El equipo económico de Michel Temer cree que la revelación de las diligencias abiertas contra ministros y congresistas debe retrasar el calendario de votaciones de la reformas propuestas por el Gobierno de Brasil, en especial, la reforma de las pensiones cuyo atraso dará tiempo y margen de maniobra a aquellos grupos que piden flexibilizar el proyecto.
Durante una conversación reciente, el ministro Henrique Mirelles comentó a colegas del Gobierno y a auxiliares que ya esperaba que el avance de la Lava Jato afectase el cronograma de reformas por acaparar la atención de los ministros y 71 congresistas citados en los informes de la Fiscalía.
Los miembros del equipo económico temen que los diputados y senadores se ocupen de proyectos relacionados con la Lava Jato, como, por ejemplo, la amnistía de la caja B o la penalización del abuso de autoridad.
Así, las reformas podrían quedar en un segundo plano y no tener la oportunidad de ser aprobadas en el primer trimestre como quería el Gobierno.
El atraso presionaría todavía más a los parlamentarios debido a la proximidad del año electoral.
Según miembros del Ministerio de Economía, la imagen desgastada del Poder Legislativo podría evitar que diputados se muestren reacios a votar a favor de medidas consideradas impopulares, como la reforma de las pensiones.
Ante este panorama, el Ejecutivo podría llegar hacer más concesiones para garantizar la aprobación del texto.
Meirelles, no obstante, cree que la agenda tiene la suficiente fuerza como para avanzar incluso aunque por el camino sufra algún contratiempo.
En una conversación privada, el ministro informó a sus asesores que el presidente se siente optimista en cuanto a la aprobación de las reformas y cuenta con que los diputados y senadores estén dispuestos a pasar página para quitar protagonismo a la Lava Jato.
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