El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, asumirá el próximo día 10 un nuevo mandato presidencial. A propósito de esa voluntad popular que lo llevó a encabezar el legado de Hugo Chávez, concedió esta entrevista al periodista Ignacio Ramonet. Por su valor, Granma reproduce fragmentos de este diálogo.
–¿Cómo explica usted -en un contexto tan difícil para los ciudadanos, creado por la guerra económica y las sanciones financieras impuestas por Washington- que los electores le hayan otorgado un apoyo tan masivo?
–El pueblo otorgó a la Revolución Bolivariana, al chavismo –que es una fuerza política y social real, que existe en las calles, en los barrios, en los campos y en las ciudades–, el mayor apoyo que cualquier candidato haya obtenido jamás en una elección presidencial.
«Veníamos notando –luego de la victoria con la elección constituyente de julio de 2017– una recuperación sostenida de nuestras fuerzas, un afianzamiento de la unidad revolucionaria –recibimos el apoyo de todos los partidos del Gran Polo Patriótico y de infinidad de movimientos sociales–, y un crecimiento organizado de nuestro Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Se explica también por la madurez y sabiduría demostrada por el pueblo en medio de la más brutal agresión que hayamos sufrido desde nuestra guerra de independencia, y porque la Revolución ha atendido, en medio de las dificultades y del hostigamiento económico, las necesidades de la sociedad venezolana. No ha cerrado una sola escuela, ni una universidad; ha aumentado el número de estudiantes de la educación pública. Continuamos atendiendo de manera gratuita la salud de todo el pueblo, protegiendo, con fuerza y determinación, el salario y el empleo; cada tres semanas llevamos el alimento básico, las ya famosas “cajas CLAP”, a unos seis millones de hogares de Venezuela».
–Varios gobiernos no reconocieron los resultados de las elecciones presidenciales y amenazan con desconocerlo como Presidente. ¿Qué responde?
–Que Venezuela es un país que ha forjado, a lo largo de la historia, su identidad, su carácter republicano, su independencia; que a Venezuela la rige una Constitución que es la más democrática que haya existido en toda nuestra historia. Aprobada por nuestro pueblo hace 19 años en referéndum. En 2018, tuvimos dos certámenes electorales totalmente transparentes, regidos por las instituciones electorales del país. El Poder Electoral, en Venezuela, es un poder público, el quinto poder público, y utilizó toda su logística, sus sistemas electrónicos del más alto nivel, reconocidos por personalidades internacionales de indiscutible prestigio como [el expresidente de EE. UU] Jimmy Carter, quien afirmó “el sistema electoral venezolano es el más transparente y pulcro que se haya visto en el mundo”.
«Las elecciones presidenciales del 20 de mayo de 2018 se realizaron bajo el control de observadores nacionales e internacionales. Y nuestro pueblo tomó una decisión. Las decisiones sobre Venezuela no las toman los gobiernos extranjeros. El pueblo tomó esa decisión: por primera vez sacamos el 68 % de los sufragios, y vamos a cumplir la decisión del pueblo. Nuestra democracia posee una fortaleza real, son 25 elecciones en los últimos 20 años. Es decir que, en 20 años de Revolución, ha habido casi el triple de elecciones que las realizadas durante el mismo periodo en EE. UU.».
– Aunque usted no ha cesado de apelar al diálogo democrático, el grupo opositor más importante –reunido en el seno de la llamada Mesa de la Unidad Democrática (MUD)– decidió no participar en esas elecciones ¿Qué opina ?
–He convocado a la oposición venezolana a un diálogo político en más de 300 ocasiones, sin contar el diálogo permanente con los sectores privados, y con la sociedad en general. No he buscado convencer a nadie de que asuma nuestros modelos. Nuestro empeño siempre ha consistido en fortalecer la convivencia política pacífica de las fuerzas de Venezuela. Pero todos esos esfuerzos de diálogo han sido boicoteados por la embajada de EE. UU. en Venezuela. Alguna vez se sabrá de las visitas que hizo el encargado de negocios de esa embajada, casa por casa, a cada uno de los precandidatos de la oposición para obligarles a no participar en la elección presidencial del 20 de mayo.
