El riesgo de perder puntos en su enorme popularidad tras dos años de Gobierno, al parecer estaba contemplado por el presidente Medina, quien habría sopesado el alcance de declarar Loma Miranda como parque nacional y vedar su explotación por un empresa extranjera.
El presidente Medina ha tenido la opinión favorable de más del 80% de los electores según han señalado las encuestas tanto independientes como de patrocinio oficial. Para mañana lunes está anunciada la publicación de la encuesta Gallup-Hoy, que evaluará los dos años del régimen, aunque no se dijo si incluirá el tema de Loma Miranda.
Al observar la totalidad de la ley aprobada por las cámaras, el presidente pidió el rechazo de la misma, cosa que hizo el Senado al día siguiente de su comunicación, y a postergar cualquier decisión en materia minera, hasta tanto el Poder Legislativo dicte el Plan de Ordenamiento Territorial.
Medina fundamentó bastante bien su posición en la carta que remitió al Senado de la República, en la cual citó que la creación del Parque Nacional Loma Miranda en un área que las autoridades nacionales competentes tienen identificadas como de gran potencial minero, es contraria al mandato constitucional de aprovechamiento de los recursos naturales.
En su carta, el gobernante recuerda a los legisladores que la ley que aprobaron desconoce la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados y desconoce un compromiso internacional en materia de promoción y la protección de inversiones suscrito por la República Dominicana con la Confederación Suiza en fecha 27 de enero de 2004.
La carta presidencial que derribó la enorme campaña nacional que se había erigido a favor de declarar a Loma Miranda Parque Nacional, en alguna medida ridiculizó a los congresistas y los asesores legales de las dos cámaras, que al parecer pasaron por alto las premisas señaladas por el ejecutivo.
La campaña a favor de Loma Miranda parque Nacional impulsada por científicos, ecologistas, religiosos y con el favor de opiniones de organismos internacionales, tocó también al ciudadano común al cual no le afectaba en modo alguno sumarse a una causa publicitada durante dos años.
Un activista de la causa de Loma Miranda, que no es ciudadano común, el obispo de La Vega, monseñor Antonio Camilo, pidió calma y evitar la violencia al tiempo de criticar de manera mordaz a los empresarios diciendo que “se hacen dominicanos, y “ñaqui”.
Quizás al régimen de Medina no le convino algo inusual, que el presidente de Falcondo primero advirtiera sobre consecuencias si se mantenía la aprobación de la ley y luego celebró la observación y rechazo tras manifestaciones en las calles que habría patrocinado la empresa en Bonao y vecindades.
Medina le escribe al pueblo
Tras las consultas que al parecer hizo con los presidentes del Senado, Cristina Lizardo y de la Cámara de Diputados, Abel Martínez, horas antes de enviar su observación de la Ley, Medina pareció temer la reacción popular y la pérdida de puntos en su bien situada posición de reconocimiento del público por su gestión.
La carta con la observación no lo indica tanto puesto que se circunscribe a fundamentar su posición, pero los mensajes por twiter dejan claro su deseo de llevar el caso directamente al pueblo llano. Uno de ellos dijo: “Respeto a todos aquellos ciudadanos que hoy no comparten mi decisión. No ha sido fácil. Pero me debo a la ley y a mi responsabilidad”.
“Tomar decisiones es el deber de un presidente. Que sean justas y sensatas es mi obligación. Cumplo con la ley y mi conciencia”, escribió el gobernante. Medina prosiguió su agenda de la semana que incluyó el inicio de la construcción de 25 mil viviendas de bajo costo en diez barrios de la capital. En la observación el presidente quiso desvincularse de los sectores más radicales que accionaron en el caso Loma Miranda, al decir: “No me considero adherido ni al fundamentalismo medioambientalista ni al capitalismo minero salvaje”.
A ese capitalismo podría deberse el hecho de que tantos ciudadanos de a pies se sumaran a la causa de Loma Miranda Parque Nacional, primero porque no tenían nada que perder y también por el recuerdo de otras mineras que disfrutaron de la riqueza del país, como la Alcoa Exploration, en cuyo largo reinado en Pedernales se decía que exploraba, exportaba, pesaba y decidía los impuestos que debía pagar y la ganancia que daba al estado.
La empresa norteamericana mencionada se radicó en el país desde finales de 1940, en plena Era de Trujillo y se dedicó a la exploración y exportación de la bauxita materia prima de la alúmina y el aluminio. Se retiró a mediados de 1980 dejando un desastre ambiental que la Dirección de Minería ha pedido remediar.
En su momento, sobre todo durante el régimen del presidente Balaguer esa compañía como otras multinacionales mantenía una presión mediática a base de cuantiosas inversiones para llevar su mensaje e influir en la opinión pública, que durante mucho tiempo manejó un “sabio” creativo que fue capaz de tener simultáneamente las cuentas de las cinco principales empresas extranjeras de la época.
Carta contradice a Falcondo
El mensaje del presidente Medina al Senado pareció contradecir los empeños de la Falcondo, expuestos por su presidente y gerente, David Soares, quien manifestó que “las observaciones hechas por el Presidente son exclusivamente sobre la viabilidad del proyecto de Parque Nacional y no sobre la extracción de minerales en Loma Miranda, lo cual estará sujeto a la conclusión de estudios ambientales complementarios solicitados por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales”, según nota de LISTÍN DIARIO.
Medina dijo en su comunicación al Congreso que “bajo mi Presidencia no se autorizará ninguna explotación sin que se cumpla de manera estricta con los requerimientos de un aprovechamiento medioambientalmente sostenible y que la empresa beneficiaria de la concesión, se gane legítimamente, con sus acciones, la licencia social que amerita una explotación de esta naturaleza”.
El pasado jueves el presidente Medina, quien encabezó el foro “invierte en RD”, garantizó las inversiones de capitales en la República Dominicana, una de las premisas de los grupos empresariales que rechazaron a lo largo de varios años que Loma Miranda fuera declarada Parque Nacional.
El gobierno, por boca del ministro administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta pidió calma a la población y alejarse de los actos de violencia. En general, las manifestaciones contrarias al veto presidencial se circunscribieron a las vecindades de Loma Miranda, Bonao, San Francisco de Macorís y los recintos de la UASD, en todos los casos bajo el aliento de pequeños grupos.
Se esperaba que el presidente Medina retomara el “momentum” con el esperado “sacudón” en los altos puestos del régimen para darle paso a sangre nueva, algunos de ellos casi mandatorios como el nombramiento de un nuevo ministro de Relaciones Exteriores. También que se comprometiera con los dirigentes sindicales, en una reunión pospuesta varias veces, en el aumento salarial a los sectores público y privado.
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