Si en América Latina se hiciera un
concurso de popularidad sobre organismos internacionales es poco probable que
el Fondo Monetario Internacional (FMI) resultara ganador.
Los programas de auxilio económico de la organización, que esta semana
celebra en Washington su reunión anual de otoño, han dejado durante las últimas
décadas un recuerdo amargo en varios países de la región.
¿La razón? Los controvertidos programas de ajuste estructural de la
economía (reducción del déficit fiscal, eliminación de subsidios, devaluación
de la moneda, etc.) exigidos por el FMI como condición para entregar sus
préstamos.
Así, estas medidas concebidas para
paliar severas crisis económicas han
encendido multitudinarias protestas y, en algunos casos, han derivado en
inestabilidad política.
El más reciente de estos casos se
vivió estos días en Ecuador, donde la eliminación del subsidio a los
combustibles por parte del gobierno -tras haber alcanzado un acuerdo con el
FMI- ocasionó una ola de violentas manifestaciones que llevaron al presidente
Lenín Moreno a declarar el estado de excepción e, incluso, a mudar la sede del
Ejecutivo de Quito a Guayaquil.En todo caso, Moreno no fue el único objetivo de
las protestas. Fueron muchos los manifestantes que aseguraron que no
pararían "hasta que el FMI salga de Ecuador".
Esa postura estuvo presente en las manifestaciones en las que se exigía
la "salida" del organismo internacional del país en pancartas y en
grafitis que rememoran crisis anteriores, como la vivida en Venezuela en 1989,
en Argentina en 2001 o, más recientemente, en Nicaragua en 2018.
La escritora y activista antiglobalización Naomi Klein denomina como
"doctrina de shock" al conjunto "de medidas económicas de
'emergencia' pro empresariales, tales como las megaprivatizaciones y la
reducción drástica de los gastos sociales", recetadas por el FMI y otros
organismos financieros internacionales.
Según ella, "América
Latina siempre ha sido el laboratorio principal" para la
aplicación de las mismas.
Sin embargo, los países de la región están lejos de ser los únicos que
acuden a ese organismo en busca de ayuda.
Ricos, pobres y "adictos"
Pero ¿cuántos países han recibido ayuda financiera del FMI?
Derechos de autor
de la imagenGETTY IMAGESImage captionEn la
crisis de comienzos de siglo en Argentina el rol del FMI causó controversia.
Un estudio de la Oficina Nacional de
Investigación Económica de Estados Unidos, señala que 146
países de los 188 miembros que tenía el FMI en 2015 (en la actualidad tiene 189)
han participado en algún momento en algún programa de ayuda financiera de
ese organismo.
"42 países (22% de los miembros) nunca han tenido un programa con
el Fondo, entre estos los países exportadores de petróleo y los estados
pequeños representan una parte significativa de este grupo", señala el
estudio elaborado por Carmen Reinhardt y Cristoph Trebesch.
El propio Estados Unidos ha acudido a buscar recursos del FMI en
numerosas oportunidades.
De acuerdo con un testimonio que
rindió ante el Congreso de Estados Unidos el economista Fred Bergsten, director
emérito del Instituto Peterson de Economía Internacional, para 1998 ese
país había recibido préstamos del FMI en
moneda extranjera en 28 oportunidades distintas. "Más que
ningún otro país", dijo.
Bergsten hacía una fuerte defensa de la utilidad del Fondo y ponía como
ejemplo lo ocurrido en 1978, cuando Estados Unidos pidió prestados US$3.000
millones en marcos alemanes y en yenes japoneses que utilizó para defender el
valor del dólar en el mercado cambiario.
Derechos de autor
de la imagenGETTY IMAGESImage captionLa
creación del FMI fue ratificada inicialmente por 29 países, como parte de los
acuerdos de Bretton Woods.
"El FMI ha intervenido en muchos países. En las décadas de 1950 y
1960 lo hizo, sobre todo, en los países europeos desarrollados para ayudarles a
hacer frente a desequilibrios en la balanza de pago, particularmente en Francia
y Reino Unido", comenta Pablo Martín-Aceña, catedrático de Economía de la
Universidad de Alcalá de Henares.
"La libra esterlina era una
moneda muy débil y tuvieron que acudir en varias ocasiones al organismo. Luego,
también intervino en Alemania e, incluso, en EE.UU. De modo que, aunque la
gente no lo sepa, en las primeras décadas de su
existencia el FMI salvó a las monedas fuertes", explica el catedrático.
Estas primeras intervenciones se vinculaban con la misión original que
recibió el organismo creado en 1944, cuando se estaban sentando las bases del
sistema económico internacional que imperaría tras el fin de la II Guerra
Mundial.
La idea era que el FMI sirviera para dar asistencia de corto plazo a los
países que enfrentaban crisis puntuales de liquidez o cambiarias para evitar
que recurrieran a la devaluación de sus monedas o a medidas proteccionistas que
pudieran afectar negativamente a la economía y/o el comercio internacional.