–En el marco de la Revolución Bolivariana, ¿cuál es el espacio político del que dispone la oposición? ¿La Revolución aceptaría que la oposición ganase unas elecciones presidenciales?
–La oposición cuenta con todas las garantías que la Constitución establece para el libre ejercicio de la política. De las 25 elecciones que ha habido en Venezuela en 20 años hemos ganado 23, pero hemos perdido dos: la reforma constitucional de 2007 y las legislativas de 2015. Cuando perdimos, de inmediato reconocimos nuestra derrota, Chávez en 2007 y yo en 2015 reconocimos el resultado y llamamos al pueblo a respetarlo en paz. Presenté mi mensaje a la nación, en enero de 2016, ante la Asamblea Nacional de mayoría opositora, y ¿cuál fue la respuesta de la derecha envanecida?, que me sacarían del poder en seis meses, violando la Constitución y el mandato electoral otorgado por el pueblo.
–Ha calificado varias veces a algunas fuerzas opositoras de golpistas; y el 4 de agosto pasado fue víctima de un intento de magnicidio con drones cargados de explosivos. ¿Qué nos puede decir a propósito de ese atentado?
–Vivimos lo que nunca pensé que sucedería, un atentado terrorista con uso de la más alta tecnología para asesinarme. Y más que asesinarme, se trataba de acabar con la Presidencia de la República y acabar con los poderes del Estado. Utilizaron drones y el atentado fue ordenado, desde Bogotá, por el presidente Juan Manuel Santos, cuyo mandato terminaba curiosamente tres días después. Participó directamente el exdiputado Julio Borges, dirigente de la oposición venezolana. Tuvieron conocimiento de ello en la Casa Blanca. Detrás de ese ataque hubo un sí, un ok de la Casa Blanca. Sabemos que John Bolton, actual consejero de Seguridad Nacional del presidente Donald Trump, está dirigiendo planes para asesinarme.
–Varios líderes de la oposición han lanzado una campaña internacional de desprestigio contra su Gobierno acusándolo de la existencia de presos políticos. ¿Cómo juzga estas críticas?
–Hay personas que por estar acusadas de cometer un delito como, por ejemplo, estar involucradas en golpes de Estado o intentos de golpes militares, incluso de intento de magnicidio como el del pasado 4 de agosto, deben responder ante la justicia, sean políticos o no. No hay que confundir un político preso con un preso político. Imagine que un actor político intente asesinar al Presidente de Francia, o dar un golpe de Estado al Presidente de España, ¿cuál sería la respuesta legal por parte de los tribunales de esos Estados? Pues, en Venezuela, hay un Estado de Derecho que debe ser respetado por todos.
–En Venezuela hay actualmente dos Asambleas legislativas: la Asamblea Nacional surgida de las elecciones de 2016, dominada por la oposición y que el Tribunal Supremo ha declarado en desacato, y la Asamblea Nacional Constituyente, surgida de las elecciones del 30 de julio de 2017, dominada por el oficialismo y que varias potencias internacionales no reconocen. ¿Cómo piensa que se puede resolver esta situación?
–Son dos figuras de representación popular claramente establecidas en la Constitución y con funciones específicas también contenidas en la letra constitucional. Por un lado, el poder legislativo, que desacató de manera flagrante una disposición del máximo tribunal de la República, obligando a este a una acción de resguardo constitucional que se supera en el mismo momento en que la Asamblea Nacional se ponga a derecho y acate la decisión de la sala constitucional. Por otro, atendiendo a la iniciativa que me otorga la Constitución en su artículo 348, convoqué a la elección de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) por el voto del pueblo, en un contexto en que la derecha había sumido sectores del país en una grave violencia, con más de 130 muertos. Fue sabia y balsámica la elección de la ANC. Trajo la paz al país. Ahora la ANC se encuentra cumpliendo con la función constitucional establecida de transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución».
