Dos
neurólogos británicos afirman que el amor es solo el resultado de cierta
actividad cerebral. Andrés Bartels y zemir Seki, del colegio universitario de Londres,
escanearon los cerebros de 17 voluntarios que se describieron así mismos como “como
locamente enamorados”. A cada uno mostraron fotos de la persona amada y de un
amigo. Frente a las de la persona amada se inicio una actividad en ciertas
regiones de sus cerebros que estuvieron inactivas cuando vieron las fotos de un
amigo, y hubo una reducción muy marcada en la actividad de otra región cerebral.
Las regiones activas se ubican en una parte muy profunda de la corteza cerebral
que “despierta cuando tenemos experiencias gratificantes la región iniciativa
se ubica en la parte prefrontal derecha de la corteza, una zona muy activa en
pacientes depresivos.
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