"No se culpe a nadie de mi muerte: es un suicidio, una decisión voluntaria, consciente, libre y personal", escribió el músico mexicano Armando Vega Gil a las 3:41 del lunes en Twitter.
Pero eso no evitó que su fallecimiento, confirmado pocas horas más tarde, provocara conmoción en México.
Y sobre todo reviviera el debate sobre las denuncias de acoso sexual impulsadas por el movimiento MeToo.
Efectivamente, el mensaje de Vega concluía con la etiqueta #MeTooMúsicosMexicanos y estaba además acompañado de una larga carta que hacía referencia a una denuncia en su contra hecha pública de manera anónima a través de la cuenta @metoomusicamx.
Dicha cuenta -creada el 24 de marzo de este año, y con más de 20.600 seguidores al momento de la redacción de este artículo- se presenta como un "espacio abierto para denunciar agresiones en la industria de la música" en México.
"Manda un DM con tu denuncia anónima y publicamos el nombre del agresor", promete @metoomusicamx en Twitter.
Y eso fue precisamente lo que pasó el domingo (31 de marzo), cuando ahí se publicó el relato de un hecho supuestamente ocurrido hace 14 años.
La denuncia
"Esta es mi historia con el Señor Armando Vega Gil cuando yo tenía 13 años y él tenía 50", empieza la denuncia que el bajista, de 64, calificó "categóricamente" de falsa en su nota suicida.
Ahí, la denunciante no identificada cuenta haber visitado en dos ocasiones al músico en su casa, junto con algunas amigas, cuando aún "no tenía las herramientas para entender que esas miradas lascivas tenían una carga sexual", dice después de afirmar que el cantante la "veía raro".
"No recuerdo cuanto tiempo pasó entre la primera y segunda visita, pero para ese entonces el señor había empezado a hacer comentarios de mi físico", continúa el escrito, en el que se afirma que durante ese segundo encuentro el grupo se tomó fotografías que habían hecho sentirse "incómodas" a las menores.
Y, según la versión, los mensajes que Vega Gil le enviaba por SMS a la denunciante subieron de tono, incluyendo solicitudes para que "regresara a su casa pero esta vez sola". "Y que él quería enseñarme a besar", agrega.
"Me decía cosas cada vez más asquerosas y explícitamente sexuales hasta que me dio muchísimo miedo; decidí bloquearlo y cambié de número de celular", sostiene la joven, para luego afirmar que estaba segura que de haber regresado a la casa de Vega Gil sola "ese viejo habría abusado" de ella.
Pero, antes de quitarse la vida, el músico fue tajante en asegurar que lo ahí narrado "no ocurrió", sin por ello dejar de reconocer la posibilidad de haber dañado a algunas mujeres con sus "modos machistas".
"Esta batalla es complicada pues los hombres, los machos, somos criaturas de nuestros tiempos", se lee hacia el final de la carta.
La réplica
"Debo aclarar que mi muerte no es una confesión de culpabilidad, todo lo contrario, es una radical declaración de inocencia", escribió sin embargo Vega Gil, después de dar por hecho que iba a perder sus trabajos, pues todos ellos se construyen sobre su "credibilidad pública".
"Sé que en redes no tengo manera de abogar por mí, cualquier cosa que diga será usada en mi contra", continúa la carta de despedida del bajista, quien sin embargo también defendió el derecho a la denuncia anónima, una de las principales críticas hechas a #MeTooMúsicosMexicanos a raíz de su muerte.
"La denuncia que se hace en #MeTooMúsicosMexicanos es anónima y quien la lanza a las redes está en todo su derecho de hacerlo así, pero esto pone en entredicho mi carrera", se lee en la nota suicida.
Y aunque Vega Gil reivindica este derecho para las mujeres que "aplastadas por el miedo y la amenaza, son las principales víctimas de nuestro mundo", también lamentó no haber tenido la oportunidad de invitar a la denunciante a discutir el asunto.