–La batalla económica y en particular la lucha contra la inflación se presentan como las principales tareas nacionales para el 2019. ¿Qué balance hace usted del Plan de Recuperación Económica, Crecimiento y Prosperidad lanzado el 20 de agosto pasado?
–Yo creo que el logro principal del Programa de Recuperación Económica, Crecimiento y Prosperidad es que tenemos las riendas de lo que es un plan de crecimiento y de recuperación. Tenemos las riendas de la protección del empleo, del ingreso de los trabajadores; del crecimiento organizado de los sectores fundamentales de la economía. Estamos en mejores condiciones para afrontar la batalla cruenta, contra las sanciones internacionales que le han hecho perder a Venezuela, solo durante el año 2018, unos 20 000 millones de dólares. Es una persecución salvaje. Yo estoy empeñado en la elevación de la producción petrolera, de la capacidad de Venezuela en su petroquímica, en la producción de oro, de diamantes, de coltán, de hierro, acero, aluminio, etc., riquezas que posee el país y que, por mucha persecución internacional que decrete EE. UU, son materias primas que tienen un mercado internacional sin ningún tipo de cortapisas. Debo decir, con admiración, que el pueblo enfrenta todas estas agresiones con una conciencia política asombrosa, determinado a resistir, con el apoyo decidido de nuestras fuerzas de seguridad, a tan cobardes ataques.
–¿Qué responde usted a los medios internacionales que hacen campaña contra su Gobierno hablando de carencia crónica de alimentos básicos, de penuria de medicamentos de primera necesidad, y de una crisis humanitaria?
–Ha quedado demostrada, por parte de investigadores de la información serios, la realidad de la brutal e infame campaña sicológica y mediática de los centros imperiales contra Venezuela. De todas las noticias publicadas sobre Venezuela en medios de EE. UU. y de Europa, el 98 % son noticias negativas. Silencian que estamos garantizando la alimentación para el pueblo, como sí lo reconocen organismos como la FAO. No mencionan que hemos distribuido unos 14 millones de juguetes a niños y niñas de familias humildes. Callan que hemos entregado dos millones y medio de viviendas sociales. Omiten que casi toda la población de Venezuela tiene acceso a atención médica, gratuita y de calidad. No negamos los problemas que hay en nuestro país. Al contrario, los afrontamos, los discutimos con nuestro pueblo y estamos decididos a resolverlos. Si EE. UU. nos quiere ayudar, podrían empezar por no ser hipócritas.».
–En 2018, algunos medios internacionales han difundido imágenes de venezolanos «huyendo» de su país a causa del pretendido derrumbe económico y de la crisis humanitaria. Se habla de millones de emigrantes. Y varios países vecinos receptores –azuzados por EE. UU., la Unión Europea y Canadá– están reclamando ayudas internacionales para los supuestos gastos de atención a esos migrantes. ¿Qué reflexión le merecen estos fenómenos?
–Se han construido a base de fake news, y otras desinformaciones fabricadas con la complicidad activa de varios conglomerados de medios de comunicación. Sobre una base mínima de realidad –que nadie niega–, unos hábiles guionistas han elaborado un relato antichavista. Se trata de una gigantesca operación de «falso positivo» coordinada por los campeones mundiales en «falso positivo», o sea el Gobierno de Colombia, acompañado en la comparsa por algunos países satélites del imperialismo norteamericano. Estos ilusionistas estafaron a un grupo de venezolanos, cuyo número –aprovecho para denunciarlo– jamás alcanzó las cifras que de forma mentirosa los grandes medios repiten. No negamos que un grupo de venezolanos salió del país comprando esa oferta engañosa de «mejores condiciones de vida y de trabajo». Se dirigieron al Perú, a Colombia, a Ecuador, a Chile y allí se encontraron con la brutal realidad del capitalismo salvaje. A muchos les robaron, a otros los maltrataron, los vejaron y los sometieron a trabajo esclavo.
