El asesinato a balazos de cuatro personas por sicarios en el municipio de Guerra el pasado 29 de diciembre aún no está esclarecido por inconvenientes en detectar con claridad algunas pruebas colectadas, aseguró este lunes una fuente de la Policía.
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Empero, el informante aseguró que se analizaron pruebas que arrojaron indicios de responsabilidad de los autores del crimen de las cuatro personas, quienes y que las autoridades confían en apresarlos en las próximas 48 horas para determinar el origen del hecho.
En ese hecho fueron asesinados Roberto Confesor Híchez Zapata, de 44 años, Pablo Roberto Celedonio, de 42; Librada Altagracia Zapata, mayor de edad, y Arelis Eladia Sabino de la Cruz, de 41, los cuales viajaban en la yipeta Mazda, placa G385555, negra, cuando salieron de una discoteca y fueron interceptados en el tramo carretero de Guerra por varios desconocidos que viajaban a bordo de una camioneta doble cabina Nissan, dispararon hasta con fusiles y pistolas.
La fuente fue categórica en señalar que “las investigaciones continúan, se analizan vídeos y otras evidencias colectadas en el lugar del cuádruple asesinato, pero el caso será esclarecido en las próximas horas”.
El vocero de la Policía, coronel Frank Félix Durán Mejía, ha reiterado que los investigadores arman todas las evidencias y no descartan ninguna hipótesis para dar con los autores del cuádruple crimen.
Con relación al caso han sido detenidas varias personas, se han entrevistado varias y otras han sido investigadas, como las dos testigos que quedaron con vida, se han analizado vídeos y casquillos, recolectados en lugar.
Híchez Zapata, de 44 años, acribillado de varios disparos, tenía dos días que había llegado de Estados Unidos, a la comunidad El Toro, donde residían los demás.
El hecho ocurrió a las 3:00 de la madrugada del sábado 29 de diciembre, en la comunidad La Mojarra, situada en la entrada del municipio de Guerra, cuando regresaban de una discoteca ubicada en esa población.
Las investigaciones se trasladaron a que la Policía realizara allanamientos en San Francisco de Macorís, Nagua y Samaná, donde se presumen se refugiaron los sicarios, y donde se dijo, en la provincia Duarte, fue abandonado uno de los vehículos que participó en el crimen.
Investigadores han establecido que los sicarios persiguieron a los que viajaban en la yipeta desde la carretera Mella, los cuales debieron reducir la velocidad para cruzar un “policía acostado”, momento que aprovecharon los asesinos para acribillarlos a tiros.
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