¿Es posible que un general de los servicios de inteligencia que llegó a ser el peor enemigo del cartel de las drogas de Medellín y de su jefe, Pablo Escobar, se haya aliado con esa mafia para matar a un casi seguro presidente de Colombia?
La Corte Suprema de Justicia de ese país cree que sí.
Y por eso acaba de condenar al general Miguel Maza Márquez a 30 años de prisiónpor su participación en el asesinato de Luis Carlos Galán, en agosto de 1989.
Para ese entonces, el candidato liberal era el claro favorito para ganar las elecciones presidenciales de 1990 y había prometido extraditar a los narcotraficantes.
Y Maza Márquez era el jefe del ahora desaparecido Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), la policía secreta colombiana.
De enemigo a cómplice
El fallo llama especialmente la atención porque Maza fue una figura clave en la lucha contra el cartel de Medellín en los años 80, cuando Colombia fue duramente golpeada por una oleada de asesinatos y atentados con bombas ordenados por Pablo Escobar, muerto en 1993.
Y el propio Maza fue blanco de varios intentos de asesinato ordenados por Escobar y sus aliados.
De hecho, después del asesinato de Galán, el cartel de Medellín hizo estallar un carro bomba frente a las instalaciones del DAS en Bogotá, matando a cerca de 70 personas y dejando medio destruida la sede del organismo.
Pero ahora, en un fallo de 267 folios, la Corte Suprema de Justicia señala que Maza fue un aliado clave de los paramilitares que mataron a Galán por encargo de su archienemigo.
Según los jueces, Maza tenía "amigables vínculos" con el jefe paramilitar Henry Pérez, a quien Escobar y el cartel de Medellín le comisionaron el crimen.
Los magistrados creen en los testimonios según los cuales, mientras Maza dirigió el DAS entre 1985 y 1991, ese organismo también le encargaba a los paramilitares de Henry Pérez que le hicieran "trabajos sucios".
Los vínculos
Uno de esos testimonios es el de Diego Fernando Murillo, "Don Berna", un narcotraficante amigo de Pablo Escobar, quien fue extraditado a Estados Unidos en 2008.
En una declaración judicial, Murillo dijo que Maza era "muy amigo de los de Puerto Boyacá", el pueblo donde Pérez tenía su centro de operaciones.
Y, según la Corte, Jaime Eduardo Rueda, el pistolero que disparó contra Galán y le causó su muerte en un pueblo cercano a Bogotá, era también un hombre que tenía conexiones con el DAS.
Tanto, que cuando escapó de la cárcel donde estaba preso en Bogotá, fue ayudado en su huida por detectives de ese organismo, siempre según la Corte.
El tribunal asegura además que el DAS ayudó a entrar cuatro veces a Colombia al mercenario israelí Yair Klein, quien en los años 80 se encargó de entrenar a los grupos paramilitares de la región donde Henry Pérez tenía su ejército privado.
Los jueces también destacaron el hecho de que Maza cambió al jefe de escoltas de Galán un mes antes del crimen por un hombre -un ex oficial de la Policía nombrado por él mismo- que tenía antecedentes por mal comportamiento.
Y también concluyeron que la escolta que acompañaba a Galán el día de su muerte -compuesta por seis personas- era claramente insuficiente frente al clima de violencia que se vivía por aquel entonces en Colombia.
"Acusación absurda"
Maza, que hoy tiene 79 años, niega tajantemente las acusaciones y rechaza haber tenido vínculos con los paramilitares que mataron a Galán.
Y, entre sus argumentos, ofrece su lucha feroz contra Pablo Escobar cuando le daban tratamiento de "héroe".
Según el general Maza, toda la acusación en su contra es "absurda", "irresponsable" y "contradictoria".
El fallo de la Corte Suprema de Justicia contra el exdirector del DAS, sin embargo, no puede ser apelado.
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