La inocencia que caracteriza a los niños se enmarca en su forma de vestir, de expresarse o en la manera soñadora que imaginan el mundo que los rodea. Es por esto que para algunos adultos el verlos vestidos con sus pequeñas ropitas, sus zapatitos y sus peinados infantiles los suple con momentos de felicidad.
Sin embargo, esta fantasía poco a poco se ha ido desplazando. En la actualidad muchos niños no lucen una ropa adecuada para su edad, mientras que su infancia se ve reducida a un fenómeno creciente, llamado: “pequeños adultos”.
A través de esta irregularidad social nacen algunas interrogantes que plasman aquellos que defienden la tradición del infantilismo. ¿Puede este fenómeno a largo plazo cambiar la sociedad?, ¿Se podrían perder los valores morales de los niños? o ¿se puede considerar esto como un trastorno de los padres o tutores?
Amantina González Suberví, psicóloga y experta en el área, revela que este fenómeno ya lleva años desarrollándose y cada vez son tan escandalosas las prendas que provocan alarme: “En el día a día y en reiteradas ocasiones, los padres, madres o tutores visten a sus hijos aparentemente como ‘pequeños adultos’ o como un reflejo de ellos mismos”.
De manera que la falta de información que poseen algunos padres, respecto a la influencia que tiene en los infantes vestirlos con estilos de adultos, es la principal razón de que suceda.
“La mayoría tiene desconocimiento frente al fenómeno y hasta cierto punto lo suelen ver hasta gracioso”, asegura.
¿Qué provoca en los infantes?
El hecho de que niños y niñas vistan atuendos con estilos de adultos no genera aportes positivos a su vida y poco a poco va haciendo eco en la sociedad. Por ejemplo, las blusas con escote, tirantes o espaldas afuera no son ropas adecuadas para una pequeña que aun ni define su personalidad.
González manifiesta que esta conducta puede propiciar a corto plazo, que los niños y niñas contemplen un alejamiento de su inocencia, y eventualmente un acercamiento a un mundo adulto que no entienden y aún no les corresponde.
“Para cada edad existe una vestimenta adecuada y es en esta medida que se irán superando las etapas de su desarrollo. Es de esta forma que los pequeños alcanzarán plenamente el manejo del mundo adulto”, expresa.
Cambios en la sociedad
La vestimenta que el infante utilice a largo plazo no incidirá de forma determinante en los cambios sociales, pues estas transformaciones no ocurren a la ligera, expresa la psicóloga González, quien además añade que no son todos los padres que optan por esta moda y siempre hay muchos que levantan sus voces y reflexionan.
Para la especialista lo preocupante sería que este “estilo de vestir” se vaya de las manos de los tutores y se propicie una sociedad libertina en la que se verían consecuencias funestas.
Valores vs moda
En la opinión de González, los valores morales de los niños y niñas los impulsa la familia, que es el agente socializador por excelencia en el cual no se debe perder la fe. Siguiendo que es desde el hogar donde debe provocarse una reacción en cadena hacia los valores positivos, que permitirán en el futuro mejorar la sociedad por la que se está luchando en este momento.
Sin embargo el atuendo no es el único elemento decisivo para definir valores morales, pues como entes sociales les corresponde guiar adecuadamente la naturaleza maleable de los infantes, sin provocar una sexualidad precoz.
Prevención para proteger los ideales
Finalmente se puede decir que la manera ideal de prevenir este fenómeno es haciendo conciencia en los padres, madres o tutores de que permitan a los más pequeños y pequeñas vivir cada una de las etapas, sin querer adelantar los procesos.
La experta añade que de cualquier modo el infante va a crecer y alcanzará la edad necesaria para llevar o hacer aquello que tanto se ha anhelado, siempre tomando en cuenta el respeto por nosotros mismos y los demás.
ESTUDIOS SOBRE LA HIPERSEXUALIZACIÓN DE NIÑOS
El maquillaje en niñas ha sido el siguiente paso en el fenómeno creciente “pequeños adultos”, reflejado a través de estudios que encaran una triste realidad.
Según un informe realizado por el Ministerio de Educación del Gobierno británico, vestirlos, maquillarlos y tratarlos como adultos los lleva al adultocentrismo y a la hipersexualización de los niños. La sociedad actual está llena de imágenes sexualizadas, según el Informe Bailey, los padres son conscientes de este hecho, pero al mismo tiempo son incapaces de actuar contra esto porque no tienen dónde quejarse.
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