Entre
los estados que acudieron al Fondo en aquella primera etapa están también
Finlandia, Bélgica, Italia o España.
Desde entonces, sin embargo, el organismo ha ido ampliando el alcance,
la variedad y la duración de sus programas que ahora pueden extenderse por
varios años y servir para asistir a países que se encuentran ya no con
dificultades por falta de liquidez sino también con problemas de solvencia.
Derechos
de autor de la imagenGETTY IMAGESImage
captionLa crisis económica de inicios de siglo obligó
a Fernando de la Rúa a renunciar a la presidencia de Argentina y abrió un
periodo de inestabilidad política en ese país.
Muchos de estos cambios, así como el aumento en el número de países miembros,
responden a transformaciones en el sistema internacional.
Según relata Martín-Aceña, durante el período de descolonización en
África y Asia una de las primeras cosas que hacían muchos de los nuevos estados
era solicitar su ingreso al FMI para poder contar con su asistencia financiera.
Lo mismo ocurrió con muchos países procedentes de la antigua Europa
comunista, tras el fin de la Guerra Fría.
Las grandes crisis económicas internacionales también han derivado en
una mayor implicación del organismo en las distintas regiones.
Así, por ejemplo, en
la década de 1980 durante la llamada "crisis de la deuda", gran parte
de los recursos del FMI estaban destinados a dar asistencia a países de América
Latina.
Posteriormente, a mediados de la década de 1990, le correspondió el
turno a estados del sudeste asiático como Tailandia, Indonesia, Corea del Sur y
Filipinas.
"Hay países en los que este organismo ha intervenido repetidas
veces, países que son adictos al FMI", señala Martín-Aceña, quien menciona
entre los reincidentes habituales a México, Rusia, Argentina, Brasil, Indonesia
y Tailandia, entre otros.
Medidas extremas
Martín-Aceña, quien acaba de publicar un libro sobre los 75 años de la
fundación del FMI, señala que muchas de las intervenciones de este organismo
generan numerosas protestas debido a la severidad de los ajustes que el
organismo pide que apliquen los gobiernos como condición para que puedan
recibir sus préstamos.
Derechos de autor
de la imagenGETTY IMAGESImage captionUna
crítica frecuente en contra del FMI lo presenta como un instrumento de la
política exterior de EE.UU.
Diego Sánchez-Ancochea, profesor de Economía de la Universidad de Oxford
(Reino Unido), critica estos programas de ajuste porque "tienen un sesgo
excesivamente recesivo" y ponen demasiado acento en la reducción de costes
y en el aumento del tipo de interés en la política monetaria.
"Es importante dar liquidez a los países en desarrollo y el Fondo
tiene un buen papel para ello, pero su condicionalidad y sus requerimientos
suelen ser demasiado costosos para los países", .
Por otra parte, a veces estas recetas tienen consecuencias indeseadas o
no funcionan como se esperaba.
"El FMI se ha equivocado muchas veces. Se ha equivocado en el
análisis de la enfermedad que tienen los países y no ha acertado, porque si el
diagnóstico no es bueno, la medicina suele fallar", señala el catedrático
de la Universidad de Alcalá.
Uno de los casos emblemáticos en los
que el FMI ha fallado fue durante la crisis de Argentina de los años 2000-2002,
cuando ese país incurrió en el que entonces fue el
default más grande de la historia al dejar de pagar bonos por un valor de
US$93.000 millones.
En el año 2004, el directorio del FMI reconoció que habían sido
demasiado optimistas en relación con las perspectivas de crecimiento de la
nación sudamericana durante la década de 1990 y que también hubo errores a la
hora de valorar el régimen de tipo de cambio, así como cuáles eran los niveles
sostenibles de deuda.
El mea culpa se basaba en un informe de sus funcionarios que señalaba,
entre otras cosas, que los recursos empleados para tratar de ayudar a Argentina
a mantener el régimen de paridad cambiaria con el dólar habrían estado mejor
empleados si se hubieran usado para apoyar la salida del país de ese esquema
que ya no era viable.
Derechos de autor
de la imagen
Image captionAl igual que en el caso de Argentina, en Grecia el FMI no estimó bien el impacto que tendrían sus medidas.
Image captionAl igual que en el caso de Argentina, en Grecia el FMI no estimó bien el impacto que tendrían sus medidas.
Menos de una década más tarde, el
organismo reconoció que se había equivocado
también en el manejo del rescate financiero otorgado a Grecia en 2010, por un monto de
US$145.000 millones, pues había sido demasiado optimista en sus estimaciones de
crecimiento y debió haber considerado antes la necesidad de reestructurar la
deuda de ese país.
El organismo también admitió que no había medido bien el impacto que
tendrían las severas medidas de austeridad exigidas a Atenas.
Los críticos del FMI suelen cuestionar estas fuertes medidas no
solamente por el impacto recesivo que pueden tener sobre la economía sino por
los potenciales efectos desestabilizadores sobre las instituciones políticas.