"Ella con pruebas y testigos, y acompañada por asesores y las chicas de #MeTooMúsicosMexicanos para que estuviera segura que no habría amenazas ni represalias mi parte".
Es para evitar amenazas y represalias, sin embargo, que la plataforma se ha comprometido a no facilitar en ningún caso el nombre de ninguna denunciante que haya solicitado en anonimato.
Y la cuenta también dice seguir un protocolo según el cual no se reciben denuncias hechas desde cuentas anónimas ni a nombre de terceras personas, e incluye además el derecho a réplica.
"1. Tienes derecho a réplica. Menciónanos en la publicación. 2. Responderemos en no más de 24 horas. 3. JAMÁS revelaremos la identidad de la persona que compartió la denuncia, pero sí confirmaremos la veracidad de los hechos", se lee en un mensaje de @metoomusicamx.
La plataforma, sin embargo, no ha explicado en qué consiste ese proceso de verificación y también opera bajo el principio de que la veracidad de las denuncias no se puede negar por defecto, así que lo que se tiene que demostrar no es la culpa, sino la inocencia.
"En esta cuenta no se va a excluir ninguna denuncia. Si en algún momento ella se sintió violentada, éste es su espacio", se afirma en otro mensaje, en el que se explican las razones para dar voz a todo tipo de acusaciones, desde las más graves hasta las que pudieran parecer banales.
Y así, al momento del pronunciamiento sobre Vega Gil, #MeTooMúsicosMexicanos ya sumaba unas 188 denuncias de todo tipo en contra más de 80 personas vinculadas al mundo de la música.
Las denuncias habían generado todo tipo de respuestas, desde solicitudes de disculpas hasta amenazas de procesos legales, pasando por la expulsión de integrantes de algunas bandas y cancelaciones de proyectos contratos.
La polémica
A pesar de las críticas elevadas desde algunos sectores a raíz de lo ocurrido con Vega Gil, la plataforma -parte de un movimiento más amplio que incluye iniciativas como #MeTooEscritoresMexicanos, #MeTooCineMexicano y #MeTooPeriodistasMexicanos- no acepta sin embargo ninguna responsabilidad por la muerte del cantante.
"El suicidio de Armando Vega-Gil es responsabilidad de Armando Vega Gil (…). No nos vamos a callar. Ahora más que nunca, seguimos en apoyo a las víctimas y también a las que aún no se atreven a alzar la voz", aseguraron en un comunicado.
Y antes, a través de su cuenta de Twitter, el movimiento había llegado a acusar a Vega Gil de estar tratando de "difamar al movimiento", descalificando su nota suicida como "chantaje mediático" y afirmado tajantemente que "el sabía que era culpable".
"Ocurren 17 casos de suicidio REALES en México cada día. Jugar con eso para salvarte de una demanda por pederastia e intentar 'limpiar tu imagen', no solo es cobarde, es ruin. #MeToo", se lee en otro mensaje.
Y fue solo muchas horas después de confirmado el suicidio que la plataforma lo calificó de "dolorosa decisión personal" e invitó a los medios de comunicación "a que dejen de crear polémica y comiencen a crear una conciencia real acerca de la salud mental".
Por lo pronto, sin embargo, la línea de tiempo de @metoomusicamx parece contener tantas críticas a su proceder como mensajes de apoyo de quienes consideran están dando una batalla necesaria.
Y ya antes de lo ocurrido con Vega Gil, la plataforma también se había pronunciado sobre la posibilidad de que la misma se utilizara de forma inadecuada, invitando a utilizarla de forma responsable.
"Ha pasado mucho tiempo para que este canal de comunicación pueda abrirse. No hagamos uso indebido de esta plataforma. Te creemos y estamos contigo", se lee en un mensaje de @metoomusicamx publicado antes del suicido de Vega Gil, en referencia a las posibles denuncias falsas.
Con una investigación por homicidio culposo abierta a raíz de la muerte del músico mexicano, tal vez las autoridades podrán determinar si ese fue o no su caso.
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