Fuera de los elementos constitucionales que comprometen con graves vicios la legalidad del parque Loma Miranda, Danilo Medina acaba de definir su gobierno dando un zapatazo histórico para sacudirse de los grupos antisistema que llevan dos años imponiendo sus caprichos en base al chantaje, el desorden y la ley de la calle.
Después del descuido político peledeista al no detener el proyecto antes de ser aprobado para evitar que la decisión final recayera en el Ejecutivo, el Presidente Medina tendrá que enfrentar ahora la alianza de esos grupos vocingleros y violentos con la oposición política que intentará sacar capital político.
De hecho, sus voceros más notables-- Guillermo Moreno y el cura Rogelio Cruz-- llamaron a la desobediencia civil y poco faltó para que convocaran a la guerra popular.
El gran error de todo esto hay que anotárselo al populismo congresual del partido de gobierno, el PLD, que se dejó arrastrar al escenario del chantaje popular para acoger un proyecto de ley que de antemano se sabía inconstitucional y lesivo al interés público.
Lo extraño es que en el caso del Senado, casi la misma mayoría que aprobó con tanto entusiasmo el proyecto previamente sancionado de urgencia por los diputados, acogió mansamente las observaciones hechas por el Ejecutivo, exceptuando a los dos rebeldes peledeistas, el vegano Euclides Sánchez y la dajabonera Sonia Mateo, a quienes se les sumó el reformista Amable Aristy CastroÖ
ÖSólo tres votos disidentes en la observación de un proyecto que cinco días antes había sido sancionado por la totalidad de los senadores, con una sola excepción, el representantes de la provincia Monseñor Nouel que desde un principio advirtió en solitario sobre el terrible daño que se pretendía infligirle a la economía provincial y regional, las áreas de su interés como legislador.
¿Dónde falló el PLD?
El PLD manejó el tema Miranda con torpeza inaudita, con los temores propios de la doncella avergonzada de parir en casa paterna sin tener marido o del cocinero que pretende hacer tortilla sin romper el huevo, la hipocresía proverbial que le persigue desde que era chiquito y que no acaba de superar a casi 20 años de llegar al poder por primera vez.
Una ley tan controversial jamás debió llegar al Despacho presidencial para fines de promulgación conociéndose sus implicaciones políticas y económicas, y es evidente que la presión callejera jugó su papel en una decisión que el Congreso debió asumir con responsabilidad rechazándolo desde un principio. En cambio, paso casi dos años “mareando la perdiz” en actitud irresoluta, dejándola perimir maliciosamente o pasándosela de una cámara a otra.
Peor aún, el PLD permitió que grupos de diputados opositores, incapaces de ponerse de acuerdo hasta para seleccionar un vocero, capitalizaran la efervescencia popular para empoderarse de una iniciativa que les agencia simpatías políticas al margen de sus diferencias partidarias. Finalmente el proyecto de Loma Miranda terminó siendo hechura de un legislador perredeista que reclama ahora su paternidad.
El mensaje equivocado llegó a la instancia de dirección de los diputados peledeistas cuando el populismo le arrastró a presentar el proyecto de ley en cuanto se abrió la actual legislatura tras la reelección del bufete directivo con Abel Martínez repitiendo en su presidencia, con la intención de que el Senado “le diera larga” a su conocimiento.
Cristina Lizardo, sin la sabichosería de su predecesor Reinaldo Pared, rehusó quedarse con la papa caliente y lo presentó también de urgencia al hemiciclo siendo aprobado en dos lecturas consecutivas. Cuando el Ejecutivo vino a reaccionar, era ya demasiado tardeÖ Le quedaba una sola alternativa: la observación.
Alarma del Comité Político
El Comité Político del PLD se reunió de emergencia el lunes, en una convocatoria de última hora que se disfrazó con el conocimiento de los informes de varias comisiones que llevaban ocho meses pendientes, entre ellos el relativo al proyecto de ley de partidos políticos.
Lo cierto es que el Ejecutivo requería el respaldo de su estructura política para tomar una decisión que evidentemente le acarreará serios contratiempos con los grupos más beligerantes que de antemano se sabía tomarían la calle en actitud sediciosa. Horas después de la reunión del CP peledeista y a punto de vencer el plazo fatal para la promulgación o rechazo de la ley, el Ejecutivo anunció su decisión.
Aún así fue preciso que apenas horas después el Senado colocara el tema en agenda y que el secretario general del partido, el senador Pared Pérez, ponderara exhaustivamente la decisión presidencial recalcando que bajo ninguna circunstancia las observaciones del Ejecutivo significan una autorización para la explotación de Loma Miranda.
En los principales niveles de dirección peledeista aún no se le haya explicación a que un tema de Estado de tanta sensibilidad haya sido trivializado por sus instancias políticas del Congreso que se dejaron presionar por el ruido de la calle en vez de asumir las decisiones políticas que se consideraban convenientes y oportunas.
El resto fue respaldar incondicionalmente la decisión del Presidente Medina, por lo que unas cuantas horas después de la observación presidencial el PLD emitió un comunicado donde su principal órgano rector anuncia su respaldo a una decisión que trae vientos de cola.
Le conviene a Danilo?
En términos prácticos se debate si a partir de ahora a Danilo Medina le conviene entrar en franca contradicción con los grupos antisistema subidos en la cresta de la ola de popularidad del gobierno, un escenario desde el que narran sus éxitos “doblándole el pulso al gobierno” con decisiones trascendentes.
Danilo estrena ahora, justo en el ecuador de su gobierno, un nuevo tipo de relación con esos grupos beligerantes con capacidad para influir en el ánimo de un sector de la población susceptible de dejarse manipular a través de las redes sociales tan atentas siempre a los acontecimientos políticos coyunturales.
Es obvio que el Presidente y sus principales asesores rehuyeron hasta donde fue posible la confrontación con esos grupos, lo que ha sido determinante en el elevado pico de popularidad que le asignan las encuestas a la administración de Medina.
El gobierno conoce sus mañas y estrategias porque debió lidiar con ellos tan pronto asumió el poder entre septiembre y diciembre de 2012 en la campaña de acoso y derribo contra Leonel Fernández. Luego siguió una pausa de entendimiento que se prolongó hasta el pasado martes con la observación de Miranda.
Hay apoyos importantes
Así como se escucha la rechifla de los sectores antisistema, de igual modo se percibe que la decisión responsable del gobierno ha sido bien acogida por otros grupos organizados de la sociedad. Los empresarios, por ejemplo, han hecho saber al gobierno su complacencia, lo mismo que organizaciones políticas aliadas y entes importantes de la sociedad civil.
Los principales partidos de la oposición se muestran desconcertados ante la decisión del Presidente Medina, y en el caso particular de los disidentes perredeistas que encabeza Hipólito Mejía anunciaron que estarán “al lado del pueblo en las jornadas que se avecinan”.
El presidente del PRD, Miguel Vargas, se administró con mayor cautela al deplorar la decisión presidencial por considerar que Loma Miranda debe ser preservada como patrimonio ecológico.
En su mensaje de observación a la ley, Danilo Medina fue tajante: !Ni fundamentalismo medioambientalista ni minería salvaje!
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