobre batazo de Colás, o la línea que atrapó Jorge Johnson en el cuarto juego.
AZUCAREROS A LA FINAL CON MOLIENDA DE KO
En Santa Clara, los Azucareros se soltaron a batear y no hubo lanzador espirituano que los detuviera. En siete entradas despacharon 14 inatrapables y en solo dos entradas de las siete pudieron colgarle ceros. Mientras Freddy Asiel Alvarez lanzaba siete completo en una nueva faena, que sin los destellos de la anterior en predios espirituanos, si volvió a ser efectiva. Se sabía que esta era una porfía en la que un equipo, el de los villaclareños lucia muy superior a sus rivales y el resultado de los partidos así lo confirmó.
Villa Clara tuvo en su pitcheo un valladar infranqueable para los bateadores del Yayabo con cinco actuaciones de lujo, pues incluso el juego perdido por Yosvani Torres estaba siendo una obra maestra del derecho pinareño refuerzo de los dirigidos por Eduardo Partet, hasta que en la novena entrada Yordan Manduley, en calidad de emergente le sacó la bola del parque con dos a bordo. Fue este el partido, en el cual Pedro Álvarez consumó la hazaña de silenciar a sus oponentes cuando era obligado, pues no había mañana. Clave en la victoria en este playoff fue que Villa Clara volvió a contar su astro, con su primer hombre en la lomita, Freddy Asiel Álvarez, ganador de dos de los cuatro partidos para hacer regresar a su equipo a una final de temporada beisbolera.
A diferencia del otro match en busca de la final, los marcadores de este sustentaron la condición de amplios favoritos de los villaclareños: 4-0; 8-1; 5-1; 1-3 y la despedida en fiesta de batazos de 12-2, hablan por sí solos.
Sancti Spíritus se retira con el mérito de haber sido uno de los grandes inspiradores de la campaña y con la recompensa de que el esfuerzo no fue en vano, pues no solo retornaron a la postemporada, sino que se van de la 58 Serie Nacional con un merecidísimo tercer puesto.
De esta semifinal quedan también las huellas de ese Pedro Álvarez que expuso sobre el terreno el coraje del pelotero cubano y de una galería de joyas defensivas, de lo cual fue vitrina de excelencia el último choque en el Augusto César Sandino.
Con la final ya planteada, ambos mentores, el leñador Pablo Civil, y el azucarero y debutante, Eduardo Paret, tendrán que hacer sus ajustes, pues sus primeros abridores, ambos con dos victorias en las semifinales, vieron actuación en la última jornada, por lo cual no iniciarían el primer encuentro por el cetro, algo que no le permitirá a ninguno de los dos darles la mayor cantidad de aperturas. Es muy probable que esos brazos, los de Yoannis Yera y Freddy Asiel Álvarez vuelvan a entrar en acción el próximo martes, en el tercer desafío, y si tuvieran una segunda salida es porque habría un séptimo encuentro el domingo 20 de enero.
De tal manera todo parece indicar que el duelo abridor de la final correrá bajo la responsabilidad monticular de dos derechos: Erlis Casanova, por los que cortan con las hachas, y Alain Sánchez, por los que le han puesto azúcar a la pelota.
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