El primer ministro de Irak, Haider al Abadi, informó que le ordenó al ejército suspender el bombardeo a áreas residenciales en la batalla contra los combatientes del autodenominado Estado Islámico.
Abadi explicó que quería evitar que quienes describió como "víctimas inocentes" fueran blanco de los ataques.
Muchos residentes de las ciudades y pueblos tomados por los yijadistas han acusado al ejército de ser una amenaza tan grande para ellos como lo es el EI.
En algunas áreas, los residentes sunitas han dicho que consideran al grupo como su protección contra el ejército.
Abadi está tratando de recuperar la confianza de la minoría sunita, que se sintió victimizada durante el gobierno de su predecesor Nouri al Maliki.
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