Por
Carlos Vallejo (el poeta del sentimiento).
Para numerosos
pueblos de la antigüedad, la incineración fue un símbolo de la purificación
completa, de la transmutación o transformación de la materia en sustancias volátiles
que, suponían, contenían el espíritu del difunto, se considera que el fuego es
purificador, renovador y que su capacidad destructiva es un medio para renacer
en un plano superior. La incineración era importante como rito funerario y en
la alquimia. Tractatus qui dicitur thomae aquinatis de alchimia (1520). El espíritu
personificado se desprende de la materia prima por la calcinación alquímica. En
la filosofía natural griega, el fuego era considerado el origen de todo lo
vivo, pero también fue relacionado con la destrucción, la guerra, el mal, el
infierno y la cólera de los dioses.
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