SANTIAGO.- La actitud populista de los políticos y la falta de planificación del Estado, es lo que permite la construcción de viviendas en zonas de alta vulnerabilidad ante fenómenos naturales, y por tanto son los responsables de las pérdidas de vidas y los daños materiales provocados por las inundaciones de las últimas semanas.
A esa conclusión llegó el semanario Camino, vocero del Arzobispado de Santiago, en su editorial del próximo domingo, titulado: “Después de las lluvias”, y en el que arremete contra quienes permiten esa práctica con tal de no perder el favor electoral.
Con una asombrosa actitud populista se permite todo, con tal de no perder el favor electoral de los ciudadanos que construyen estas casas en zonas prohibidas”. Y que les importa más garantizar la llegada al poder que la seguridad de la gente, afirma el semanario católico.
UN APUNTO:Los dañosHasta anoche las pérdidas habían sido estimada en 20 mil millones de pesos, mientras 2,700 familias fueron evacuadas de los pueblos de la Línea Noroeste debido al desague de la presa de Tavera y los riesgos de inundaciones.
El editorial señala que las miles de personas desamparadas y damnificadas, como consecuencia de los recientes aguaceros, es una demostración de que en el país se adolece de una planificación adecuada, cuando se presentan eventos de esa naturaleza.
El Arzobispado de esta ciudad expresa que la gente puede notar la indiferencia de las autoridades, sobre todo, en el sector vivienda, permitiendo el nacimiento de barrios que se levantan en zonas vulnerables, incluso hasta a orillas de los ríos.
Estima que el número de desamparados que hay en el país ha crecido a consecuencia de las lluvias de las últimas semanas y que a los damnificados de siempre “se agrega este ejército de personas que vieron impotentes cómo las aguas bravías de ríos, arroyos y cañadas se llevaban lo que habían construido con esfuerzos y sacrificios, mientras sus miradas llenas de tristeza seguían hasta el final el destino de sus sueños”.
Resalta que entre las consecuencias de tantas lluvias caídas, que han empapado gran parte del territorio nacional, hay comunidades incomunicadas, puentes destruidos, viviendas que se fueron con el agua, una producción agrícola y pecuaria diezmada, lo que define como “un cuadro es desolador”.
Por eso, Camino plantea a los sectores público y privado unirse “para juntos encontrar soluciones a los retos que nos presenta este panorama, que aumenta la pobreza y la marginalidad de un segmento importante de la población dominicana”.
Y que frente, al dolor y la desesperación de tantas familias que lo perdieron todo, se debe redoblar la solidaridad. “Demostremos, una vez más, la generosidad que nos ha caracterizado a través de la historia”.
Por eso, sugiere participar con vigor y entusiasmo “en la tarea de reconstrucción de tantas comunidades desfiguradas por la inclemencia de un fenómeno natural que cambió el rumbo de su futuro”.
No permitamos que los nuevos damnificados corran la misma suerte de aquellos que hace años sufrieron los embates de vaguadas, tormentas y huracanes y hoy continúan esperando que se hagan realidad las promesas que les hicieron de transformar sus días grises y de olvido en días felices y dignos.
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