Por Carlos Vallejo (el poeta del sentimiento).
El cerebro, órgano sexual poderoso.
Según el doctor Barry Keverne, un investigador de Cambridge,
todo se inicia en el tamaño del cerebro, cuando este órgano se expandió durante
la evolución, ocurrió algo crucial, se formó un canal neural de comunicación entre
el cerebro pensante (corteza cerebral) y la parte interna o cerebro emocional)
(sistema lambico) en los mamíferos interiores, la mayoría de la información de
los sentidos fluye hacia el cerebro interno sin que sea procesada, sin embargo,
en los humanos, la información se procesa primero en el cerebro pensante para
poner en marcha el sistema de la recompensa cerebral, de acuerdo con la
personalidad emocional de cada persona.
En la década de los 50, los investigadores James Olds y
Peter Milner localizaron en sus animales de laboratorios unas zonas del cerebro
que, si eran estimuladas producían placer, vieron como los animales, como un
sistema accionado con una palanquita, volvían una y otra vez a recibir la
fuente de su dicha. El hallazgo publicado en el Journal of Comparative physiologic phisiology revolucionó el
concepto de emoción.
Más tarde, en los años 60, el doctor Health llegó a
conclusiones semejantes relacionadas con el ser humano mientras estudiaba métodos
para curar la depresión, Health se topó con una región del cerebro humano
(Septun) que, al ser estimulada, provocaba sensaciones muy placenteras. Estos y
otros muchos estudios posteriores permitieron atar cavos en lo que se refiere
al conocimiento de los mecanismos neurológicos humanos.
Ahora se sabe. Por ejemplo, que las endorfinas, unas
sustancias químicas, cerebrales que actúan como analgésicos naturales se liberan
en el cerebro como una recompensa del comportamiento sexual amoroso. Algo parecido
sucede con la sustancia llamada feniletilamina. Esta genera la secreción de la dopamina
y la norepinefrina, cuyos efectos producen un estado de euforia natural cuando
la persona está con su pareja, su ausencia genera desacosiego y la sensación de
que se pierde algo. En otras palabras, el enamorado solo calma su ansiedad
cuando esta cerca de la persona amada. En este sentido, el enamoramiento seria
como una adicion temporal y la persona amada seria como la palanquita del
experimento de Olds y Mildner que
satisface su sistema de recompensa cerebral.
La noradrenalina es una sustancia química del hipotálamo que
conecta las neuronas que polulan en el cerebro emocional.
Y que abre a la mente para dirigir nueva información. Cuando
hay mucha motivación, hay mucha noradrenalina.
¿Y quién ha programado esas neuronas? Nosotros mismos, pero
sin saberlo. Las neuronas que polula en el cerebro emocional son un archivo de
todas las emociones de nuestra vida que a partir de lo que nuestra memoria ha
grabado como placentero o desagradable,
activan una respuesta defensiva o eufórica.
La química entre las personas a las respuestas a una serie
de señales corporales emitidas de manera inconsciente. Los seres humanos
tenemos códigos no verbales que nos permiten comunicarnos con los demás casi
sin darnos cuenta, esos códigos de comunicacional sido estudiados por la psicóloga
estadounidense Mónica muur, quien encontró 52 señales distintas no verbales y
llegó a una conclusión, las personas que emiten mas señales son las consideradas
más activas entre quienes la conocen.
La explicación es que los humanos necesitamos valernos del
cuerpo para expresar lo que sentimos, para comunicar nuestra intimidad. Cuando el
alma vive una experiencia muy intensa, esta se refleja con fuerza paralela en
el cuerpo, sin que una apenas lo pueda disimular. Por ejemplo: emitimos señales
corporales cuando sentimos pudor o vergüenza (nos sonrojamos, cuando alguien nos
da una sorpresa agradable (se nos ilumina el rostro cuando estamos preocupados
(fruncimos el seño o cuando nos sentimos desanimados por algo) (se apagan los
rasgos de nuestras caras).
Es un apoyo constante al lenguaje oral.
Que determina si existe química o no entre dos personas recién
presentada.
Aunque no hayan cruzado más de dos palabras, desde el primer
instante ha comenzado una reciproca comunicación no verbal.
Si ha sido placentera, fácil e interesante, hay química
positiva. En cambio, cuando una persona no nos gusta a primera vista, suele ser
porque entre lo que nos dice y lo que nos comunican su aspecto y sus
movimientos ha cierta incoherencia. Es una persona poco transparente, una de
esas que (tiene algo que no me gusta y que no sé que es.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.