El 27 de diciembre apareció una pequeña noticia en los medios de Estados Unidos según la cual un "contratista" del gobierno había muerto en un ataque con cohetes de Irán en una base estadounidense en Irak.
Otros ciudadanos estadounidenses, se reportó, fueron heridos en un suceso del que no se supieron muchos más detalles.
Dos días después, Estados Unidos atacó cinco lugares en Irak y Siria controlados por un grupo paramilitar respaldado por Irán, según el Pentágono. 25 personas murieron.
Como respuesta, miles de personas cercaron la embajada de EE.UU. en Bagdad durante dos días. Incluso el día 31 irrumpieron en el perímetro de seguridad en medio de gritos "muerte a EE.UU.".
Luego, en la madrugada, el presidente Donald Trump publicó un tuit que decía: "Irán mató a un contratista estadounidense, hiriendo a muchos. Respondimos fuertemente y siempre lo haremos. Ahora Irán está orquestando un ataque en la embajada de EE.UU. en Irak. Serán considerados totalmente responsables".
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