La
mayoría de las especies animales produce sustancias de atracción sexual,
llamadas feromonas.
Al
ser expulsadas por las Glándulas sudoríparas, las genitales, el aliento…, se
transforman en aromas que son percibidas con un congenere del sexo opuesto.
Esos olores despiertan a las células del centro neuronal de recompensa, situado
en el cerebro, y desencadenan sentimientos de placer, gusto, euforia… es el
banderazo de salida para el encuentro y uso de salidas de las relaciones
sexuales. Así se asegura la reproducción de la especie.
Aunque,
en la actualidad, la conducta sexual humana se h vuelto mas compleja, sigue
siendo olfativa, como en los primeros tiempos.
Olores femeninos y masculinos
La
humana no es la excepción. Las primeras relaciones sexuales de las mujeres y
los hombres primitivos, aseguran los expertos, se rigieron casi exclusivamente
por la revisión y la recepción de estos aromas mas naturales, sobre todo
durante le preseco de ovulación de aquellas. Aunque, en la actualidad, la
conducta sexual humana se ha vuelto más
compleja –porque intervienen otros factores, como las costumbres, los valores
culturales, los gustos, los sentimientos personales… –sigue siendo olfativa, ya
no se centra en los colores naturales sino en los artificiales. Eso explica el
éxito comercial de los perfumes, las lociones y otros productos aromatizantes
que no solo se emplean para eliminar los malos olores de la transpiración o el
aliento, sino también como una llamada de atención olfativa a las personas del
sexo opuesto.
Diversos
estudios científicos prueban que, durante los días de ovulación, las mujeres
despiden olores diferentes y más penetrantes para el olfato masculino. Aunque
los hombres no sean consientes de ello, esos olores los atraen.
Además,
en esos días cuando ellas tienen mas relaciones. Por su parte, el Pene de los
hombres se grega, mediante las gandulas prepusiales, una sustancia llamada
expetra, cuyo color excita a las mujeres, aunque no se percatan de ello.
Es
conveniente aclarar que no todos los perfumes le van bien a todas las personas.
El aroma natural de ellas hace que un mismo aroma se perciba de forma distinta
al ser aplicado en otra. Por ello, los perfumistas insisten en la distancia de
encontrar el olor artificial que acentúen natural. En diversas pruebas, tras
aislar sustancias femeninas y reproducirlas en forma sintética, se ha
comprobado que resultan tan estimulantes vitan gratas al sentido olfativo de
los hombres, sino están mezclados sin algún aroma artificial.
Cada vez hay más evidencias
científicas de que un número de procesos bioquímicos interviene en el
comportamiento sexual y amoroso. Desde el primer encuentro o flechazo hasta le
etapa amorosa duradera se da un juego y rejuego de sustancias químicas
producidas por el cuerpo para estimular la libido y atraer al compañero o a la
compañera.
Hormonas para la felicidad
Son muchas las hormonas segregadas por el cuerpo para alcanzar la felicidad. He aquí las principales:
Feniletiamina:
es segregado sobre e cerebro en cantidades enormes para provocar euforia
excitación, optimismo y energía. Este estado se convierte en una adicción que
obliga a buscar, con desesperación la compañía del otro.
Endorfinas:
son los neurotransmisores responsables del optimismo vital. Alivian el dolor y activan el sistema
cerebral.
Actúan
como la morfina y provocan un bienestar global.
Cerotorina:
es muy utilizada en los antidepresivos porque hace mas fluida la actividad
emocional y predispone al enamoramiento. Cuando hay bajo nivel de Cerotorina se
reduce el ritmo de funcionamiento de cerebro y aparece la depresión.
El cerebro, órgano sexual poderoso
Según
el doctor Barry Keverne un investigador de Cambridge, todo se inicia en el
tamaño en el cerebro cuando este órgano se expendió durante la evolución,
ocurrió algo crucial: se formó un canal neural de comunicación entre el cerebro
pensante (corteza cerebral) y la parte interna o cerebro emocional (sistema límbico).
En los mamíferos inferiores, la mayoría de la información de los sentidos fluye
hacia el cerebro interno sin que sea procesada. Sin embargo, en los humanos, la
información se procesa primero en el cerebro pensante para poner en marcha el
sistema de recompensa cerebral, deacuerdo con la personalidad emocional de cada
persona.
En
la década de los 50, los investigadores James Olds y Peter Milner localizaron
en sus animales de laboratorio unas zonas del cerebro que, si eran estimuladas,
producía placer vieron como los animales, con un sistema accionado con una
palanquita, volvían una y otra vez a recibir la fuente de su dicha. El hallazgo, publicado en el Journal of
comparative Physiologic, Revolucionó el concepto de emoción mas tarde, en los
años sesenta, el doctor Heath llegó a conclusiones semejantes relacionadas con
el ser humano (Septum) que, al ser estimulada, provocaba sensaciones muy
placenteras. Estos y otros muchos estudios posteriores permitieron atar cabos
con lo que se refiere al conocimiento de los mecanismos neurológicos humanos.
