Hace 30 años, la noche del 9 de noviembre de 1989, fue derribado el Muro de Berlín, que dividió la capital alemana durante otras casi tres décadas.
Pero el Muro de Berlín no solo dividía a esta ciudad: dividía a toda Europa y era el símbolo de un mundo bipolar en el que dos potencias, Estados Unidos y la Unión Soviética, eran los polos de influencia.
Su caída posibilitó la reunificación alemana y fue precursora de la desaparición de la Unión Soviética y del final de la Guerra Fría.
Pero antes de analizar el impacto que tuvieron en el mundo los hechos ocurridos el 9 de noviembre de 1989, ¿por qué existía este muro en el corazón de Europa?
Un orden mundial bipolar
Al final de la Segunda Guerra Mundial, Alemania se rindió ante los Aliados, un grupo de países occidentales, incluidos Reino Unido, Estados Unidos, Francia y la Unión Soviética.
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