Sin embargo, un estudio publicado en
2009 en la revista International Political
Science Review sobre el efecto que han tenido estos programas del FMI en América
Latina señala que los préstamos no son problemáticos en sí mismos.
Advierte, sin embargo, que la
cantidad y el tipo de reformas exigidas a un país sí deben ser evaluadas
cuidadosamente por ese organismo, pues estas pueden dejar a una parte
de la población marginada desde el punto de vista económico y político, lo que
puede debilitar la legitimidad de la democracia.
Martín-Aceña destaca, sin embargo, que el FMI solamente interviene
cuando se lo piden los gobiernos y que estos también suelen cometer los mismos
errores.
"Los
países van al Fondo cuando ya no pueden más, cuando están en el abismo, cuando el
siguiente paso es dejar de pagar a sus funcionarios, paralizar el Estado.
Entonces, no conozco ningún caso en el que se salga sin dolor de una situación
supercrítica", apunta.
Casos de éxito
Pero, ¿hay casos en los que el FMI ha intervenido que puedan ser
considerados como un éxito?
Derechos
de autor de la imagen
Image captionLa asistencia del FMI a Brasil cuando llegó al poder Lula da Silva es considerada como una experiencia exitosa.
Image captionLa asistencia del FMI a Brasil cuando llegó al poder Lula da Silva es considerada como una experiencia exitosa.
Un caso que algunos expertos señalan como exitoso dentro de América
Latina es el del préstamo por US$30.000 millones que le hizo el organismo
multilateral a Brasil en 2002, en un momento en el cual ese país estaba sumido
en la incertidumbre ante la llegada al poder de Luis Inacio Lula da Silva.
"Ese, en mi opinión, es un ejemplo de una intervención
particularmente exitosa", dijo Marcus Miller, profesor de Economía de la
Universidad de Warwick (Reino Unido).
"Se evitó el default por un proceso
de transición en el que Lula primero fue convencido de ajustar sus políticas y
después el mercado aprendió a confiar en él. El
apoyo del FMI, tanto financieramente como en la formación de políticas
creíbles, jugó un papel clave de apoyo en conseguir tiempo para este proceso de
transición", afirmó.
En una sección de su página web sobre la efectividad de sus programas,
el FMI destaca que en la actualidad está prestando asistencia a más de 35
países con fondos cercanos a los US$200.000 millones.
Entre los beneficiarios de esta financiación se encuentran Argentina,
Ecuador, Egipto, Irak, Jordania, Túnez, Ucrania y 16 países del África
Subsahariana.
"En años recientes, el FMI ha ayudado a solucionar crisis
financieras y vulnerabilidades alrededor del mundo, incluyendo Angola,
Barbados, Colombia, Malawi, Marruecos y Sierra Leona", señala.
En esa misma sección, el organismo destaca unos seis casos exitosos
recientes: Chipre, Ghana, Islandia, Irlanda, Jamaica, Portugal y Serbia.
Derechos de autor
de la imagen
Image captionIslandia fue uno de los países más expuestos a la crisis global de 2008, de la cual salió aplicando medidas heterodoxas.
Image captionIslandia fue uno de los países más expuestos a la crisis global de 2008, de la cual salió aplicando medidas heterodoxas.
En algunos de estos, sin embargo, no está del todo claro que la clave de
la recuperación económica haya sido el fruto de las recetas tradicionales del
FMI.
En Islandia, por ejemplo, el FMI reconoce que el gobierno tomó medidas
"no ortodoxas" para superar la crisis y obtener el "más amplio
apoyo político posible".
Algo similar ocurre en el caso de
Portugal, cuya recuperación ejecutada por un
gobierno de izquierda se basó en una fórmula que rechazaba la receta
tradicional de austeridad y que, de hecho, revertía muchos de los
recortes aplicados por el anterior gobierno conservador, aunque todo esto se
hacía de forma responsable desde el punto de vista fiscal.
"En Portugal, el gobierno tuvo cuidado desde el principio en poner
medidas menos regresivas. Entonces, fue reduciendo los gastos pero de forma más
gradual y centrándose en proteger mucho los gastos sociales. En parte, Portugal
nos muestra una forma más humana y progresiva de hacer frente a este tipo de
crisis", dice Sánchez-Ancochea . BBC
Consultado sobre casos concretos de éxito del FMI, Martín-Aceña señala
que "todos han sido exitosos porque los países han sobrevivido".
"El FMI ha sido capaz de ser una válvula de salvamento continuo, de
manera que el sistema no ha colapsado y, por tanto, se puede decir que ha
tenido éxito. Por eso ha sobrevivido 75 años", asegura.
"Este
año se cumplen 75 años de su fundación y nadie, ni ricos, ni pobres, ni
desamparados, han pedido su eliminación. Eso significa que alguna virtud
tendrá", agrega.
Una interpretación que probablemente no compartan los manifestantes que
durante las últimas dos semanas estuvieron protestando en las calles de Ecuador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.