«Además, el Gobierno de Colombia y su presidente Iván Duque, en un arresto de insólito descaro, están tratando de sacar dinero de la operación. ¡Es increíble! (...) ¿Sabía usted que aquí hemos acogido a unos seis millones de hermanas y hermanos de Colombia? Son el 12 % de la población de Colombia, pero ¡viven en Venezuela! Les hemos brindado seguridad, trabajo, alimentación, educación, atención médica gratuita, paz y el derecho a una vida digna. Y ha ocurrido algo insólito, no recuerdo que haya sucedido en otra parte: a mediados de 2018, se empezaron a producir grandes concentraciones de compatriotas nuestros en las puertas de nuestras embajadas y consulados en Perú, Ecuador, Brasil, Colombia, etc., compatriotas clamando por regresar a Venezuela y creamos el plan “Vuelta a la Patria”. Ya van más de 20 000 venezolanos que han regresado».
–Varios gobiernos latinoamericanos, de izquierda y de derecha, han sido acusados recientemente de estar implicados en importantes tramas de corrupción ligadas en particular al caso Odebrecht. ¿Cual sería, según usted, el nivel de corrupción en Venezuela?
–En la historia de Venezuela no ha habido un proceso y un Gobierno que hayan combatido la corrupción con mayor rigor que la Revolución Bolivariana. No ignoro que uno de los frentes de ataque de los adversarios contra nosotros consiste en acusarnos de laxismo con respecto a la corrupción. Es absolutamente falso. Yo denuncio la corrupción prácticamente en cada uno de mis discursos. Soy el primero en reconocer que hay mucha corrupción, muchos bandidos en la función pública, robando, estafando y aprovechándose del pueblo.
Lo he denunciado con la mayor severidad el 20 de diciembre pasado, en el Congreso Bolivariano de los Pueblos donde he propuesto la creación de un Plan de lucha contra la corrupción y el burocratismo. Lo que nunca se había hecho en Venezuela. Para el año 2019, una de las líneas básicas precisamente es una lucha incansable contra la indolencia, la negligencia, la pereza, y sobre todo la corrupción. Le he pedido todo el apoyo en esta cruzada al pueblo. Esta es una causa eminentemente popular, profundamente avalada por la población. La gente sabe que la corrupción es su enemigo, un enemigo de la revolución.
–En estos últimos seis años, en varios países de América Latina resurge la derecha neoliberal. ¿Este auge es una tendencia duradera o se trata de una simple crisis pasajera?
–América Latina es un territorio en disputa y basándose en la Doctrina Monroe, retomada por la actual Administración estadounidense, ha habido estos últimos años una ofensiva brutal contra los movimientos populares, contra los liderazgos alternativos que, a partir de los años 90, enfrentaron y desmontaron el neoliberalismo en América Latina. Recordemos, por ejemplo, el presidente Lula da Silva de Brasil, la expresidenta Cristina Fernández, de Argentina, entre otros liderazgos. Ha habido una persecución contra estos líderes que ha promovido el surgimiento de gobiernos y liderazgos muy tirados al extremo de la derecha. Ha habido, es cierto, como un ciclo regresivo de las conquistas sociales, de los progresos que se habían obtenido con liderazgos progresistas de gran diversidad. Nosotros lo sentimos no solamente en el impacto de esas políticas en los pueblos, sino también en los procesos de privatización.
–Después de la llegada a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador en México, observa usted que hay una posibilidad de retorno al poder de las fuerzas populares en América Latina.