Ahora
se sabe, por ejemplo, que las endorfinas –unas sustancias químicas cerebrales
que actúan como analgésicos naturales – se liberan en el cerebro como una
recompensa como una recompensa del comportamiento sexual o amoroso. Algo
parecido sucede con la sustancia llamada Feniletilamina. Esta genera la secreción
de la dopamina y la Neropinefrina
cuyos efectos producen un estado de euforia natural cuando la persona está con
su pareja. Su ausencia genera el desasosiego y la sensación que se pierde algo,
en otras palabras, en enamorado sólo calma su ansiedad cuando esta cerca de la
persona amada; en este sentido, el enamoramiento seria como una adicción
temporal el enamoramiento seria una adicción temporal y la persona amada; en
este sentido, el enamoramiento seria como una adicción personal y la persona
amada seria como la palanquita del experimento
de Olds y Midler que satisface su sistema de recompensa cerebral.
La
noradrenalina es una sustancia química del hipotálamo que conecta las neuronas
que polulan en el cerebro emocional, y que abre la mente para dirigir nueva
información. Cuando hay mucha motivación, hay mucha noradrenalina.
¿Y
quien ha programado esas neuronas? Nosotros mismos, pero sin saberlo. Las neuronas
que populan el cerebro emocional son un enorme archivo de todas las emociones
de nuestra vida. A partir de lo que nuestra memoria ha grabado como placentero
o desagradado, activan una respuesta defensiva o eufórica.
La
química entre las personas es la respuesta
una serie de señales corporales emitidas de manera inconciente. Los seres
humanos tenemos códigos no verbales que nos permiten comunicarnos con los demás
casi sn darnos cuenta.
Estos
códigos de comunicación han sido estudiados por la Psicóloga estadounidense
Mónica Moore, quien encontró 52 señales distintas no verbales y llegó a una conclusión:
las personas que emiten más señales son las consideradas más activas entre
quienes la conocen.
La
explicación es que los humanos necesitamos valernos del cuerpo para expresar lo
que sentimos, para comunicar nuestra humildad. Cuando el alma vive una experiencia
muy intensa, esta se refleja con una fuerza paralela en el cuerpo, sin que uno
apenas lo pueda disimular. Por ejemplo: emitimos señales corporales cuando
sentimos pudor o vergüenza (nos sonrojamos), cuando alguien nos da una sorpresa
agradable (se nos ilumina el rostro), cuando estamos preocupados (fruncimos el
seño) o cuando nos sentimos desanimados por algo (se apagan los rasgos de
nuestra cara).
Es
un apoyo constante al lenguaje oral, que determina si existe química o no entre
dos personas recién presentada.
Aunque
no hayan cruzado mas de 2 palabras, desde el primer instante ha comenzado una
reciproca comunicación no verbal. Si ha sido placentera, fácil e interesante,
hay química positiva. En cambio, cuando una persona no nos gusta a primera
vista, suele ser porque entre lo que nos dice y lo que nos comunican su aspecto
y sus movimientos hay cierta incoherencia. Es una persona poco transparente,
una de esas que “tiene algo que no me gusta y tiene algo que no se que es”.
Los estimulantes comestibles
Los
afrodisíacos no son un invento reciente. Hace miles de años, en el antiguo Egipto,
Grecia, Roma, Persia, India…, los hombres ya recorrían a estas sustancias con
la esperanza de que les permitirían mantener o aumentar su libido. Las prostitutas
de todas las culturas y épocas han utilizado también estas sustancias para
conquistar a todo tipo de clientes: gente de poder, fama o dinero, o cotidianos
degustadores de sexo barato.
Se
atribuyen efectos afrodisíacos a múltiples sustancias, como; alimentos (hongos,
ostras, espárragos, caviar, chocolates, apio, ajos, Abas…), otras extraídas de
animales (la cantárida, polvo proveniente de un escarabajo seco conocido
popularmente como mosca española), en cuerno de rinoceronte, el pene del león
en polvo, los huesos de rana, los testículos del toro, los modernos aceites herotizantes
y, recientemente, la pastilla viagra.
Algunas
sustancias, como la mariguana y el alcohol, infunden en quienes las ingieren sensaciones
de bienestar, de relajación física y mental. Si bien no hay unanimidad en
cuanto a sus efectos sobre la libido. Si se ha comprobado que tienen un efecto
desinhibidor que libra de las ataduras morales así de los prejuicios sociales. Todo
ello hace que la persona sea mas receptiva a los estímulos sexuales. Muchas mujeres
con fuertes convicciones religiosas o presas de una educación puritana, han
experimentado su primer orgasmo después de haberse tomado unas copas.
Enamorarse es comprometerse
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