Allí estuvo hasta el
año 712, cuando el obispo de Huesca escapó ante la inminente invasión de los
musulmanes. Finalmente, el santo Grial fue trasladado al monasterio Benedicto
de San Juan de la peña, donde permaneció más de dos siglos y medio.
Es entonces cuando se originó la mitología en torno al santo
Grial, oculto “en algún lugar de España”. Se empezó a hablar de una copa
maravillosa es conocida por los caballeros del Santo Grial. Hay varias leyendas
de origen francés y alemán. Otra dice que, en tiempos de Jesús, José Arimatea –aquel
judío miembro del Sanderin que creyó en Cristo –pidió el cuerpo de Jesús para
sepultarlo y que depositó la sangre del cadáver en la copa que se había usado
en la cena de pascua. Después de la Resurrección, José de Arimatea fue acusado
de haber robado el cuerpo de Cristo y encarcelado sin recibir alimentos. El relato
asegura que Jesús se le apareció y le dio la copa, misma que lo alimentaba a
diario. José de Arimatea fue liberado en el año 70 después de Cristo y viajó
con su hijo y su hermana a Gran Britania (Gran Bretaña), donde estableció el
linaje de los Guardianes del Grial.
Pero esto es parte de la mitología. Los hechos indican que
la copa que desde 1914 se venera en la capilla del santo cáliz, en Oviedo,
España, sería la misma que estuvo escondida en San Juan de la Peña. Los arqueólogos
han dicho que fue labrada con técnicas griegas en algún taller de Palestina o
Egipto, y que su antigüedad se ubica entre los siglos IV antes de Cristo y L
después de Cristo.
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