–En la perspectiva de lo que le estaba diciendo, debo añadir que todo proceso de regresión impulsa y estimula a las fuerzas internas que lo combaten. Por consiguiente, nosotros constatamos que al lado de esa gran regresión actual, en varios países gobernados hoy por equipos neoliberales, está fortaleciéndose la capacidad de acción de los movimientos populares y sociales. Las fuerzas populares, en todo nuestro continente, ya están de nuevo en orden de batalla.
–Hizo importantes visitas a dos socios fundamentales de Venezuela: a Beijing y a Moscú, ¿qué conclusiones saca de estos viajes a dos de las principales superpotencias mundiales y firmes aliados de la Revolución Bolivariana?
–Desde el inicio de nuestra Revolución el Comandante Hugo Chávez puso especial empeño en la consolidación de las relaciones de respeto y amistad con todos los pueblos del mundo, y en la conformación de lo que él llamaba los anillos de alianza estratégica para un planeta distinto al que nos imponían los polos imperiales.
Con su creatividad política prodigiosa, y en íntima complicidad con Fidel Castro, fue favoreciendo la fundación del ALBA, la Unasur, Petrocaribe, TeleSur, la Celac, para concretar un amplio esfuerzo de integración. La relación con China y Rusia fue directamente nutrida por Chávez y los líderes de estas potencias hasta la situación actual. Con Beijing y Moscú, más que una relación de socios, tenemos una relación de verdadera hermandad. En este momento Venezuela preside el Mnoal [Movimiento de Países No Alineados], y el 1ro. de enero de 2019, presidirá la OPEP en Viena. Hoy, Venezuela no está sola.
–El 1ro. de enero de 2019 se cumplió el aniversario 60 del triunfo de la Revolución Cubana. ¿Qué importancia piensa que ha tenido y tiene esa revolución en América Latina?
–Marcó la segunda mitad del siglo XX. Es referencia fundamental para todos los pueblos que luchan por la libertad, la dignidad, la soberanía, la justicia y el socialismo. Varias generaciones de revolucionarios vimos en la gesta de Fidel, de Raúl, de Camilo y del Che, un faro que iluminó la esperanza en medio de la larga noche neocolonial en la que estuvo sumido nuestro continente por más de un siglo. Ese pequeño país que se plantó frente al imperio más brutal que haya conocido la historia de la humanidad, resistió y resiste frente a las agresiones de su vecino del norte y sus lacayos. Ha defendido y alentado la unidad latinoamericana, ese gran sueño de Simón Bolívar y José Martí; ha sido ejemplo de solidaridad internacional. ¿Cuántas vidas han salvado los médicos cubanos en todo el mundo? Le doy gracias a la vida por tantas madrugadas que pasé conversando con Fidel, escuchando su verbo pleno de sabiduría, de reflexión, de la idea que le permitiera pasar a la acción. Doy gracias a Hugo Chávez porque, junto a Fidel y Raúl, construyeron un nuevo comienzo de dignidad para todo nuestro continente.
–El 4 de diciembre se cumplieron 20 años de la primera victoria electoral del Comandante Chávez. Si tuviera hoy la ocasión de hablar con Chávez acerca de su propia experiencia de casi seis años de gobierno ¿qué le diría usted ?
–Son tantas las veces, en medio de la batalla, después de la ardua jornada, que me he hecho esa pregunta: ¿Qué hubiera hecho Chávez? ¿Cómo lo hubiera hecho? Afortunadamente estableció con nosotros, con su equipo cercano, una labor pedagógica permanente, un proceso de formación sobre las inmensas dificultades existentes en la construcción de un proceso revolucionario: sus retos, sus obstáculos, sus desafíos, sus imprevistos. Los ataques, las amenazas, las traiciones. Eso nos forjó. Así que la inmensa soledad que nos dejó se ve de algún modo compensada por tantos consejos que nos dejó. Por eso lo convoco a diario, y con el verso del poeta Miguel Hernández, le digo: «Tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero».
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.